Susurros de amor © [FINALIZADA]

Capítulo 33: Promesa incumplida

19 de diciembre, 2018

No es nuestra primera cita, tampoco la segunda ni la tercera.

Pero por alguna razón he entrado en una crisis existencial de novia que no sabe qué vestir, aun sabiendo que tiene ropa en su armario, para todo tipo de ocasión. ¡Me quedaré sin neuronas de tanto pensar! he rebuscado por toda mi habitación alguna prenda que me guste, pero justo hoy día, tengo la cabeza en blanco, siento que todo lo que me ponga, se mirará horrible.

Los únicos que pueden salvarme, son Bella o Hans. Prefiero mil veces comunicarme con Bella que, con su novio, porque ella es más sensata, en cambio el otro me hará perder el tiempo con sus bromas, que no me molesta para nada, pero ahora mismo voy retrasada con el tiempo.

La llamo, y me responde al segundo timbre—Hola, soy Bella y estoy follando con mi novio, deja tu mensaje, adiós.

Me pego la frente con una risa—Oye, ya te dije que tengas cuidado al decir eso.

Suelta una risita—Es que es gracioso.

—¿Y si mi mamá te llama desde mi móvil?

—Tienes razón, ya veré que otra broma inventarme, ¿Qué pasó?, ¿Para qué soy buena?

—Necesito que vengas a mi casa, lo más rápido que puedas, y escojas un outfit por mí.

—Bebé ando ocupada, no podré ir, pero si quieres hacemos videollamada.

Suelto un largo suspiro. —Te llamaré por Skype.

Corto la llamada, y rápidamente enciendo mi laptop para llamarla. Ella tarda unos segundos en contestar, pero después de un poco de insistencia, contestó. Me rio al verla en toalla, al parecer se estaba bañando.

—Estamos en invierno—camina de un lado a otro por su habitación—, puedes usar algún abrigo, o pantalón, aunque una pregunta preguntona, ¿a dónde saldrás?

—Tengo una cita con Dainan. —mis mejillas se ruborizan, al instante que mis labios pronuncian su nombre.

Se acerca a la pantalla, enseñándome su busto—¿Cita con cena romántica o cita con sexo?

Volteo los ojos—Si pudiera lanzarte una almohada, te la lanzaría.

—Pero necesito saber todos los detalles, para poder escogerte el outfit. —enarca una seductora ceja.

Entrecierro los ojos—Conozco tus malas intenciones, puerca. —ella ríe.

—Enserio, no estoy jugando. —alza sus manos, con signos de inocencia.

—Según tengo entendido, Dainan ha separado una mesa en algún restaurante.

Bella simula anotar algo en su cuaderno invisible—Ajá, que más.

—Supongo que después iremos—

—A follar—terminó ella por mí.

—¡Claro que no! —la callo de inmediato—Solo piensas en eso Bella Collins, hija de la lujuria.