Dos Almas

•23•

Mi estadía con mi abuela había terminado solo hacía falta que mi cuerpo reaccionara, ambas nos encontrábamos sentadas frente a frente, nos analizaban la con la mirada, de pronto una luz blanca me impedía ver a mi abuela con claridad.

–Buen viaje mi pequeña– dijo antes de que desapareciera por completo.

Mi cuerpo se sentía un poco pesado al igual que mis párpados, pero con mucha fuerza de voluntad abrí mis ojos y pude ver dónde me encontraba, estaba en el consultorio o lo que había sido el consultorio en su momento, mire el techo y podía ver cada mínimo detalle, como por ejemplo esos pequeños patrones que se formaban en la madera, el polvo que flotaba en el aire, me levanté y quedé sentada en la cama, mi cabeza giraba en varias direcciones y todas eran exactamente lo mismo, los libreros, los ventanales, solo que con mejor definición, era como ver todo con una lupa, estaba por levantarme cuando el sonido de una persona correr me puso alerta, la puerta se abrió de golpe dejando ver a un Emmett con una sonrisa gigante en el rostro.

–¡Angel!– grito al mismo tiempo que corría en mi dirección me tiraba sobre la cama haciendo que mi cuerpo quedará entre el y la camilla, yo no podía contener mi emoción y lo abrace de vuelta.

–Ya estoy en casa– dije entre risas.

Con cuidado me dejó levantarme, solo en ese momento pude ser consiente de que su piel ya no se sentía dura como la piedra, ahora era como tocar una piel normal, tampoco tenía esa temperatura helada, camine hacia el espejo de cuerpo completo para mirarme, me veía igual que antes solo que mis ojos eran de color violeta, también mi cabello se veía más saludable, cuando termine de observarme mire una figura en la puerta, giré mi cabeza para poder ver a Rosalie con Calliope en brazos, corrí en su dirección y le di un beso a Rosalie y un abrazo sin lastimar a la pequeña bebé en el proceso, cuando nos separamos pude ver con detenido a la bebé que parecía por lo menos de un año.

–Hola Callie– dije mientras la cargaba– Eres hermosa.

Pero algo que llamo por completo mi atención fue que sus ojos pasaron de ser un color café casi negro a un color azul violeta, mis cejas se juntaron en una clara mueca de incredulidad.

–¿Y eso que fue?

–Creemos que es su don– explico Rosalie– Tengo la teoría de que pide cambiar su imagen a voluntad.

–Puede ser– dije mientras analizaba a la ya no tan pequeña bebé en mis brazos–¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

–Una semana– me dijo Emmett

–Fue mucho tiempo.

Tras está pequeña charla camine junto con ellos en directo a la sala, Rosalie había tomado a Calliope en brazos y fue buena idea porque aún no terminaba de entrar en la habitación cuando un cuerpo delgado choco contra el mío mis manos se aferraron a ella, Bella me abrazaba con fuerza, como si no me quisiera soltar, la escuché sollozar.

–Tranquila– dije mientras seguíamos abrazadas– Yo también te extrañe.

–Nunca había pasado tanto tiempo si verte y es horrible.

–Pues ya estoy aquí.

–Amm... Amor te tenemos que decir algo– me dijo Emmett.

–¿Que pasa?

–Pasaron muchas cosas mientras tú no estabas– dijo Leah.

–¿Como que cosa?.

–Leah se imprimo– dijo Seth rápidamente.

–Esas son buenas noticias.

Mientras yo me emocionaba todos en la sala se ponían tensos y eso me alarmó, observé a mi amiga esperando tener otra reacción pero ella solo atino a agachar la cabeza.

–¿Tan malo es?

–Prometes no enojarte– me dijo en un hilo de voz.

–Claro– dije mientras me paraba frente a ella– Dime quien es.

–Callie– dijo bajito

Me quedé quieta en mi lugar tratando de analizar la información recién adquirida, mi amiga se había imprimado en mi hija, esto no es cualquier cosa, pero me alegra que sea ella quien cuide de Callie, mis músculos que anteriormente estaban tensos se relajaron y corrí a abrazar a Leah.

–Estoy tan feliz de que seas tu– dije en voz baja– Si hubiera sigo Seth estoy segura que la perdería en pocos minutos.

–¡Oye!– grito el menor indignado.

–Si te pierdes de aquí a tu casa no quiero pensar como serías con nuestra hija–Dije entre risas.

Estaba tan feliz de que ella quedará en buenas manos, no es las de cualquier persona Leah es mi mejor amiga y no puedo esperar menos de ella, es como mi hermana, cuando la conocí yo sabía que estaríamos juntas siempre que serías muy unidas y ahora no tengo dudas sobre esto.

°°°°

Las noches nunca se me habían hecho tan largas como está, toda la familia había salido a cazar y yo me había quedado a dormir y a cuidar a las bebés, Renesmee dormía plácidamente en su cuna mientras Calliope lloraba a más no poder, eran las tres de la mañana y yo sufriendo con una bebé que no sé quiere dormir, tenía a la pequeña bebé entre mis brazos la mecía para tratar de calmarla pero no funcionaba, ya le había dado un biberón pero salió volando por alguna parte de la habitación, ya había revisado su panal y todo estaba en orden.

–Por favor Callie– dije en voz baja– Yo sé que tú tienes sueño y yo también.

La mecía mientras caminaba por la habitación, me acerque a la cuna de Renesmee y está seguía dormida, nunca había tenido envidia hasta este momento.

Con la bebé en brazos me senté en mi cama y la seguí metiendo por un momento su llanto seso pero eso duro poco porque un grito salió de entre sus labios, la impotencia me gano.

–Ya no llores– dije con mi voz ligeramente quebrada– Porque si no yo voy a llorar también– el llanto de la bebé en combinación con el mío era lo único que se escuchaba en la habitación.

Que patético madre e hija llorando en sincronía una por motivos desconocidos y la otra por no saber que tiene su hija, definitivamente el instinto materno no nació en mi, volví a levantar y a caminar con Callie pero en esta ocasión por toda la casa, estaba en la sala en medio de otra crisis cuando Rosalie entro por la puerta y yo en pleno llanto me acerque a ella y en repuesta me abrazo con cuidado de no lastimar a la bebé, con su mano dejaba pequeñas caricias en mi espalda.

–Ya tranquila no pasa nada– dijo con voz dulce y por arte de magia la bebé dejo de llorar.

–No me quiere– dije– Por eso llora.

–Ella te ama solo tiene que acostumbrarse a tu presencia.

Y así la rubia me enseñó como identificar que significaba cada uno de los llantos de Calliope, me enseñó que debe llevar su biberón.

Esto será más complicado de lo que pensé.

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