Capítulo 32: Nuestro último viaje

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17 de diciembre, 2018

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17 de diciembre, 2018

—¡Quedamos en bosque! —Bella se entristece, al ver que la mayoría optó por cambiar el destino.

Clara levanta su mano—Muy lejos, al cerca es la playa.

Siempre que tenemos que decidir algo, mis amigos tienen que estar en desacuerdo, siendo incapaces de llegar a un acuerdo. Llevamos casi dos horas planeando otro próximo destino de viaje. Mientras los observo debatir, la mente se me ilumina con un gran plan.

—¿Qué te parece si los llevamos al monte? —le pregunto en su oído a Dainan, solo para que él me escuche.

—¿Estás segura? —responde—Sabes que por ese lugar hay muchos perros.

Me rio por lo bajito—Será adrenalina pura verlos correr. ¿No lo crees?

—A veces pienso que en tus venas tienes alguna droga de maldad—me da un casto beso en los labios—, pero me gusta, tú me gustas.

Muerdo su labio, succionando el delicioso sabor del chicle que masticó hace horas.

Un carraspeo profundo de garganta nos separa—¿No pueden aguantarse? —preguntó Hans observándonos, al igual que Bella, Clara y Ulises. Este último no pudo disimular su risa, así que soltó carcajadas mientras aplaudía como una foca.

—Esa risa, me recuerda al día que lo conocimos. —declaró Bella.

Bebo un poco de soda, recordando ese día como si fuese ayer.

Clara lo observa con ojos de amor y adoración, como si estuviese viendo al mismo Dios. Estoy tan feliz por los dos, me alegra que Clara haya encontrado por fin a su media naranja. Dainan justamente me comentó ayer que Ulises ha cambiado el carácter de su hermana, al igual que su manera de pensar. Desde que son novios, ella cambió por completo, obviamente para bien, ya que antes actuaba siempre a la defensiva, no era capaz de controlar su enojo, en fin, ella es una nueva chica.

Su verdadera personalidad es la que salió a relucir, en el mismo instante que conoció a Ulises, su único y verdadero amor. Absorbo un poco más de soda, agradeciendo que el bastardo de Stephen se haya ido de su vida para siempre. No merecía tener a mi mejor amiga en la suya. Ella fue mucho para él.

Dainan pasa su brazo por mi cintura. —Chicos, con Aurora queremos llevarlos a un monte, es un lugar que no está tan lejos, podríamos quedarnos allí el resto que queda de la noche hasta el amanecer.

—Buena idea—opina Hans—, alistaré en una mochila trago, mucho trago.

Le lanzo una almohada. —Solo piensas en eso, caray—se soba la cabeza.

—Oye, deja de ser tan mala. —entrecierra los ojos—Abusas de tu fuerza.

Rio bajito, disimulando mi emoción al pegarle. —¿Entonces que dicen?

Susurros de amor © [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora