Capítulo 24

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*Esta historia pertenece a Chispasrojas. Prohibida la distribución de este fanfic sin permiso de la autora. Puedes descargar esta historia completa en Patreon.com/chispasrojas

Capítulo 24. γ

En el apartamento de Namjoon, Jungkook se sentó en una butaca que su amigo le indicó. Instantes después, regresó ofreciéndole una bolsa de hielo para que se la pusiese en la mandíbula. Jungkook aceptó su cortesía, pese a que no le doliese tanto. No obstante, la hinchazón había alcanzado un lado de su rostro y la boca aún le sabía a sangre.

Jungkook se hundió en el asiento, cruzándose de piernas. Se alegraba de no haberle devuelto el puñetazo a Julen, pues en su época adolescente, su Lobo le hubiera golpeado hasta destrozarse los nudillos. Sin embargo, ahora se conformaba con la agridulce sensación de haberle humillado bajo una orden imposible de romper para su instinto de lobo seguidor. La voz del líder de la manada, este caso, la de un alfa puro, siempre estaba por encima de la voluntad del sujeto. Por eso, instintivamente, todos palidecían ante la presencia de un alfa como Jungkook. No era agradable pensar que un desconocido podía obligarte verbalmente a hacer algo indeseable.

Pese a todo, Jungkook lo había hecho por su bien. La otra opción que tenían era la de ponerse en contacto con la policía, y que encarcelasen a Julen.

—Hiciste lo mejor para él —expresó Namjoon, él miró por la ventana, ofreciéndole la espalda—. Te odiará mientras cierra ese club, pero con el tiempo, entenderá por qué le hemos sacado de esto.

—No sé si lo entenderá —expresó el azabache en voz baja, sosteniendo la bolsa de hielo junto a su mandíbula—. Le he visto... demasiado reticente...

—No esperé que mencionase a tu abuelo —suspiró Namjoon, le echó una mirada de soslayo, desde la ventana—. ¿Crees qué...? ¿tendrá represalias?

—No lo creo —comentó Jungkook con aire reflexivo—. Pero se equivoca en algo, los actos del pasado que ahora recaen sobre nuestra casta, no tienen por qué definirnos. Sé que Jeon Renzo no es un superhéroe, Nam, ya no soy un niño. No obstante, la fortuna de mi familia no se basa en la población campesina de los cincuenta. Los contratos son legales, mi abuelo se preocupó por corregir sus errores pasados. Y a mí, me transmitió una profunda moralidad que no pienso abandonar —entornó sus párpados, y continuó con seguridad y convicción—. Julen se equivoca, no puede atacar al apellido Jeon con asuntos del pasado. No puede hacerme daño.

—Eran otros tiempos —asintió Namjoon—. Ahora... todo es distinto...

Jungkook y él se miraron, los siguientes segundos transcurrieron en silencio, con algo más moviéndose entre las bambalinas de sus palabras.

—¿Tienes una relación con un alfa varón? —se aseguró el pelinegro.

Namjoon se mordisqueó el labio, bajó la cabeza y asintió, sin mencionar nada más. Jungkook no se sintió mal porque no se lo hubiera contado, supuso que era normal que se hubiese guardado algo que podía caracterizarle como promiscuo o darle una fama algo indeseada. La homosexualidad se justificaba hacia los omegas, cuyos varones, aparte de estar casi extintos, en términos naturales, seguían viéndose como hembras. Con las demás castas, la sociedad coreana tendía a ser un poco homofóbica, sobre todo, porque los alfas eran unos puritanos que sólo pensaban la descendencia de su sangre.

—Eh, Nam.

El alfa volvió a mirarle, el rostro de Jungkook le pareció ciertamente dulce, y sus palabras, sonaron cuidadosas.

—Es quien eres, no tienes por qué ocultarlo —expresó el pelinegro, y lentamente, sus comisuras se curvaron—. Además, ¿sabes que yo besé a un alfa en la universidad?

Dusk Till Dawn (Vol. 1) ☪ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora