CAPITULO 27

38 5 0
                                    

ZAIRA:

Todo el maldito cuerpo me duele y ni se diga de mis mejillas, siento que me arden, al igual que siento un hilo de sangre bajar por mis labios para seguir escurriendo por mi barbilla y cuello.

Estoy amarrada como si fuera un saco de boxeo, cuando trato de abrir mis ojos puedo ver a Renata, con una retorcida sonrisa.

Camina con lentitud o por lo menos a así lo veo yo. Cuando llega hasta mi me proporciona otro golpe debajo de mis cortillas de lado derecho, a este punto ya no se que me duele mas, si ese golpe o todos los demás.

-No se que demonios te ve Eros-agarra una cubeta de agua para lanzármela, dejo escapar un pequeño gruñido cuando me doy cuenta que esta helada.

-El maldito de Max me traiciono, Eros también, todo por la mujer que aman-ríe con amargura, gracias al agua logre despertar y ahora puedo verla con claridad. Estamos en un tipo de bodega bastante abandonada, la única luz que hay, es la que entra por las ventanas que hay a cuatro metros de distancia del suelo pero a la vez es cubierta por bolsas de hule negras.

-Espero y no te encuentren pronto-hace una pausa-esto del amor es una mierda y tu eres una-me señala-pero en fin, que le vamos hacer-dice con ironía mientras alza los hombros restándole importancia.

-Pero mientras vamos a torturar un poquito a tu novio-hace un puchero que se ve ridículo en ella, enciende una cámara que esta frente a nosotras y la enciende.

EROS:

Cuando despierto, me encuentro en mi habitación, mientras que a fuera de esta se escucha una revolución .

Me levanto sintiendo un fuerte dolor en toda la cabeza, abro la puerta, bajo las escaleras y me encuentro a todos corriendo, a mi padre y Ares dando ordenes a diestra y siniestras.

-Eros-dice la madre de Zaira aliviada, llevándose una mano al pecho, todos me miran mientras que yo caigo en cuenta de todo lo que sucedió.

-¿Nos debes muchas explicaciones Eros Turner?-habla mi madre con seriedad, para después venir y abrazarme.

-Me aterro verte desmayado, pensé que te perdía-dice entre mis brazo, beso su cabeza.

-Tranquila, aquí sigo y con una buena razón para hacerlo-afirmo, nos separamos mientras que Olga viene a mi.

-Ve por ella. Asesina a Renata, no merece piedad-me susurra en el oído. Se que le preocupa Zaira, han entablado una buena relación y me alegra, saber que mi mejor amiga se lleva bien con el amor de mi vida.

-Tranquila, lo hare-beso su frente para ir con Max quien se encuentra sentado en el comedor, con sus codos recargados en sus piernas y su cara entre sus manos.

-Ey, la traeremos de regreso-aprieto su hombro dándole fuerza, este quita mi mano con brusquedad mientras se levanta de la misma manera.

-¡Por tu culpa la va a matar!, ¡si te lo dije es para que tuvieras cuidado, para que mantuvieras a Zaira alejada de esa maldita loca!, ¡no para que complicaras mis planes!-grita, haciendo un silencio sepulcral.

-¡Y todo esto no hubiera pasado si tu hubieras tenido los pantalones para enfrentar a Renata, para no meter a Zaira en esto!-grito empujándolo, este retroceder solo un paso para después tirame un puñetazo que logro esquivar.

Con mi ante brazo lo tomo del cuello para tratar de empujar con mi rodilla la parte trasera de la de el, cuando estoy a punto de tirarlo suena un disparo al techo, que nos obliga a separanos para ponernos en alerta.

-No. Esto no hubiera pasado si los dos hubieran utilizado algo que se llama boca-vocifera mi padre, ambos nos miramos dándole la razón. Esto no hubiera pasado si yo le hubiera contado todo desde un principio.

Eros (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora