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Perdón de nuevo por la tardanza ❤️


 

Dos semanas después...

- Veramente? È fantastico, non vedo l'ora di averti qui. (¿De verdad? Es increíble, no puedo esperar a tenerte aquí). Carina estaba hablando por teléfono animadamente moviéndose de un lado a otro, mientras Maya la observaba desde la cocina en silencio. – No, non c'è modo, stai con me. Non ti lascerò stare in un hotel quando avrò a disposizione una fantastica camera per gli ospiti. (No, no hay manera, te quedas conmigo. No voy a dejar que te quedes en un hotel cuando tengo un increíble cuarto de visitas disponible). Maya no entendía nada de lo que escuchaba, pero la enorme sonrisa en el rostro de Carina le dejaba ver que era algo importante y que le emocionaba mucho. – Dio! Mi manchi tanto. Sì, sì, ti mando l'indirizzo, chiamami quando sei qui, ok? Ti voglio bene, Ciao. (¡Dios! Te extraño tanto. Sí, sí, yo te envío la dirección, llámame cuando estés aquí, ¿sí? Te quiero, adiós).

Carina colgó con una sonrisa de oreja a oreja y se dirigió a la cocina en dónde Andrew y Maya estaban preparando el almuerzo.

- ¿Qué te tiene sonriendo así? Preguntó el chico al ver la sonrisa de su hermana.

- ¡Gabriella! Exclamó Carina emocionada. – Tiene un nuevo empleo y viene a pasar unos meses en Los Ángeles, le ofrecí quedarse en mi cuarto de huéspedes. Sonrió Carina. – ¡Dios! La extraño tanto. Suspiró Carina.

Ok eso definitivamente lo entendió Maya y no le gusto para nada lo que escuchó.

- ¿Quién es Gabriella? Finalmente preguntó la rubia, tratando de no parecer afectada por lo que estaba escuchando.

- Mi mejor amiga. Sonrió Carina. – Estudiamos juntas en la academia de danza en Italia, es tan divertida, te va a caer muy bien. Añadió.

- ¡Oh Dios Gabriella! ¿Crees que aún me recuerde? Preguntó Andrew.

- ¡Por supuesto! Tenía una debilidad por tus ojos azules, ¿recuerdas? Rio Carina. – Andrew siempre trató de conquistarla, incluso cuando solo nos veíamos por FaceTime y Gabriella estaba cerca, prefería coquetear con ella que hablar con su hermana que estaba a kilómetros de distancia. Está vez se dirigió a Maya, que rio al imaginarse a su amigo en pleno coqueteo.

- Así que el encanto DeLuca no funcionó está vez. Bromeó Maya.

- ¡Oh! Sí funcio... Andrew no terminó lo que iba a decir al sentir la mirada penetrante de Carina. – Mmmm no, resulta que yo no era su tipo. Añadió Andrew con una pequeña carcajada y lanzándole una mirada a Carina, que solo soltó un suspiro al ver que Maya no había notado el intercambio de miradas entre ellos.

Siguiente semana...

- Ma.... maya, detente. Dijo Carina entre gemidos.

- ¿Por qué? Murmuró la rubia sin separar sus labios del cuello de Carina.

- Debemos pa... parar... mmm... llegará en cualquier momento. Gimió Carina, al sentir las manos de Maya apretar con fuerza su trasero mientras lamía y dejaba mordiscos sobre su cuello.

- Ughh! Refunfuñó Maya, separando sus manos del cuerpo de la italiana y haciendo pucheros.

- Deja de hacer pucheros. Dijo Carina levantándose del regazo de la rubia. – Te prometo que vamos a terminar lo que empezamos... más tarde. Añadió Carina con un guiño.

Maya simplemente torció los ojos y se levantó que su lugar en el sofá hacia donde estaba parada Carina. Justo cuando iba a rodearla con sus brazos el timbre del apartamento sonó, provocando que Carina se escabullera del agarre de la rubia y corriera a abrir la puerta de entrada.

Inmediatamente una chica alta, de ojos verdes, pelo largo castaño, luciendo un outfit de lo más sofisticado entró a la habitación y envolvió a Carina entre sus brazos.

- Tesoro, come stai? Añadió la chica mientras dejaba un beso en cada mejilla de Carina. – Sei bellissima. Añadió viéndola de pies a cabeza, antes de tomar su rostro entre sus manos y unir sus frentes. Mi sei mancata così tanto. (Tesoro, ¿cómo has estado? Te ves hermosa. Te he extrañado tanto).

La habitación de repente se quedó en silencio, la chica mantenía su frente pegada a la de Carina mientras susurraba cosas en italiano que Maya apenas lograba escuchar y aunque lo hiciera no entendería ni una palabra. Los ojos de Maya iban de la chica a Carina y de Carina a la chica observando la reacción en los rostros de cada una de ellas, hasta que la escena frente a ella se volvió demasiado y una extraña sensación se posaba en la boca de su estómago. Maya aclaró su garganta, provocando que las chicas salieran de su burbuja y voltearan a ver a la rubia.

- Oh! Scusa, soy Gabriella y tú eres? Sonrió la chica mientras extendía la mano hacia la rubia.

- Maya... Maya Bishop. Fingió una sonrisa la rubia mientras tomaba la mano de Gabriella.

- ¡Oh, Maya! He escuchado mucho de ti. Dijo la chica rodeando a Maya con sus brazos y apretándola fuertemente.

- Cosas buenas espero. Bromeó Maya, tratando de no sentirse incómoda con la presencia de la otra chica italiana.

- Algo así. Bromeó la chica de regreso.

Toda la tarde se basó en Maya observando y escuchando historias sobre Carina y Gabriella. Entre risas y bromas las chicas recordaron todos los momentos que vivieron juntas durante su juventud. Sus viajes alrededor de Italia y algunos fuera del país. Sus experiencias en la academia de danza. Recordaron el momento en que se hicieron amigas, su primera fiesta juntas, la vez en que Carina encontró a Gabriella en el baño besando a uno de los rivales en una competencia de baile. Maya disfrutaba ver a Carina feliz, riendo a carcajadas y con una sonrisa de oreja a oreja que nunca la abandonaba.

Todo era alegría y diversión hasta que Gabriella empezaba a hablar en italiano y Maya quedaba completamente perdida, tratando de descifrar sobre qué estaban hablando y por qué la chica le daba a Carina esa mirada pícara que hacía que se le formara un nudo en el estómago. Carina inmediatamente notó la incomodidad de la rubia.

- Podemos hablar solo español, por favor. Maya aún está trabajando en su italiano. Dijo Carina.

- No lo puedo creer, has vivido con un italiano por tantos años y aún no sabes ni una palabra de italiano. Exclamó Gabriella. - Non posso credere che ti piaccia davvero una ragazza americana che non parla un grammo di italiano. Voglio dire, non posso negare che sia molto carina, ma non parla italiano. Añadió dirigiéndose directamente a Carina. (No puedo creer que de verdad te guste una chica americana que no habla ni pizca de italiano. Digo, no puedo negar que es muy linda, pero no habla italiano).

- Puoi smettere per favore? Suplicó Carina a Gabriella. (¿Puedes detenerte por favor?) – Perdón, a veces no se controla a si misma. Bromeó Carina, tomando la mano de la rubia entre las suyas. – Está aprendiendo, paso a paso, cuando menos lo esperemos va a estar hablando como una experta. Exclamó Carina orgullosa.

Maya simplemente esbozó una medio sonrisa aferrándose ala mano de la italiana, no quería arruinar el ambiente, Carina se veía muyfeliz de tener a su amiga cerca de nuevo y a ella le encantaba ver a Carinasonreír. Es cierto, algo en la forma en que Gabriella se dirigía a Carina leprovocaba un retorcijón en el estómago, pero no le dio mucha importancia, mientrasCarina estuviese feliz ella era feliz. 

My brother's roommateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora