Susurros de amor © [FINALIZADA]

Capítulo 21: Mi nombre es Patrick

20 de octubre, 2018

Estamos a una semana de la competencia de natación. Sinceramente estos días he estado, practicando hasta tarde, incluso tuve que rogarle a Miranda, para que me permita estar en la piscina hasta la medianoche. También dejé de lado mis clases de Karate, para centrarme más en la competencia. Daré lo mejor de mí, así pierda. No hay nada mejor que sentir satisfacción, por haber entregado toda tu pasión y esfuerzo.

Guardo mis auriculares en el bolso, para luego caminar a los vestidores. Antes de ingresar, mi móvil vibra en el bolsillo trasero de mi jogger.

Es una llamada de mamá.

—Hola mami.

—Hija, ¿llegaste a la piscina?

—Sí, ¿por qué?

—Flora nos ha invitado a su casa a cenar.

¿En qué momento mi madre se hizo tan amiga de la mamá de Dainan?, creo que he estado tan pendiente de otros asuntos, que olvidé lo que hacía mi madre por las mañanas o en las noches, al llegar a casa. Anteayer me contó que hace unos días, las dos salieron una noche al bar, para conversar sobre sus hijos, o sea sobre Dainan, Clara y yo.

Típicas conversaciones de mamás.

—Sabes que tengo práctica, no creo que pueda asistir—ingreso a un vestidor.

—Ya le dije a Flora que vendrías conmigo—insiste—Además estará Dainan, y él es tu amigo.

—Iré, —acepto finalmente— pero no por él, sino por Clara, que ella es mi mejor amiga.

Salgo del vestidor.

—Por cierto, te dejé un vestido floreado en tu cama—indica—Me gustaría que lo uses, pero si no quieres, déjalo ahí, y ponte algo cómodo.

—Vale, mami—le mando un beso—Te veo allá.

Cuelgo la llamada, después me coloco nuevamente los auriculares, para regresar a casa trotando. De camino a casa estuve pensando cómo iría vestida a la cena, con ese vestido, o con mi típico polerón y un vaquero suelto. Después de mil sudores en el cuerpo, llegué a una opción final.

Usaré el vestido floreado, con unos tacones que dejó Bella en mi cuarto hace algunos meses.

Pensando en mi amiga, recuerdo que hoy no asistió a clases, tampoco me contestó las llamadas. Traté de preguntarle a Hans sobre ella, pero evadía mis preguntas. Noté que él estaba entre enojado y triste. En verdad quise sacarle información, pero Hans sabía cómo no responderlas sin necesidad de decírmelo directamente.

Espero que ambos se encuentren bien.

Aunque pensándolo con claridad, ambos han estado raros estos últimos meses. Hay días en que se evaden, también no asisten a clases. Sé que soy su mejor amiga, y debería saber todo de ellos, pero también sé lo que significa tener privacidad. Por eso cuando pregunto y no hay respuesta, prefiero no insistir.