CAPITULO 25

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Maratón 2/3

-No sabes cuento yo te deseo a ti-dice pegando nuestras frentes, tiene sus labios rojos e hinchados. Por un momento pensé que era Zaira, desearía que fuera ella, desearía tenerla a mi lado, pero por ahora es mejor seguir con mi plan por mucho que me carcoma.

Necesito que me odie hasta que me deshaga de Renata y mi tio, necesito que este segura.

Se escucha un pequeño jadeo de dolor, a través de la puerta. Renata se levanta y va hacia la puerta dejando ver a una muy dolida Zaira, cierro mis ojos con fuerza maldigo al universo por esto.

-Dejanos solos Renata-le digo cuando se acerca mi, deja un casto beso en mis labios, mientras tanto yo evito hacer una mueca, camina hacia Zaira que a dado solo dos pasos, le da una sonrisa sínica y sale de la habitación cerrando la puerta.

Camina a paso seguro hacia mi, cuando llega hasta mi me da una bofetada, eso hace que todo en mi irradie dolor pero lo oculto, ya he dado marcha a mi plan no puedo retroceder.

-¿Te divertiste?-espeta con los ojos llenos de ira pura, cierro mis ojos con fuerza mientras que sobo mi mejilla.

-Tal vez-digo con una sonrisa cínica, ver el dolor en sus ojos me parte el alma, pero su odio es parte de mi plan.

-Y pensar que sacrificaría todo por ti, ¡he discutido CON MI MADRE!-grita remarcando la palabra-por ti, por mi, por nosotros-hace una pequeña pausa-claro eso era antes cuando pensaba que había un nosotros-dice con amargura, ver lagrimas brotar de sus hermosos ojos cafés, no solo de dolor si no de furia, hace que quiera decirle todo, pero me muerdo la lengua para no hacerlo.

-Yo no te pedí que lo hicieras-digo con dureza, eso hace que sus ojos se abran como platos mirándome incrédula.

-Eres un bastardo infeliz y pensar que...que te habías enamorado de mi-dice dejando escapar un sollozo, esa confesión me deja helado, ¿esta enamorada de mi?. No es la única, me esta carcomiendo, no puedo. Necesito que se marche antes de que me arrepienta.

Vamos nena no me lo hagas mas difícil...

-Solo fuiste una mas de la lista, ya no tiene caso que los hombres de mi padre te vigilen ya se ha acabado el tena de Max-me mira con dolor-fue un gusto, Zaira, hasta luego-comienzo a darle vueltas a la llantas de mi silla pero me detiene.

-Por lo menos miénteme una vez mas, necesito escuchar por lo menos un te quiero-suplica a centímetros de mis labios mientras que agarra la silla de los antebrazos.

No me la pones fácil pequeña...

-Te amo-no soporto mas y la beso, la beso como nunca antes, sentir sus labios tibios sobre los fríos míos hace que me derrita por completo.

Por primera vez, siento algo estallar dentro de mi, he besado a muchas pero no como a Zaira, ella me hace ser un puto egoísta, es por eso que hago todo esto, la quiero solo para mi, sana y salva.

Nos separamos por falta de aire, estos son los labios que había querido besar desde un principio, se aleja de mi con lagrimas en las mejillas.

-Buena mentira, hasta luego Eros-me regala por ultimo una triste sonrisa para así marcharse, quiero ir tras ella decirle todo, pero no la arriesgare, suelto un suspiro.

No lo hare, lo siento princesa...

******

-No. Lo siento-dice mi madre rotunda, ahora me encuentro a lado de Renata pidiendo permiso para empezar una relación con ella, un grave error, lo se.

-¿Pero por que no?-insiste Renata, paso mi lengua por el interior de mi mejilla, tendré que decirles mi plan y no porque le tenga miedo a Renata, pero temo que al ver a mi madre ser un obstáculo la quiera quitar del camino, así que tendré que decirles para que acepten.

Eros (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora