Mi destino entre tus brazos

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La mañana se hacía eterna. Buscaba refugio en tu recuerdo. Tus besos se convirtieron, sin querer, en guardianes de mis sueños

Un día, de la nada, desperté. En ese preciso instante comencé a amarte. Añorar tu cuerpo. Morir por el más mínimo roce

Entonces comprendí que tenía sentido:

Había hecho todo el camino para encontrarte. Estaba destinada a amarte

Tú voz sonaba como dulce melodía. Las noches no tenían fin. Siempre viajaba a tu reencuentro. Sonreía en el deseo de tenerte

Comencé a fantasear con tus brazos. Un juego prohibido de placeres indebidos. Atrasaría el reloj sin dudar. Sería tuya si prometías entregarte

El sonido del amor es como un canto. Así se escucha tu voz en mi corazón. Es casi tan especial, como tus ojos sobre los míos

Se secarán los mares ante los siglos. La tierra se partirá en dos, antes de que yo humildemente sepa describir, lo que es tu mirada sobre mi piel

Un café en venusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora