Capítulo 23

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Narrado en tercera persona:

Lo primero que hicieron los Newell al llegar al castillo Bloed, donde se hizo la fiesta por algún motivo, fue separarse, si esto hubiera sido una película de terror, probablemente todos hubieran muerto.

Jordan y Arcnes aún no se sentían muy cómodos alrededor de los Newell, si bien gracias a Jordan era por lo que Lía estaba ahora con ellos, nadie le daba el crédito suficiente, ante los ojos de los demás, Jordan seguía siendo un traidor. Y Aracnes seguía siendo la chica que mató a su familia por poder y que torturó al chico que amaba para mantener las apariencias.

Jordan notó la mirada angustiada de Aracnes y dio un apretón a la mano de ella.

—Todo saldrá bien, después de la unión dejaremos de ser juzgados —dijo Jordan, tratando de animar la.

—Las miradas de desconfianza y desagrado de tu familia no es lo que me tiene así, tengo un mal presentimiento, Jordan, algo no está bien.

—Solo estas nerviosa, es normal, éste lugar está lleno de todo tipo de criaturas, pero todo va a estar bien.

Aracnes soltó un suspiro, recargó su cabeza en el hombro de Jordan, y ambos comenzaron a bailar al ritmo de la música, ojalá Jordan la hubiera escuchado.

Por su lado, Keyla y Leviatán llegaron al baile y comenzaron a ganarse las miradas de todos, aunque las máscaras cubrían sus caras, la belleza de ambos era obvia, y los demás no podían evitar mirarlos.

—Todos te miran —dijo Leviatán mientras hacía girar a Keyla.

Ella soltó una risa y negó con la cabeza.

—Todos nos miran —corrigió, al pasar sus manos por el cuello del demonio.

—Esto me trae recuerdos —confesó él, mientras ponía sus manos en la cintura de Keyla.

—Es como un deja vu... la última vez que estuvimos en un baile así... morí —la voz de Keyla fue baja, el demonio se tensó con el recuerdo y apretó su agarre en la cintura de la chica, jaló el cuerpo de ella hacía el de él, dejando ambos cuerpos peligrosamente cerca el uno del otro.

—Traerte de la muerte tuvo un gran costo —susurró el demonio contra los labios de Keyla.

Ella relamio sus labios, provocando al demonio.

—Jamás me dijiste cual fue el precio —contestó Keyla, mientras el demonio aspiraba su aroma, menta y perfume caro.

—Tú fuiste el precio, Keyla —confesó Leviatan en un susurró inaudible, antes de separarse de ella, porque la tensión que Keyla le producía iba hacer su perdición.

Al otro lado del salón, Kyler y Nexa discutían como siempre:

—Dejaste a Alex solo para que yo fuera tu pareja, ¿O me equivoco?

—No, de hecho tienes razón —confesó Kyler sin vergüenza —no quería que nada evitara que tú fueras mi pareja está noche.

Nexa se sorprendió tanto que no supo que decir.

—¿Te quedaste sin palabras, mandona?

—Deja de llamarme así, arrogante.

Kyler sonrío con suficiencia, tomando a Nexa de la cintura y acercando la a él con lentitud.

—¿Qué haces? —preguntó Nexa con nerviosismo.

—Prepararte para bailar, es un baile después de todo —contestó Kyler con obviedad.

Aún así Nexa no se relajó.

—No intentes nada, sigo siendo la novia de tu hermano.

—Esa es la única razón por la que no te pego a la pared, levanto tu vestido, y te follo como antes.

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