- Sé que estás ahí, abre la puerta. Gritó una voz masculina, la furia era evidente en su tono de voz.
Maya se paralizó al escuchar esa voz, el miedo invadió su cuerpo y su respiración se agitó en ese instante. Carina estaba muy confundida. ¿Quién era ese hombre y por qué Maya de pronto estaba tan asustada?
- No puedes esconderte Maya, siempre te voy a encontrar. Se escuchó de nuevo la voz detrás de la puerta.
Carina notó como la respiración de Maya estaba cada vez más agitada y ahora unas cuantas lágrimas empezaban a recorrer sus mejillas.
- Hey hey tranquila. Susurró Carina tomando a la rubia entre sus brazos. – ¿Sabes quién es?
Maya únicamente asistió con la cabeza, mientras se aferraba más a la italiana como si su vida dependiera de ello. Carina quería más que nada protegerla, pero no tenía idea de qué o de quién. A diferencia de la noche anterior, la persona detrás de la puerta no desistió, los golpes en la puerta cada vez eran más fuertes y los gritos más amenazadores.
- ¿Es Mason? ¿Es alguien peligroso? Preguntó Carina tratando de comprender lo que estaba sucediendo.
- No, no es Mason. Respondió la rubia rápidamente.
Carina esperó a que Maya continuara hablando y tal vez le dijera quién era el hombre detrás de la puerta, pero Maya se volvió a quedar en silencio sin apartarse de los brazos de la italiana.
- Ok, ¿me puedes decir quién es? Dijo Carina sin querer presionar a Maya, pero realmente estaba preocupada y quería saber más sobre la situación.
Maya permaneció en silencio, más lágrimas brotando de sus ojos.
- ¡Abre la maldita puerta! ¡Sé que estás ahí! Seguían los gritos.
- Necesitamos hacer algo. Exclamó Carina al notar que los gritos aumentaban y la persona no pensaba retirarse. – Voy a llamar a la policía. Añadió mientras intentaba separarse de Maya e ir por su celular.
- No, no podemos. Gritó Maya aferrándose de nuevo a la italiana para que esta no se moviera.
- ¿Por qué Maya? Dime, deja que te ayude, por favor. Suplicó Carina.
- Él... él es mi padre. Y temo que si hago algo en contra de él... él pueda dañar a mi hermano. Dijo Maya entre sollozos.
- ¿Mason? Preguntó Carina, mientras acariciaba lentamente la espalda de la rubia con tal de calmarla.
Maya solo asintió.
- Voy a parar esto. Dijo Carina separándose abruptamente de la rubia.
- ¿Qué? No, no puedes. Dijo Maya tratando de parar a Carina.
- Si no hacemos algo no se va a ir Maya. Confía en mí. Dijo Carina viendo a Maya a los ojos con tanta ternura, que Maya sintió como todo a su alrededor se calmaba.
- Ok, pero ten cuidado puede ser peligroso. Dijo Maya dándole un último abrazo y un tierno beso en la mejilla.
- Buenas tardes señor, perdón la demora estaba en el baño. Dijo Carina amablemente al abrir la puerta y toparse con un hombre alto, rubio, muy parecido a Maya. – ¿Cómo puedo ayudarle?
- ¿Y tú quién eres? Dijo Lane al ver a la morena parada en la puerta.
- Carina, un gusto. Dijo la italiana extendiendo la mano para saludarlo, acto que Lane no correspondió. – ¿Y usted es? Añadió, con una sonrisa fingida.
- ¿En dónde está Maya? Exclamó el hombre rápidamente, avanzando hacia adelante y tratando de entrar al apartamento.
Carina rápidamente bloqueó la entrada impidiendo que el hombre avanzara aún más, se había cansado de la amabilidad y quería que el hombre se fuera lo más pronto posible.
- Perdón señor, pero no conozco a ninguna Maya, así que le agradecería si se puede retirar de mi casa. Exclamó Carina en un tono más serio.
- Sé que está aquí y ni tú ni nadie va a evitar que la vea. Dijo el hombre lleno de furia mientras empujaba ligeramente a la morena para abrirse paso al apartamento.
- Suficiente, si no se retira en este momento voy a llamar a la policía. Exclamó Carina, molesta por la actitud del hombre.
- Me voy a retirar, pero quiero que le digas a la inútil vergüenza que tengo como hija que esto no se acaba aquí, que nos volveremos a encontrar y va a pagar por toda la vergüenza que me hizo pasar. Creí que ella era la excepción, pero es igual de decepcionante que su madre y su estúpido hermano. Dijo el hombre con despreció antes de darse la vuelta e irse del lugar.Carina permaneció en la puerta unos segundos, tratando de asimilar lo que había pasado y las palabras del hombre. No podía creer que alguien pudiera hablar con tanto desprecio de su familia, de sus hijos. Y mucho menos como podía hablar así de Maya, no llevaba mucho de conocerla, pero Maya Bishop se había vuelto una de las personas más importantes en su vida. La dulce Maya que le ayudó con sus pesadillas, que se quedó con ella toda la noche, que siempre le sacaba una sonrisa, que con una simple mirada o un abrazo la hacía olvidarse por completo de sus problemas. Maya no merecía ser tratada de esa forma, no merecía vivir con miedo. Maya merecía sentirse amada y segura y Carina estaba dispuesta a darle todo eso.
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My brother's roommate
Fanfiction¿Qué pasa cuando descubres que la compañera de cuarto de tu hermano no es lo que esperabas?