Capítulo 20

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Narra Lía:

Desperté, me costó un poco adaptar mis ojos a la iluminación, pero cuando lo hice mi vista se enfocó en una persona frente a mi.

—Lía, estás despierta, gracias a Dios, pensé que estabas muerta, yo...

—¿Ashley?

—Si Lía, soy yo —se acercó hasta a mi y me abrazó, el alivio que sentí al saber que no estaba sola fue grandísimo.

—¿Qué pasó? —interrogue en cuanto se separó de mi.

—Cuando iba saliendo de tu casa fui secuestrada por un chico y una chica, cuando desperté estaba aquí, llevo días aquí, hace unas horas entraron cargando te y te amarraron frente a mi, no pude hacer nada Lía, me sentí tan impotente, lo lamento tanto —su voz se rompió en eso último y comenzó a llorar.

—Hey, hey, tranquila, no pasa nada, saldremos de esta —dije, acariciando su rostro, tratando de tranquilizarla.

—No creo Lía, escuché que estaban hablando de no dejarnos salir hasta después de que se abra el portal.

—Pues buscaremos la manera, Klaus me buscará hasta encontrarme.

—Esperemos que si.

Tomó mis manos con las suyas y el silenció se hizo presente.

—Y de los demás ¿qué sabes de los demás? —preguntó, dando un apretón a mis manos.

—Ya lo sabes, ya te lo he dicho, no sé nada de ellos desde hace cinco meses —contesté, confundida, por que eso era algo que ella ya sabía.

—Lo sé, es lo que los días que he estado aquí se han sentido como semanas y yo pensé...

—Qué ellos habían vuelto —terminé por ella.

—Si, pero estaba equivocada —secó sus lagrimas y se acostó en mis piernas.

—¿No has podido localizar a Kyler? ¿No tienes alguna idea de dónde pueda estar? —intentó nuevamente.

—Ashley, no, no sé donde pueda estar, si lo supiera te lo diría.

—Lo sé, es solo que —su voz se volvió llanto, un llanto desgarrador.

La abracé y comencé a susurrar le una y otra vez que todo estaría bien.

—Esperemos que Klaus esté bien y que nos encuentre pronto —susurró contra mi pecho, entonces fruncí el ceño y me separé de ella.

—¿Por qué Klaus no estaría bien? —pregunté con desconfianza.

—Oh, ya lo sabes —soltó una risa fingida —por que lo durmieron para poder traerte.

—Yo nunca te dije eso —me puse de pie, mirándola acusatoriamente.

—No, pero escuché que los secuestradores lo dijeron, no dijeron su nombre, pero llegué a la conclusión por mi misma ¿Quién más podría estar contigo? Solo Klaus.

—Ashley...

—¿Si?

—Los que me secuestraron estaban hablando sobre que una chica me había traicionado y tú eras la única que sabía a que horas entrenaba y en que parte del bosque lo hacía.

—¿Qué insinúas, Lía? —no sé por qué su tristeza se me hizo tan falsa.

—Eres tú de la chica de la que hablaban ¿No? Apuesto a que fuiste tú la que les dijiste la hora y la parte exacta del bosque en la que podrían encontrarme.

—Si fui yo ¡¿Y qué?!

—Tú te entro metiste en mi vida, Jordan y yo estábamos bien antes de que tú llegaras, cuando llegaste, cuando el te tomó de la cintura al entrar al instituto, lo supe, eras tú la zorra por la que él me dejó —su voz cargada de asco y rencor.

La Chica Newell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora