Capítulo 8

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Capítulo 8. Agridulce instinto

*Prohibida la distribución de este fanfic sin permiso de la autora. Puedes descargar esta historia completa en Patreon.com/chispasrojas

Jungkook tuvo que irse a Seúl por unos días en un viaje negocios, la presentación de los productos de su marca y una reunión en la sede central de los Jeon. En esos días, Taehyung se sintió zarandeado por una sensación que últimamente le había estado mareando.

La tarde que estuvo en casa de Jimin junto a Lisa, Ikari y una pareja de tíos del sub-alfa, todo comenzó a volverse mucho más extraño.

—Ven, aquí —Jimin palmeó sobre su propio regazo.

Taehyung se quedó paralizado, se convirtió en un muñeco cuando Jimin tiró de su muñeca. Dio un par de pasos hacia el sofá y se dejó arrastrar hasta su regazo sintiéndose fugazmente diminuto. Su trasero se escurrió hacia un lado, sobre el mullido asiento, sus muslos quedaron por encima de los de Jimin en un gesto mucho más cercano. Jimin sujetó su cintura, como si fuera lo más normal del mundo.

Estaban acostumbrados a tener contacto, pocas barreras físicas, invadir el espacio del otro y sentirse cómodos. Incluso habían dormido la siesta en su casa unos días antes, pero Taehyung comenzaba a sentirse un poco extraño con el aura que envolvía a Jimin. ¿Era él? ¿O era su propia culpa?

En la facultad, se encontraban organizando el festival de invierno, estaban hablando del diseño de estandartes que colgarían por el campus y qué tipo de juego harían en el salón del gimnasio abandonado. Jimin se unió al grupo para echar una mano, cuando se aproximó a los chicos (de pie y otros de rodillas, alrededor del cartel que pintaban a mano), rodeó con sus brazos con los hombros de Taehyung, apoyó su mentón en uno de ellos y respiró serenamente tras él.

No era como si a Tae le molestase que Jimin actuase de forma cercana, es que, desde que no tenía pareja, estaba advirtiendo unas sensaciones fuera de lo común con el sub-alfa. Jimin se encontraba poniéndole de los nervios con los gestos más simples. Era excesivamente cercano, cálido, cariñoso, hasta erizar su vello, lucir sus mejillas de un ligero tono sonrosado y hacerle sentirse consciente de que algo más estaba pasando.

Taehyung se preguntó si sentía algo por Jimin. ¿Le gustaba? ¿Quería huir? ¿O caer en sus brazos? Pensar en Jimin así se le hacía extraño, teniendo en cuenta que la última vez que el sub-alfa le besó, él le cruzó la cara de un guantazo. Su amigo le había invitado a ver una película en su casa esa tarde y Tae no tenía ningún plan más interesante que aceptar o rechazar a su mejor amigo (habían terminado todos los exámenes).

El omega llegó cinco minutos tarde a propósito a su casa. Las temperaturas en Busan descendían vertiginosamente esos días y él se encontraba un poco indispuesto esa tarde. Tenía el cuerpo un poco más destemplado de lo normal, los pies fríos, la frente caliente y le molestaban los ruidos y olores demasiado fuertes. Jimin abrió la puerta con un saludo poco cortés, se fue directo a la cocina para encargarse de lo que estaba haciendo. Olía a palomitas de caramelo, el salón se encontraba en penumbra, con una suave manta de piel doblada sobre uno de los reposabrazos del sofá blanco, la televisión prendida con una programación silenciada.

Taehyung se quitó el abrigo y lo dejó en la entrada, abandonó su teléfono móvil en el bolsillo y se frotó las manos agradeciendo la más tibia atmósfera del interior de la casa. Siguió al rubio y al sinuoso olor a palomitas, deteniéndose frente a la isla cuadrangular de la cocina.

—¿Y tu padre?

—Mi padre se ha largado —contestó Jimin, chupando una cuchara con algún tipo de caramelo tostado.

Dusk Till Dawn (Vol. 1) ☪ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora