Dos Almas

•25•

Emmett estaba con una cámara de video entre sus manos y perseguía a Callie y a cualquiera que se encontrará con ella, según el para capturar sus primeras palabras, sus primeros pasos pero Callie tal parece que no quería cooperar con eso.

–No porque la persigues ella va caminar o hablar– le dijo Leah al mismo tiempo en que ella levantaba a Callie para llevarla a su silla y darle de comer.

–Tarde o temprano lo hará y quedará grabado– dijo Emmett mientras sacudía la cámara.

Leah río en voz baja para después dejar ala bebé en su silla ella estaba aplastando los vegetales con un tenedor para hacer una papilla y Emmett estaba jugando con la cámara pero con lo que ninguno de los dos contaba era escuchar un balbuceo.

–Ma... Mamá– dijo Callie mientras metía sus manos a su boca.

Emmett y Leah se miraban y miraban a la bebé sorprendidos, Emmett prendió la cámara y enfoco a Callie.

–Mamá– dijo otra vez– Mamá.

–eso Callie– dijo feliz Leah– Ahora di Leah.

–Le– dijo la bebé.

–Leah– repitió la castaña

–Le.

–Con eso me conformo.

–Ahora di papá.

–Dada– dijo la bebé.

–Papá

–Papá– dijo por fin la bebé.

Los dos adultos soltaron un grito de emoción, para posterior mente dejar un beso en la cabeza de la bebé, Rosalie y Alexa habían salido y llegarían en un par de horas en las cuales ambos le enseñarían palabras a Callie, pues parecía que la bebé estaba dispuesta a decir frases completas y es lógico pues aparentemente tenía  un año y medio tal vez dos años.

–Ya no quiere hablar– dijo Leah.

–Con un carajo– soltó Emmett al darse cuenta de que la cámara se  había quedado sin batería.

–Cadajo– balbuceo la bebé.

Ambos pelinegros se miraron asustados, y su pánico aumento en cuanto fueron capaces de escuchar el sonido del auto de Rosalie, miraron a la bebé con pánico.

–Eso no se dice hermosa– le dijo Leah en voz extremadamente baja.

El sonido de tacones sobre las escaleras hicieron que Emmett casi llorará la ponzoña que corría por su sistema pero en lugar de hacer eso se tiró a los brazos de Leah y comenzó a hacer sonidos de llanto, Leah se hizo aun lado y el vampiro no pudo reaccionar cuando su cuerpo golpeó el piso.

–Leah, Emmett estamos en casa– dijo Alexa en voz alta– No se para que les aviso si ya saben que estoy aquí.

–¿Que haces tirado en el piso?– cuestionó la rubia.

–¡NADA!– gritaron los dos al mismo tiempo.

Ambas mujeres dejaron sus bolsas en el sillón y caminaron en dirección a Callie, la bebé estiró sus brazos en dirección a Alex y está la levantó para dejar un beso en su cabeza, Rosalie también dejo un beso en su cabeza y ambas se dedicaron a pasar tiempo  con su pequeña, ambas están jugando con sus manitas.

–Mamá– dijo Callie.

Ambas mujeres se miraron sorprendidas y voltearon a ver a los otros dos los cuales los miraban con una sonrisa.

–Sorpresa.

Y así los cuatro adultos se pasaron horas enseñándole palabras a Callie pero cuando Alex escucho a su hermano y a Magnus llegar no dudo en correr con su bebé en brazos para poder enseñarles las palabras que ella había aprendido, y Alice y Jasper que iban llegando también fueron capaces de escuchar a su sobrina hablar, Alec le arrebató a la bebé y se puso a jugar con ella sacó un pequeño juguete que había comprado, y el cargaba a la bebé por toda la casa, la pequeña infante reía en los brazos de su tío.

Solo bastaron unas cuantas semanas para que la niña ya hablara con frases largas un poco confusas por su falta de fluidez al hablar pero se entendía un poco, ya solo hacía falta tiempo para que ella empezará a caminar por su cuenta pues ella empezaba a  a caminar en su andadera la cuál chocaba con la de Renesmee ocasionando la risa de ambas niñas, también su crecimiento era más acelerado, sus padres no sabían cuánto tiempo tendrían con sus hijas pero cada momento era importante es inmortalizado por Emmett y su cámara de video, también las palabras de la pequeña Renesmee estaban inmortalizada en ella.

Charlie estaba tan emocionado de que ambas niñas le dijeran abuelo que lloro cuando las escucho, este entre lágrimas se refugio en los brazos de Sue, la madre de Leah y Seth pero ella también lloro cuando ellas la llamaron abuela Sue, todos parecían llorar por todo lo que hacían ellas, si ellas miraban una película y algo les daba risa todos no podían evitar soltar suspiros enternecidos.

Ambas niñas sabían que no eran como los demás y se sentían expuestas cuando alguien las miraba por mucho tiempo como paso con Ángela cuando se encontró con Alex ella miro a la pequeña Callie y encontró mucho parecido entre la bebé y Alex, también se parecía mucho a Emmett y a Rosalie era una mezcla de ellos tres pero había algo en esa bebé que Ángela no pudo dejar pasar.

– Ella es especial Alex– dijo la morena.

–Lo es– afirmó la madre.

– Es mejor no preguntar, ¿Cierto?– fue más una afirmación que una pregunta.

–Es mejor asi Angie– dijo comprensiva.

La morena sonrió en dirección a su amiga de la escuela, así que lo mejor que haría sería no preguntar ni cuestionar nada, Alex al igual que los Cullen tenía secretos los cuales sabía que eran mejor no preguntar, esa misma tarde la invitó a tomar café, Ángela le contaba que había conocido al un chico en la universidad, le dijo que era un chico muy extrovertido, y que gracias a él estaba mejorando su confianza, también le contó que había un parte aguas en su vida gracias a él, Alexa veía el cariño con el que hablan de ese chico y ella solo podía pedir que ellos fueran felices, también le contó que Jessica se había mudado a Nueva York para estudiar música y que había descubierto que era muy buena cantando, Erick se estaba dedicando al periodismo en Seattle y de Mike no sabía mucho.

Todos tomaron caminos tan distintos, todos eran tan libres, todos eran ellos mismos.

Pero ella se alegraba de los logros de sus amigos.

–Espero la invitación para tu boda– dijo Alex–  Alice con gusto organiza todo.

–Alice es estupenda en eso– dijo Webber.

–Lo es.

Y así dos amigas prometieron estar en contacto pero algo inquietaba a Alex, una picazón en su garganta no la dejaba tranquila, pero no sabía porque.

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