Capítulo 05: Entre sonrisas y chocolates

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—Evans, retírate—dijo amenazante, con la pronunciación lenta de mi apellido—quiero nadar

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—Evans, retírate—dijo amenazante, con la pronunciación lenta de mi apellido—quiero nadar.

Lo miré directamente, sin signos de intimidación—Pues ve y nada, ¿acaso tengo tus piernas o qué? —chisté—

Él de pronto caminó poco a poco hacía mí, y por mi seguridad, retrocedí—Eres tan insoportable—dijo entre dientes—¿Cómo es posible que tus padres puedan aguantarte tanto? —sus labios formaron una pequeña sonrisa maliciosa, pero en vez de asustarme me quedé hipnotizada.

Sé que estaba sonriendo para intimidarme o transmitirme miedo, pero resultó ser todo lo contrario, decidí admirar su cabal rostro, tallado por los mismos dioses, su perfecto cuerpo, esculpido por unas mágicas manos. Todo de él desbordaba admiración. Quise golpearme mentalmente, porque si él seguía comportándose de esa peculiar manera, inútilmente iba caer tarde o temprano. Esa sensación de verlo por horas, es inexplicable y a la vez frustrante, porque no lo entiendo, a pesar de que ya lo viví y de la peor manera.

—¿Aurora? —Agitó su mano frente a mi rostro, trayéndome a la realidad—Oye, te estoy hablando.

¡Carajo!

—Te escucho, maldito torpe—Pasé por su lado, empujando sin cuidado ni respeto su hombro.

—¿Cómo me has llamado? —Cuestionó con diversión.

Giré para verlo de nuevo—Mal-di-to tor-pe—Deletreé su apodo, entrelazando mis brazos—¿Algún problema? ¿O tu capacidad auditiva es nula que no entiendes?

Entrecerró los ojos—No, ninguno—sonrió—¿Por qué tendría que tener problemas con una niña tonta y mediocre?

Me encendí como leña en fuego caminando como toro hacia él y con mis dedos empujé su pecho—¿Tonta? ¿Mediocre? ¿Qué buscas, Beresford? ¿Quieres otro golpe?, si eso quieres puedo dártelo con gusto—No desvié mi vista de la suya, y él parece haber sentido miedo o quizás intimidación, porque solo me alejó para voltear hacia al frente, dándome la espalda.

Comenzó sin más su estiramiento, primero empezó con brazos, después con las piernas; mientras él estiraba, yo iba recordando los gritos de mi madre, y el dolor que tuvo que soportar mi tobillo en la caída de ayer. Dejé mi maletín en el suelo, para luego remangar mi cazadora hasta los codos, también ajusté mi cola, la cual estaba deshecha por lo que vine trotando.

Me acerqué lentamente por atrás de Dainan, mientras que él subía al cajón. Por dentro estaba muriéndome de la risa y de los nervios, porque jamás había tirado a alguien a la piscina. Al estar cerca de él, coloqué las palmas de mis manos a milímetros de su trasero, entonces iba empujarlo, pero su trasero me tentó a no hacerlo, se veía tan apetitoso y tan trabajado, que tragué saliva, controlando a mis hormonas.

¿Qué pasa Aurora?

Retrocedí sin tener malas intenciones con Dainan o con su trasero, solo tomé mi maletín del suelo, para luego caminar apresuradamente al vestidor. Me cambié con mi traje de baño, también saqué mis lentes, gorro, toalla, y la crema mentolada que me regaló. Antes de meterme al agua, me la untaré para evitar calambres. El tobillo no está sano del todo, aun puedo sentir dolor al caminar. ¡Maldita sea la hora que choqué con Beresford! ¡Maldito él!

Susurros de amor © [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora