Capítulo 19

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*Esta historia pertenece a Chispasrojas. Prohibida la distribución de este fanfic sin permiso de la autora. Puedes descargar esta historia completa en Patreon.com/chispasrojas

Capítulo 19. Luna creciente

Jungkook decidió pasar la mañana jugando con Kim Namjoon contra un par de amistades, en una enorme cancha deportiva. Julen les vio jugar de pasada, se detuvo a un lado de la pista junto a uno de sus socios, Drake, quien conocía al azabache de otra ocasión. Julen no podía sacarse de la cabeza lo de Yui. Ella estaba realmente frustrada por Jungkook, su familia se encontraba hundida en deudas, y él, sabía que Yui se sentía mucho más atraída por el heredero de los Jeon de lo que reconocería en su vida.

Más tarde, los chicos salieron de la pista y saludaron a Julen y Drake. Namjoon y Jungkook les invitaron a tomar algo en la cafetería del club deportivo, y los cuatro hablaron de negocios.

—Deberías cerrar ese club —sugirió Namjoon—. Si un inspector revisase la situación, podrían penarte por proxenetismo.

—No existe prostitución —rebatió Drake—, les animo a que vengan esta noche. Hay juegos, dinero, bebidas, compañía. Como en los noventa. Sin moralidades extrañas, sólo nosotros, disfrutando de buena compañía.

«Así que Drake era el que había estado influenciando a Julen», pensó Jungkook pasándose una mano por la mandíbula.

Al principio, su club no era más que uno de copas, de horario nocturno y música. Pero implementar juegos de azar, bailarinas y otros asuntos más turbios, habían convertido al Red Velvet en el peor antro de la ciudad. Jungkook pensaba que Julen era más limpio que eso, pero en cuanto a Drake, quien apenas había conocido en una ocasión en la que tomaron algo, sabía que era el tipo de alfas que se relacionaban entorno al poder y el dinero.

—Las betas del club se acuestan con los clientes —gesticuló Namjoon, frunciendo el ceño—. ¿Cómo llamas a eso en el siglo veintiuno?

Julen apagó el cigarro en el cenicero, le apuntó con unos despreocupados iris oscuros, emitiendo un profundo suspiro.

—No siguen ninguna normativa —expresó el alfa con una clave baja—. Además, no tiene nada de malo que consigan sus propinas utilizando sus métodos. La mayoría son bailarinas, strippers. No es como si estuviesen cumpliendo un contrato, toman sus horas extra como desean, y aportan un diez por ciento de sus ganancias.

—Estás arriesgándote demasiado —Namjoon negó con la cabeza—. Tu negocio familiar de gimnasios podría ser clausurado si la noticia llegase a esparcirse.

—No lo hará. La plantilla de clientes está registrada, y como miembros del club, su entrada es confidencial —expresó Drake, dando una calada a su puro—. Tenemos una lista cerrada.

Namjoon cerró la boca después de eso, apretó los párpados y luego desvió los iris sabiendo que no iban a comprenderle.

—Lo que ocurre, es que los ingresos del Red Velvet se han disparado en el último año —consideró Jungkook cruzándose de piernas.

Hasta entonces, el joven había estado callado, pero Julen le miró apreciando su capacidad de análisis.

—Dime una cosa, Julen —se inclinó en su asiento, formulando algo—. ¿Tenéis allí a omegas?

El tipo entornó los párpados, chasqueó con la lengua y respondió que había un par de ellas. Eran las estrellas del lugar, mencionó Drake.

—Bien —Jungkook sonrió levemente, apoyó su palma en el hombro del chico—, muy bien. Despídeles. O yo mismo me aseguraré de que pase por allí un inspector, ¿de acuerdo?

Dusk Till Dawn (Vol. 1) ☪ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora