XI

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Breve aclaración: donde yo vivo, en primaria, un mismo profesor (generalmente el tutor de la clase) suele impartir varias materias distintas a sus alumnos.

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Toda la clase ha aprobado el último examen. No solo eso, sino que la gran mayoría alza orgullosamente un sobresaliente. Denki acaba de entrar en el aula para dar su clase y se han abalanzado sobre él gritando que su ayuda había servido. Denki incluso hubiera llorado de felicidad al ver tantas sonrisas, pero solamente levantó el pulgar felicitándoles y recordándoles que todo era mérito de ellos.

Un día después de que le comentaran su problema, Denki había todamado una decisión: usarían 15 minutos de sus clases (matemáticas, historia, dibujo y literatura) en repasar las lecciones de inglés a fondo. Sabía que se metería en un gran problema si la profesora se enteraba de que literalmente le estaba dando clases extras a los niños a sus espaldas, pero correr el riesgo había merecido la pena viendo esa felicidad colectiva nada más cruzar la puerta. Y sí, puede que lleve días sin dormir cuadrando sus agendas y estudiando lo que al día siguiente le explicaría a los niños, pero ningún trabajo venía exento de esfuerzo y sacrificios.

La satisfacción que le invade le acompaña durante el resto del día. Hasta que, por la tarde, mientras se encuentra en la sala de profesores respondiendo a un correo, la profesora causante de los problemas se dirige a él de una forma un tanto tosca, atrayendo la atención del resto de profesores.

--¿Kaminari-san? ¿Puedo hablar contigo?

Denki por dentro ha pegado el mayor chillido de la historia. Sin embargo, por fuera, sonríe tranquilamente girándose en la silla.

--Claro, dígame. 

La mujer no parece querer perder el tiempo.

--Creo que tus alumnos han copiado en mi último examen, ¿podría hablar con ellos? 

Kaminari muerde su lengua asintiendo. El resto de profesores les miran curiosos, y el siente el calor en sus orejas un poco abochornado por la insinuación de la mujer. Pero él ya estaba acostumbrado a que la gente le mirara, por lo que deja en segundo plano la atención extra que está recibiendo y saca sus dotes dramáticos para hacer lo que él asegura que será el golpe maestro que pondrá fin a sus problemas.

--Claro, hablaré con ellos --le dice al fin--. Pero creáme, no conseguiré nada. Ninguno ha hecho trampas en su examen, le tienen demasiada estima, ¡debería escuchar lo bien que hablan de usted! Hasta yo me siento a veces un poco celoso como tutor.

La mujer alza una ceja, sorprendida. Su expresión se ha suavizado al instante.

Denki, en su interior, está sonriendo vistorioso.

Una Mente Brillante | ShinkamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora