Capítulo 26

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*Esta historia pertenece a Chispasrojas. Prohibida la distribución de este fanfic sin permiso de la autora. Puedes descargar esta historia completa en Patreon.com/chispasrojas

Capítulo 26. Elegir tu destino

Jungkook pasó la madrugada en su apartamento, tras dejar al gamma frente a su casa. Se permitió una ducha fría, un cambio de ropa para liberarse de aquel traje, mientras las sábanas de su dormitorio gritaban el nombre de su omega. Sus ojos aún se encontraban dorados frente al espejo, de un amarillo cristalizado que bombeaba bajo las ganas de vengarse; la policía nunca saciaría su apetito. En su reflejo, contempló su cabello oscuro húmedo, formando ondas, peinó un lado hacia atrás con los dedos, dejando a la vista el rapado de su sien. Su rostro parecía cansado, inesperadamente inexpresivo teniendo en cuenta toda la tormenta que trascurría por dentro.

En veinte minutos más, salió de allí. Pasó a primera hora de la mañana por una tienda de Apple, donde se hizo con un nuevo teléfono y el duplicado de su número. Encontró una decena de llamadas perdidas durante la madrugada, su familia, Jimin, Namjoon, alguien de la empresa.

No tardó ni dos segundos en devolvérsela a Jimin, obviando al resto del mundo. Sus pies se orientaron hacia su Mercedes, deseaba reponer el depósito y volver a ese estúpido hospital así tuviesen que expulsarle de nuevo.

Jimin sintió a su propio teléfono vibrar en el bolsillo, dio un respingo en la cómoda butaca donde reposaba. Pestañeó somnoliento, posando sus iris sobre Tae. Apenas hacía media hora que había pasado otro doctor para revisarle, y él estaba despierto, todavía atontado, con el sopor de los medicamentos. El sub-alfa se levantó del sillón como si hubiese sido la noche más larga de su vida. Miró su teléfono y descubrió el contacto de Jungkook en mitad de la resplandeciente pantalla. Volvió a mirar a Taehyung de soslayo, no quería alterar sus constantes, por lo que decidió deliberadamente salir de esa habitación antes de hablar con el alfa.

—Voy a por un café —masculló, abandonando la estancia.

Afuera, casi se dio de bruces con Namjoon. Sin corbata, ni chaqueta, las mangas arremangadas, cabello platino algo despeinado, y una sonrisa de labios, ofreciéndole un café de máquina.

—¿Quieres un donut?

—¿Aún sigues aquí? —dudó Jimin, agarró el café hirviente con un pestañeo curioso.

—Oh, buenos días a ti también —exhaló Namjoon con cierta ironía—, ¿cómo está la criatura?

—A-ah, perdona, e-es que pensaba que te habías largado hace un rato —se excusó Jimin afablemente—. Gracias por el café. Ohn, el médico ha pasado dos veces. ¿O han sido tres?

Namjoon asintió con la cabeza, se llevó el café a los labios seguidamente.

—Quédate por aquí —le pidió Jimin en voz baja—, Jungkook llamó. Voy a devolverle la llamada antes de que me corte los coj-

—¿Qué? ¿Te ha llamado? —interrumpió Namjoon—. ¿A ti?

—Eh, ¿sí?

—Genial, acabo de perder mi puesto de mejor amigo en sólo veinticuatro horas —satirizó el alfa bajo el mismo tono.

Jimin se rio levemente; dudaba muchísimo de eso. Era capaz de asegurar que Jungkook sólo le llamaba a él, porque era al único al que se veía con ánimos de estrangular si no cuidaba del peligris como correspondía. Cuando atravesó el pasillo, pasó de largo de la sala de espera y salió a una pequeña terraza remarcando su número.

—¿Jeon? Buenos días.

—¿Está Taehyung bien? Voy de camino a la comisaría —mencionó el alfa, saltándose las formalidades—. Iré al hospital en cuanto termine.

Dusk Till Dawn (Vol. 1) ☪ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora