9.

2.3K 177 5
                                    

"Tienes que ser la mejor" "No puedes comer eso, te vas a poner gorda" "Yo no tengo hijos fracasados" "El segundo lugar es el primer perdedor, yo no he criado perdedores" "Los sentimientos te hacen débil, solo debes enfocarte en ganar" "Si pierdes esta carrera no te molestes en volver a casa"

Esas frases resonaban en la cabeza de Maya una y otra vez impidiéndole dormir. Estaba dando vueltas como loca en la cama, tratando de alejar todos esos pensamientos, pero le era imposible. Desesperada por callar las voces en su cabeza, decidió que era mejor levantarse y hacer algo que la distrajera por un momento, ya que dormir se había vuelto una tarea imposible.

Silenciosamente salió de la habitación rumbo a la cocina por un vaso de agua, pero se llevó un enorme susto al notar entre tanta oscuridad, un bulto en la esquina del sofá.

- ¡Mierda! Me asustaste, ¿qué haces aquí? Gritó cuando notó que el bulto se movía.

- Perdón no quise asustarte, no podía dormir y no quería molestar a Andrew. Respondió Carina suavemente, mientras giraba ligeramente su cabeza para poder ver a Maya. – ¿Y tú? ¿Qué haces despierta tan noche, estás bien?

- Sí, sí todo perfecto. Solo vine por un vaso de agua. Dijo Maya, esperando que Carina no notara por su expresión que estaba mintiendo.

- Ok. Dijo Carina dejado que el silencio se instalara en la habitación.

Maya no quería incomodar a Carina así que pensó en volver a su habitación e intentar dormir, pero estaba segura de que no lo conseguiría, solo traería de vueltas esos horribles recuerdo. Así que decidió tragarse su orgullo y conversar con Carina.

- ¿Qué estas tomando? Preguntó Maya en su intento para romper el silencio, señalando la taza que sujetaba Carina entre sus manos.

- Chocolate caliente, me ayuda en momentos como este en los que no puedo dormir. Respondió Carina.

- ¿Te importa si te preguntó por qué? Dijo Maya acercándose para acomodarse en la esquina libre del sofá.

- ¿Por qué qué? Dijo Carina.

- ¿Por qué no puedes dormir? Preguntó Maya tímidamente.

- ¡Ah! No es gran cosa. Dijo Carina tratando de no darle mucha importancia al asunto.

- Bueno si no te deja dormir creo que es importante. Añadió Maya.

- Es solo que mañana es mi primer día en la nueva academia de baile y me pone un poco ansiosa. Soltó Carina.

- Sí, las cosas nuevas pueden ser un poco aterradoras. Dijo Maya empatizando con la italiana.

- ¿Alguna vez haz sentido esa presión de que debes ser siempre la mejor, hacer todo perfecto? ¿Qué fallar no es una opción? Soltó Carina después de unos segundos de silencio.

Maya asintió ligeramente, conocía perfectamente esa sensación.

- Bueno así es como me siento. ¿Y qué si no soy tan buena como pensaba? ¿Y si arruino todo? ¿Y si no encajo en esta nueva academia? Es una nueva ciudad, nuevos amigos, nuevos maestros, tal vez me equivoqué, debí haberme quedado en Italia donde todo era conocido y mi carrera estaba asegurada. Carina empezó a divagar.

- ¡Hey! Interrumpió Maya acercándose a Carina, tomando su mano entre las suyas como muestra de apoyo. – Llegaste hasta aquí por algo, si te aceptaron en esa prestigiosa academia es porque tienes talento, porque vieron algo especial en ti. Así que no dejes que tus miedos te detengan ahora. Dijo Maya sinceramente. – Además, estoy segura de que todo saldrá perfecto. Mañana iras hasta allá, entrarás con esa enorme sonrisa encantadora en tu rostro, vas a demostrar lo talentosa que eres y al final del día todos estarán encantados contigo. Añadió, provocando que Carina soltara una risilla tímida.

- Gracias. Dijo Carina tímidamente. – Realmente necesitaba escuchar eso.

- Sí, estoy aquí para ayudar. Dijo Maya feliz por ver a Carina más tranquila.

- Ok, demasiado sobre mí. ¿Estás segura de que todo está bien? No te veías muy bien cuando saliste de tu habitación. Preguntó Carina.

- Sí, sí, todo está bien, solo una estúpida pesadilla. Respondió rápidamente Maya, tratando de evitar el tema.

- Está bien, pero si necesitas hablar de algo aquí estoy para escuchar. Añadió Carina con una enorme sonrisa. – ¿Quieres? Preguntó después de unos segundos de silencio señalando su taza. – Nada mejor que chocolate caliente para olvidar una pesadilla.

- No creo que el chocolate sea lo más indicado en mi dieta. Respondió Maya, recordando las palabras de su padre "No puedes comer eso, te vas a poner gorda" "Debes cuidar lo que comes Maya" "Los atletas de verdad no meten esa porquería en sus cuerpos".

- ¡Vamos! Te prometo que no te arrepentirás. Dijo Carina interrumpiendo sus pensamientos.

- Ok, ok. Maya no pudo evitar aceptar al ver los ojos de súplica de Carina.

- ¿Quieres ver una película? Tal vez eso te ayude a distraerte un poco y a dormir. Preguntó Maya mientras Carina preparaba su bebida.

- Ok. Respondió Carina desde la cocina.

Maya colocó la película y regresó a su lugar en el sofá, mientras Carina se acurrucó en el otro extremo del sofá, dejando que sus piernas se rozaran ligeramente con las de la rubia. Acto que causo escalofríos en ambas, al sentir el contacto entre sí. Pasaron unos minutos y Maya notó que Carina estaba profundamente dormida. La posición en la que se encontraba no se veía para nada acogedora, Maya pensó en llevarla a su cama, ya que mañana tendría un día importante y dormir en esa posición no era lo mejor, pero no quería despertar a Andrew que se encontraba dormido en la cama extra que habían colocado en la habitación. Así que decidió que la mejor opción era dejar que Carina durmiera en su cama y ella dormiría en el sofá. Sin hacer mucho ruido se levantó y cargó delicadamente a Carina, tratando de no despertarla la llevó hasta su habitación y la recostó en su cama. Notó como Carina se estiraba ligeramente acomodándose mejor en la cama, justo cuando estaba por retirarse sintió como una mano se aferraba a la suya. Rápidamente volteó su mirada y se topó con los ojos de Carina.

- ¿Puedes quedarte? Susurró Carina, con ojos de suplica a los que Maya no podía decir que no. – Por favor, solo un rato más.

Maya simplemente asintió y se acomodó en el lado libre de la cama, dándole la espalda a Carina y tratando de olvidar el hecho de que estaba compartiendo la cama con Carina Deluca, la mujer que últimamente habitaba todos sus pensamientos. De repente sintió como un brazo rodeaba su cintura y el calor del cuerpo de Carina que cada vez estaba más cerca de ella, causando escalofríos en todo su cuerpo.

- Feliz noche. Susurró Carina en su oído.

- Feliz noche. Respondió Maya, sintiendo que todos los horribles pensamientos que antes no la dejaban dormir se desvanecían.

Esa noche Carina durmió agradecida con Maya por haberla apoyado y ayudado a calmar su ansiedad. Sin saber que Maya sentía lo mismo por ella, porque gracias a Carina había podido silenciar las voces que resonaban en su cabeza una y otra vez, atormentándola e impidiéndole consolidar el sueño.

My brother's roommateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora