Capítulo 9

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Will, Mike, y Ashley.

Narra Mike:

Ebrio, quería estar ebrio para olvidar lo vergonzoso que había sido la humillación de Nexa. Lamentablemente Will y Ashley estaban a mi lado, impidiendo que bebiera de más. Por lo menos podía fingir que no existían.

—Era obvio ¿Sabes? Incluso yo me di cuenta —Ashley confesó mientras le daba un sorbo a su bebida, sabía perfectamente de lo que hablaba.

—Da igual, ella no tenía que haberme humillado así —contesté a la defensiva.

—Y tú no tuviste que culparla por todo —defendió Will, que jugaba con su botella de agua todavía llena.

—¿Ella te gusta? —le pregunté.

Pues para mi no había otra explicación más lógica.

—¿Gustarme? —Will negó divertido —no, ella me impresiona.

—¿Por qué?

—Para empezar es la líder de los Zodiacales, a resuelto muchos crímenes, a acabado con la vida de muchos criminales, es...

—No me interesa hablar de ella —lo corte.

—Bien, entonces deja de pensar en ella y quita esa cara de culo.

—Estoy de acuerdo con él —esa fue Ashley, jodiendo mi vida.

—¿Qué es lo que hacen aquí? ¿Acaso no tienen mejores cosas que hacer? —pregunté fastidiado.

—Alex dijo...

—Me importa una mierda lo que Alex dijo, el no es el líder —lo interrumpí.

—¿Por qué estas tan molesto? —interrogó Will metiéndose en la conversación.

Tomé un trago de mi cerveza sin intención de contestarle. Will rodó los ojos y se levantó para pedir algo de comer. Ashley fue por otra bebida, así que terminaron por dejarme solo.

Mirando el trago en mi mano comencé a preguntarme, si tan obvio era que Kyler me gustaba ¿Por qué Kyler nunca se dio cuenta? ¿A caso siempre lo supo pero nunca quiso enfrentarlo? Kyler y yo éramos amigos desde que mi padre reclutó a los Newell tan solo siendo unos niños, nunca había sabido la historia completa, pero por lo menos sabía una parte, mi padre, el doctor Michael Benon, "adoptó" a siete niños y una niña, él los crío en mi casa o eso pensé hasta que descubrí lo que en realidad hacía con ellos, mi padre jamás me dejó convivir con ellos, hasta que un día eso cambió.

Un niño de ojos distintos se apareció en mi habitación, parecía ser de mi edad, la cual era de 9 años, vestía como si fuera un paciente de un hospital, y se veía asustado.

—¿Eres el hijo del señor Benon? —preguntó ladeando su cabeza.

Yo lo miraba con los ojos bien abiertos, nunca había convivido con ninguno de los ocho, mi padre no me lo permitía, y ellos ya tenían más del año viviendo ahí, lo poco que sabía era que había un par de mellizos entre ellos.

—S-si —mi tartamudeo se hizo presente.

—¿Entonces sabes para que nos quiere? —preguntó desesperado.

No pude responder a su pregunta inmediatamente, no, yo no lo sabía, y a esa edad no tenía la mínima idea.

—No.

—¿Cómo te llamas? —preguntó cerrando la puerta a su espalda, cosa que me hizo sobresaltar, mi puerta permanecía abierta la mayor parte del tiempo, a mi padre no le gustaba que me encerrara en mi habitación.

La Chica Newell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora