EPILOGO

40 3 0
                                    

Deshago el nudo de los pies, para después con un balazo romper la soga de la que colgaba Zaira, la cargo antes de que caiga completamente, la tomo entre mis brazos, antes de salir de ese cuarto, vuelvo a quitar la colilla a la ultima granada y corro con Zaira al momento que todo explota.

Cuando salgo, se encuentra Marlon a lado de mi padre y mi hermano. Uno de los hombres de mi padre carga a Zaira para llevarla a casa y atenderla. Cuando llego con mi padre, Ares me da un gran zape en la nuca.

-Ey ¿y eso porque?-le reprocho mientras me sobo, mi padre, de una dura y fría mirada la cambia a una totalmente preocupada.

-No vuelvas a hacer eso, Eros-me atrae hacia el para abrazarme-tu madre cree que ya tendremos un velorio-dice al separarse de mi.

-Pues no esta muy lejos de creerlo-le indico con la cabeza, la escena de la bodega siendo arrasada por el fuego.

-Vámonos antes de que llegue la policía-dice Ares mientras me abraza por los hombros, palmeo el suyo para corresponderle el abrazo.

Zaira y Violet van mas adelantadas que nosotros, ya que deben atenderles los golpes, mientras que yo solo llevo unos cuantos en el rostro, la sangre de Renata es la que exagera.

-¿Como me encontraron?-le pregunto a mi hermano, este me muestra el radio que los hombres de Renata me dejaron en el aeropuerto antes de caer desmayado.

-Ya-asiento-¿Que pasara con mi tio Apolo?-pregunto minutos después-ha escapado se ha llevado a Rafael y a Oriana con el, pero algo me dice que eso traerá mas problemas de los esperados-me informa Ares con cierto tono misterioso en la voz.

*****

ZAIRA:

¡Dios!, siento como si 6 camiones de carga me hayan pasado encima y ahora siento como si mas de 200 elefantes estuvieran sobre mi cabeza.

Abro poco a poco mis ojos, cerrándolos por un momento ya que la luz que entra por la ventana hace que me duelan.

Me incorporo en la cama aun con los ojos cerrados, hasta que alguien interrumpe mi paz interna.

-Que bueno que despertaste-abro mis ojos de par en par al ver la sangre en la toalla de la cintura de Eros.

-Tranquila, no es mía, es de Renata-habla como si hubiera leído mis pensamientos. Camina con cautela hacia mi, mientras que yo me siento cruzando mis piernas para colocar una almohada sobre ellas y recargar mis codos en ella.

-Sentía que te perdía-susurra al momento que se sienta y une nuestras frentes, mientras, mantenemos la mirada.

-¿Esto será para siempre?-pregunto con suplica al momento que cierro mis ojos, sintiendo el aliento de Eros chocar con el mío.

-Si, me lamento porque siempre será así-afirma dejando un casto beso en mis labios, los suyos como siempre fríos se sienten igual de bien que siempre.

-Siendo a si, me quedo a tu lado, para siempre-uno sus labios con los míos, los movemos de una forma que solo nosotros sabemos hacerlo, sus labios conectan tan jodidamente bien con los míos, como si hubieran sido tallados a la perfección.

Aunque pase el tiempo Eros no dejara de provocar lo que desde un principio provoco en mi, estamos hechos el uno para el otro de eso no hay duda.

*****

Ha pasado un mes y medio desde todo, ya no me fui a Londres, sino que me mudare a la Ciudad de México.

Ahí Eros y yo empezaremos de nuevo, nos mudaremos juntos y ya veremos que nos prepara el destino.

Eros (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora