Eros (Sin editar)

CAPITULO 22

Dos semanas. Lo suficiente para sacar a Eros de sus casillas, a salido del hospital hace dos días y ayer comenzó la rehabilitación para que la movilidad en sus piernas vuelva, dos semanas en donde no ha querido ver a nadie, dos semanas para estar renegando sobre su estado.

Aunque los doctores dijeron que seria temporal, aun no saben por cuanto, puede ser por semanas, meses o incluso años para que vuelva a caminar, no hemos...o mas bien no he sabido nada de Renata, tal parece que ella y su familia se tomaron unas vacaciones, no volvimos a tener ningún enfrentamiento durante los tres días que siguieron yendo al hospital.

Hoy me encuentro mintiéndole nuevamente a mi madre para ir a la pequeña fiesta intima que harán por el cumpleaños numero doce de Hades.

-No, Zaira-niega mi madre quitándose sus lentes para mirarme seriamente mientras que deja el libro de leyes que estaba estudiando, mi madre se esta especializando para en un futuro ser jueza.

-Estas dos semanas has estado saliendo mucho con Emma a no se donde, mi respuesta es no y no se habla mas del tema-se levanta del sillón donde se encontraba recostada para subir a su habitación, le prometí a Hades estar este día con el, no lo puedo defraudar.

Madre no me dejas otra opción...

Subo a mi habitación corriendo, un rápido y mal plan se me cruza por la cabeza, escaparme a plena luz del día.

Son las 4:08 de la tarde, no es necesario que me cambie o aliste, ya que ya estaba lista para salir pero mi madre ha tomado el papel de FBI.

Acomodo las almohadas de mi cama para hacerlas pasar por mi, como si estuviera dormida, coloco el seguro de la puerta para que parezca que no quiero ver a nadie, cuando hago eso mi madre lo entiende y decide no molestarme.

Compruebo que mi bolso este bien colocado en mi hombro, salgo a mi balcón, sierro la puerta de este.

Miro la distancia que hay entre la segunda planta y el suelo, no debe ser tan difícil si Eros lo logro porque yo no.

Es así que cruzo el barandal para después bajar por el árbol, me lleve unos cuanto raspones en las manos y creo que no fue buena idea los zapatos que escogí, en cuando mis pies tocan el suelo el Uber que pedí llega.

Las dos semanas que pasaron, me la pase mintiéndole a mi madre cuando en realidad iba a la casa de Eros para ver si quería verme, pero no, siempre se negaba y eso de alguna manera me dolía.

*****

-¡Felicidades!-gritamos todos al terminar de cantar la canción de cumpleaños, solo ha sido una comida familiar al comparar la fiesta que tenían pensada, todos estamos reunidos, he notado una gran tensión entre Milla, Ares y Olga, hoy que llegue, cuando entre a la cocina Olga por algún motivo estaba llorando, después entro Ares riendo con Milla y se volteo rápidamente mientras que habría un silencio muy incomodo.

-Hola, ¿Cómo estas?-llego hacia Olga con un troso de pastel en mis manos, me siento a lado de ella, aunque ya no este llorando se nota que ha llorado bastante, esta me regala una sonrisa aunque mas parece una mueca. Deja escapar un suspiro.

-Bien, estoy bien, no puedo decir lo mismo de Eros-habla mientras que mira fijamente al suelo, sumida en sus pensamientos.

-Si, lo se, estos días que he venido no ha querido verme-digo con culpabilidad, siento que es mi culpa, siento que esta enojado por no haber creído en el.

-¿Y si subes?, últimamente tiene un horario para tomar una siesta-ve su reloj de mano-ahora esta durmiendo, si entras con el dormido no te correrá como se le esta haciendo costumbre-asiento en silencio le doy una ultima sonrisa y me encamino a su habitación.

Entro sin tocar ya que confió en lo que Olga me dijo y tal como me lo dijo, Eros esta dormido, lleva ropa deportiva con la gorra de la sudadera puesta, los audífonos en sus odios, tiene su ceño ligeramente fruncido y nueve sus dedos también ligeramente como si estuviera teniendo una pesadilla.

Voy al otro lado para recostarme a lado de el, me acuesto mirándolo con mis manos juntas y las coloco como si fueran mi almohada.

Su ligera y tranquila respiración hace que la mía se vuelva igual que la suya y mis ojos se vuelvan pesados.

Es así que poco a poco me quedo dormida a lado de Eros.