Capítulo 4

17.3K 2.7K 1.4K
                                    

Capítulo 4. Lobo custodio

*Prohibida la distribución de este fanfic sin permiso de la autora. Puedes descargar esta historia completa en Patreon.com/chispasrojas

—¿No podrás venir esta noche? —Taehyung sonó adorablemente decepcionado al otro lado del teléfono—. Habrá palomitas.

—Tengo que ir a esa cena familiar, mi padre me dijo que quería que fuera más cercano a Lisa —contestó Jimin perezosamente.

—¿Otra vez con eso?

—Ya sabes cómo es, no ha superado la muerte de mi madre.

—Eso suena un poco... duro... —valoró el omega bajando la voz—. ¿No?

Jimin resopló al otro lado de la línea, puede que siempre hubiese sido demasiado duro con las novias de su padre, pero él estaba convencido de que tenía razón. Su madre murió cuando tenía diez años, y en esos últimos once, a Ikari le había dado tiempo a divorciarse dos veces, tener varias novias, hasta finalmente dar con una omega excesivamente joven y bonita (los omega eran el fruto raro a encontrar, por lo que supuso que por eso debía haberse encaprichado con ella). Su ceño se frunció levemente, le desagradaba el comportamiento de su padre, como si de alguna forma no pudiese simplemente aceptar, de una vez por todas, había perdido a un amor irreemplazable. ¿Era Lisa otro de sus intentos de reemplazo?

—Tengo una idea, ¿por qué no vienes mañana conmigo? —sugirió Jimin—. A mi casa. Apenas nos hemos visto esta semana.

—Tengo que terminar un sketch para Dioni —Taehyung se reclinó en la silla giratoria de su escritorio—. Es un desastre, voy a reprobar este cuatrimestre.

—Pues termínalo aquí.

—¿Seguro? —sonrió el ceniza, frotándose la nariz con un par de dedos—. ¿No empezarás a molestarme con tus dinosaurios de juguete?

Jimin se rio levemente, se humedeció los labios con diversión.

—Eso no pasa desde hace siglos.

—Cierto, ahora tienes una videoconsola —comenzó a enumerar Taehyung lentamente—, internet de alta velocidad y ese juego tonto de peleas en el que siempre te destruyo.

—Te encanta ese juego —rebatió Jimin seriamente.

—Nah, a ti te encanta —se burló el omega.

—No, a mí sólo me gusta jugar contigo —confesó el segundo.

Taehyung soltó una carcajada silenciosa, y a pesar de que sólo estuviera burlándose de él, pensó que eso había sonado adorable.

—Vale, pues, estaré allí mañana —dijo tras unos segundos de silencio, con un tono de voz distinto—. ¿A las cinco está bien?

—Mnh, a las cinco —asintió el sub-alfa—. Pásalo bien esta noche, cuídate.

—Y tú —le devolvió Taehyung—, sé bueno con tu padre.

Colgó la llamada después de eso. Taehyung se preparó para salir el sábado, después de una ducha, vistió un sencillo pantalón marrón abrochado en su cintura, unos zapatos oscuros y anudados, blusa negra y una de sus delgadas chaquetas. Utilizó su perfume supresor (notaba que su olor físico se había disparado la última semana), guardó algo dinero que no utilizó la semana pasada en la hucha que tenía en forma de conejo rosa y comprobó que llevaba suficiente para un taxi o cualquier otra urgencia. Taehyung quería ahorrar para comprarse materiales de pintura, o puede que un nuevo portátil al que no le apeteciese aporrear con sus pequeños puños.

Dusk Till Dawn (Vol. 1) ☪ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora