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Ok, sé que todo el mundo aquí está un poco molesto porque dejé de actualizar y lo siento, pero la vida es una perra y no tengo mucho tiempo libre. Pero aquí estoy tratando de conseguir que esto vuelva a funcionar. Me tomó mucho tiempo lograr escribir un nuevo capítulo y probablemente no sea tan bueno, así que no prometo actualizar rápido, pero haré lo que pueda.

De nuevo perdón y gracias por sus comentarios y por leer lo que escribo.



Maya se quedó en silencio por un momento antes de eliminar por completo el espacio entre las dos y después de un gran respiro, al fin exclamó lo que la estaba atormentando. – ¿Carina, por qué me sigues mintiendo?

La habitación se quedó en silencio, ambas viéndose fijamente a los ojos, Maya con los ojos rojos por el llanto y Carina, Carina tenía un rostro difícil de descifrar en ese momento. Una mezcla de ira, confusión y ¿asco?

- No puedo hacer esto, necesito... necesito... Fue lo último que dijo Carina antes de salir corriendo a uno de los cubículos del baño y somatar la puerta de golpe.

- ¿Así que no puedes decirme la verdad? ¿De verdad soy tan mala que prefieres esconderte en un cubículo que decirme la verdad? Gritó Maya furiosa dispuesta a salir de ahí y no volver a hablar con Carina, hasta que escuchó lo que estaba sucediendo en el cubículo.

A Carina la cabeza le daba vuelvas, quería hablar con Maya, averiguar que estaba pasando, por qué la rubia estaba tan enojada, pero los shots mezclados con las emociones de la noche hicieron efecto y no pudo controlarlo más. Rápidamente corrió hacia un cubículo y dejó que todo saliera. ¡Argh! estaba segura de que se arrepentiría al día siguiente por haber bebido tanto. Estaba maldiciendo en su cabeza a quien sea que la haya convencido de tomar tantos shots, cuando escucho los pequeños golpes en la puerta.

- Carina, ¿estás bien? Preguntó Maya al escuchar a la italiana vomitar sin parar. En ese momento su ira se calmó, aún necesitaban hablar, pero primero debía asegurarse de que Carina estuviese bien.

- Puedes abrir la puerta, por favor. Añadió al no recibir respuesta del otro lado.

- No. Escuchó un suave murmuró del otro lado.

- Carina, por favor déjame entrar, te puedo ayudar. Insistió Maya. – Carina, por favor.

- ¿Por qué? ¿Por qué me quieres ayudar si no confías en mí? Susurró Carina después de un tiempo, cuando había logrado parar de vomitar.

Todo quedó en silencio de nuevo y Carina pensó que Maya realmente se había ido, que ya no confiaba en ella y que la había dejado para siempre. La noche cada vez se pone peor pensó, mientras dejó escapar un pequeño llanto.

Maya escuchó los sollozos de Carina del otro lado y se sintió culpable, pero no podía olvidar la imagen de Carina rodeada por los brazos de Gabriella y como le besó en cuello con tanta naturalidad como si fuese lo más normal, pero claro para ella lo era y Maya no soportaba esa idea.

- Voy a llamar a Gabriella, ella va a saber como ayudarte. Dijo Maya después de un tiempo, asustando a Carina que pensó que se encontraba sola.

Maya estaba a punto de salir del baño en búsqueda de Gabriella cuando la puerta del cubículo se abrió de repente y salió Carina furiosa.

- ¡No! ¡Yo no quiero a Gabriella! Solo quiero que confíes en mí. Exclamó Carina.

- Carina..

- ¡No! Dijiste que confiarías en mí, pero aquí estamos de nuevo. Yo no te he mentido Maya y si hablaras conmigo y me dijeras que es lo que pasó lo podría aclarar, pero no tengo idea de qué se supone que hice ahora para que estés así.

- Ella te besó. Murmuró Maya.

- ¿Qué? Preguntó Carina que no había logrado escuchar a la rubia.

- Ella te besó Carina, ella te besó y te sobajeó y tú no hiciste nada. ¿Cómo quieres que yo me sienta?

- ¡Oh! Exclamó Carina, entendiendo por fin de qué se trataba todo, entre todo lo que había pasado ya ni recordaba lo que había pasado con Gabriella.

- ¡Oh! ¿Eso es todo lo que tienes que decir? Exclamó Maya moviéndose de un lado a otro nerviosa.

- Ok, Maya respira. Dijo Carina tratando de calmarla. – Primero, no me estaba sobajeando solo estábamos bailando, así bailo con mis amigas y no pareces molesta porque lo hiciera con Vic y con Andy también. Segundo, el beso fue un accidente, fue tan insignificante que ni siquiera recordaba que pasó y cuando lo hizo inmediatamente le dije que se detuviera. Ella sabe que las cosas no son como antes Maya y lo sabrías si hubieras hablado conmigo y me hubieras dejado explicarlo todo.

- ¿Tú la detuviste? Preguntó Maya viendo al suelo, demasiado avergonzada para ver a Carina a los ojos.

- Por supuesto, ¿no lo viste? Susurró suavemente Carina, acercándose a Maya.

Maya negó suavemente con la cabeza.

- Estaba tan enojada que solo vi cuando se acercó a tu cuello con sus labios y salí furiosa de ahí. Admitió Maya.

- ¿Y tú mejor idea fue salir corriendo a llorar a un baño? ¿En lugar de hablar conmigo? Trató de bromear Carina, pero no logró la reacción que esperaba de la rubia.

- De hecho, no vine directo aquí. Admitió Maya aún más avergonzada.

- ¿No? Preguntó Carina, animando a la rubia para que siguiera hablando.

- Lo siento tanto Carina. Sollozó Maya lanzándose a los brazos de la italiana, confundiéndola aún más.

- ¡Hey! No, no llores. Yo lo siento, fue todo un malentendido, pero quiero que sepas que no va a volver a pasar. Voy a hablar con Gabriella, pero por favor, Maya te lo pido de nuevo, confía en mí.

- No, no lo entiendes. Exclamó Maya separándose de Carina. – Yo lo siento, porque estaba tan enojada y ese chico... él era tan amable e hizo ese comentario y luego las vi a las dos y sentí tanta inseguridad y él insistió y yo no pude evitarlo Carina, yo...

Carina sintió un apretón en el pecho, esto no podía estar pasando "por favor que no sea verdad, por favor que no sea verdad" repitió una y otra vez en su mente, esperando no escuchar ninguno de los malos escenarios que se le ocurrieron en ese momento.

- Yo... dije que teníamos que ser honestas, así que voy a ser honesta contigo Carina. Él me invitó a su apartamento, yo inmediatamente me negué, pero cuando vi que Gabriella te besó estaba tan enojada que casi me voy de aquí con él. Estuve tan cerca y no sé qué hubiera pasado si realmente lo hubiese hecho, pero cuando me dio su chaqueta y me di cuenta de que no eras tú Carina, no pude hacerlo e inmediatamente corrí al baño. Lo siento tanto, entiendo si ya no confías en mí, pero te juró que no ocurrió nada.

Carina pudo respirar de nuevo en ese momento y sin dudarlo dos veces tomó el rostro de maya entre sus manos y junto sus labios. Fue un beso desordenado, podían sentir el sabor salado de sus lágrimas mezclarse, pero se sentía bien, se sentía como volver a casa.

- Realmente necesitamos hablar Maya, porque esto no va a llegar a ningún lado si no confiamos la una en la otra, pero quiero que sepas que estoy dispuesta a trabajar en nosotras, ¿ok? Dijo Carina al separarse de la rubia.

Maya simplemente asintió con la cabeza, sin dejar de ver a Carina a los ojos, asegurándole con la mirada que ella también estaba dispuesta a trabajar en ellas. 

My brother's roommateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora