Capítulo 15: La inteligencia del amor

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28 de setiembre, 2018

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28 de setiembre, 2018

La competencia de natación se acerca.

El aniversario del instituto también.

¡Y por fin vacaciones!

No me podrán negar que la época más hermosa y ansiosa de todos los estudiantes, sin alguna excepción, son las vacaciones. Porque en esa época podemos leer a gusto un montón de libros, enamorarnos de miles de personajes ficticios, también ver series o películas hasta la madrugada, sin alguna interrupción, y hablo de esas interrupciones que empiezan por: "¡Ya es hora de dormir, mira qué hora es!".

Nuestros padres suelen ser hostigosos hasta en temporada de vacaciones.

—¿Aceptas? —me preguntó Bella, trayéndome de nuevo a la tierra.

Doy una mordida a mi hamburguesa.

—¡Tienes que ir! —me rogó Clara, con puchero y ojos de perrita inofensiva.

¿Alguna vez han asistido a una cita de parejas?, usualmente van dos parejas, pero ¿han ido a una de tres?, porque yo no. La verdad no sé qué ha pasado por la mente de Clara, ya que ella fue de la idea para ir a un club nocturno, pero en parejas.

Me limpio el kétchup de la boca con la parte trasera de mi mano—Lo siento, yo no tengo a quién llevar.

Bella y Clara se miran con cara de: ¿Le crees?

—¿Y mi hermano? —Clara frunce el ceño.

Casi me atraganto con la comida.

—¿Niña tragedias, irás o no?

Entrecierro mis ojos, casi dolida por el sobrenombre que acaba de usar conmigo. Aunque no va nada mal, porque en realidad soy esa niña que vive de las vergüenzas y risas de los demás. Debería empezar a presentarme así: "Mucho gusto, soy Aurora Evans, y mi segundo nombre es tragedia"

—Tendría que conversar con Dainan, —me encojo de hombros—y además no somos pareja.

—Sí claro, y Bella es virgen—bromeó Clara.

Bella carraspeó su garganta—No tengo la culpa de que Hans me haya seducido con su cuerpo y con su gran pe—

Le meto a su boca un pedazo de mi sándwich, antes de que termine de formular la última palabra.

—Pene, —terminó de hablar Clara, por ella—pene, pene, pene—repite con diversión, creando un momento incómodo.

Me levanto de la silla para observar a mi alrededor, gracias a Lucifer no había clientes en el restaurante, solo estaba el mozo, un mozo moreno y atractivo, por cierto. Él está en el mostrador escribiendo algo en una agenda, después levanta su mirada para observarnos. Siguió repitiendo esa palabra hasta que le fue suficiente al moreno para estallar en risas. Me puse roja de la vergüenza, al verlo reír tan abiertamente. Sus risos oscuros se movían mientras él sacudía su cuerpo, entre risas. Al parecer no soy la única que se ríe como foca epiléptica.

Susurros de amor © [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora