•16•

2.1K 227 11
                                        














Mi cabeza estaba recargada contra la ventana del avión y mi pierna se movía inquieta, como si eso de alguna manera me ayudara a tranquilizarme o a quitar mi ansiedad, Jasper me estaba esperando en el aeropuerto para partir en dirección a la cafetería que por culpa de mi estrés no recuerdo cómo se llama, Bella solo me llevo una vez y no es como que sea extremadamente buena recordando nombres.

Otra vez estoy divagando, por favor concéntrate Alex no es tan malo, digo solo te tienes que morir y dejar solos a tus novios, hermanos y mejores amigos, si definitivamente se lo tomarán bien, de manera mecánica comencé a morder mi dedo pulgar, estuve así lo que restaba del viaje al llegar fui por mi pequeña maleta y busque a Jasper con la mirada, cuando por fin lo encontré camine tranquila en su dirección al estar a menos de dos metros lejos de el, sus cejas se juntaron en una nueva confundida y sin perder tiempo corrió a paso humano en mi dirección y me abrazo.

–Tranquila ya estás bien– susurro mientras acariciaba mi cabello yo por mi parte me aferre a él y llore, mis sollozos no duraron mucho pues la mayor parte los había dejado en nueva York.

Nos quedamos así casi cinco minutos cuando nos separamos le sonreí y con la manga de mi suéter seque mis lágrimas.

–¿Me llevas a desayunar?– hablé con voz áspera– Tengo hambre.

–Lo que la señorita pida– tomo mi maleta y la coloco sobre su motocicleta para después ponerme un casco y así emprender camino a la cafetería.

Al llegar nos sentamos en una de las mesas cercanas a la ventana Jasper en el lado donde estaba la pared para evitar cualquier percance, cuando me trajeron el desayuno y un café para que Jasper disimulara el cual terminaría por beber yo, estuvimos unos minutos en silencio debatiendo si era buena idea decir lo que pasaría conmigo en cuestion de poco tiempo.

–¿Que paso?– hablo el texano.

–Es difícil de hablar de esto– trague saliva para intentar desaparecer el nudo en mi gsrganta– Resulta que soy una Banshee.

–¿Cómo en las leyendas?– pregunto–¿ Las que son capaces de predecir la muerte?

–Mjm– afirme mientras masticaba los hot cakes– Efectivamente, eso estoy hablando.

–Es algo interesante– me miro– Pero aún no logro comprender porque te afectó tanto.

–Resulta que no solo soy una Banshee, también soy una clase de amplificador para los dones de algunas personas, pero tengo que practicar con eso.

Jasper sabía que no solo era eso y yo sabía que tarde o temprano se enteraría.

–Pero para que mis poderes aparezcan tengo que morir por unos dias– hablé rápido pero se que el si logro entender– Eso me tiene preocupada.

Una risa amarga salió de mi garganta.

–Se supone que tengo que morir para que esto funcione– mis ojos estaban cristalinos– Jasper tengo miedo.

Deje mis cubiertos sobre la mesa y con mi mano hecha puño cubrí mi boca para evitar otro sollozo, con ambas manos seque mis ojos y gire mi cabeza para mirarlo, sos ojos estaban cristalinos pero la ponzoña no lo dejaba derramar lágrimas, tome su mano y deje un pequeño apretón.

–Nunca pensé decir esto pero...– lo mire con sinceridad– No tengo miedo de morir, Jasper prométeme que no le dirás a nadie– pise mi dedo meñique frente a el– Prometelo.

–Lo prometo– unió su meñique con el mio–¿Le dirás a los chicos?

–No– hablé firme– Se los diré cuando sea prudente.
































Dos AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora