Capítulo 23

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*Esta historia pertenece a Chispasrojas. Prohibida la distribución de este fanfic sin permiso de la autora. Puedes descargar esta historia completa en Patreon.com/chispasrojas

Capítulo 23. La Voz superior

Yoongi agitó la bola de nieve y la dejó sobre el escritorio de su habitación, junto a la cajetilla abierta de su medicación en jeringuillas. Se dejó caer en la cama, observando los copos de nieve caer sobre la pareja de lobos.

¿Qué era eso que sentía en el pecho? Cuando abrazó una almohada, entrecerró los ojos y pensó en Jimin. Se habían visto el día de antes, pero quería verle de nuevo. ¿Le aceptaría, si supiera qué era de verdad? ¿Con qué ser se había apareado? Sus ojos se humedecieron, apretó los párpados e inspiró lentamente. Era más fácil pensar que no existía. Que nunca había nacido.


*Esta historia pertenece a Chispasrojas. Prohibida la distribución de este fanfic sin permiso de la autora. Puedes descargar esta historia completa en Patreon.com/chispasrojas


Jungkook dejó que Taehyung se las arreglase a solas en la cocina de su apartamento. Después de todo, la idea de preparar la cena para los dos fue del omega. Desde que pasaban más tiempo en aquel piso, el lugar se había convertido en una especie de nidito particular entre ambos. Jungkook se había preocupado por pedir lotes de comida, tener suficientes provisiones básicas, pan, huevos, frutas, carne y hortalizas. Además de eso, aceite, harinas y fideos precocinados. Quería que Taehyung estuviese cómodo, él era sensible a los olores, así que descartó los ambientadores artificiales y los perfumes.

No obstante, las veces en las que Lee Seung-gi o Namjoon pisaron su apartamento, le hicieron arrugar posteriormente la nariz a Tae. Jungkook se sorprendió porque Tae detectase sus aromas a machos alfas, como si fueran un par de perros indeseables. Tan sólo se sentía completamente cómodo con el aroma de Jungkook (a veces, hasta lo pasaba por alto). Namjoon le mencionó en una ocasión que su casa olía a omega, tanto que, tenía serios problemas para respirar por la nariz allí dentro. El sofá estaba impregnado de su olor, ya fuese por sus mimos, previo celo u otros factores. Namjoon prefería no sentarse ahí, si no quería tener un conflicto con su miembro endureciéndose irremediablemente. Era el problema que tenían los condenados omegas, siempre olían a vicio y perdición.

En la cocina, esa noche, Taehyung cortó cebolla, calabacín y patatas en forma de cubos. Se alegró de que su madre le hubiese enseñado algunas recetas que preparaba en casa, como la del jajangmyeon. El peligris utilizó fideos con una pasta de soja negra fermentada, le echó setas cortadas, y sazonó el cerdo con una cucharada de vino tinto de la marca de R. Jeon. En la sartén, dejó caer una pizca de pimienta, sal, jengibre y un chorro de aceite. Preparó los fideos y el cerdo por separado, y en veinte minutos, sirvió animadamente dos platos.

El azabache salió de la ducha, se puso otra camisa sin arremeterla bajo el pantalón de tela beige. Apretó su cinturón por pura costumbre, y en lo que se dirigía al salón sintiéndose exhausto, su estómago rugió por el increíble olor a jajangmyeon.

Su teléfono comenzó a vibrar sobre la mesa y pudo verlo de refilón.

—¿Quieres que ponga la mesa? —preguntó Tae asomándose al salón.

—Estaremos más cómodos en el sofá —contestó el azabache despreocupadamente.

Taehyung asintió, le miró de medio lado desde el marco del enorme salón, quedándose brevemente embobado con su cabello oscuro y húmedo, formando ondas. Le costó arrancarse de allí, pero se forzó por volver a la cocina para agarrar los platos y cubiertos.

Dusk Till Dawn (Vol. 1) ☪ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora