20.

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A última hora hubo un cambio de planes, Ben recibió una visita inesperada de su novia y Andrew no quiso quedarse a ser la tercera rueda así que después de ver una par de películas decidió que era mejor volver a casa. Cuando llegó al apartamento notó que todas las luces estaban apagadas, sin hacer mucho ruido dejó sus cosas en la sala y se dirigió a la cocina por un vaso de agua. Desde donde estaba pudo ver que la puerta de su habitación estaba abierta y Carina no estaba por ningún lado lo que le pareció extraño. Justo iba a tocar la puerta de la habitación de Maya para preguntarle si sabía algo sobre Carina cuando escuchó gemidos que provenían del interior, inmediatamente se arrepintió y se dirigió a su habitación, se colocó un par de tapones para los oídos y se preparó para dormir, no sin antes enviarle un mensaje a Carina preguntándole en dónde estaba y si se encontraba bien. Al darse cuenta de que Carina probablemente no iba a responder hasta el día siguiente, decidió no preocuparse más y dejar que el sueño lo venciera, su hermana era lo suficientemente grande y responsable para cuidarse sola.

Al día siguiente Maya despertó con el cuerpo de Carina aferrado al suyo. Era algo a lo que no estaba acostumbrada, jamás dejaba que sus conquistas pasaran la noche, mucho menos que se acurrucaran, pero Carina era diferente, ella no era cualquier conquista. Carina era especial. Pasó unos segundo admirando el cuerpo desnudo y el rostro dormido de la italiana, imaginando lo increíble que sería despertar así cada mañana. Cuando Carina empezó a moverse y a abrir lo ojos lentamente, Maya no pudo evitar sonreír al ver su rostro reaccionar a la luz que entraba por la ventana, incluso recién despierta y con el pelo alborotado Carina era la mujer más hermosa que Maya había conocido.

- Te ves hermosa. Sonrió Maya viendo a la italiana a los ojos.

- Me gustaría decir lo mismo, pero que le ha pasado a tu cabello parece que te atacó un animal. Bromeó Carina.

- ¡Hey! Exclamó Maya, pasando una mano por su cabello para acomodarlo. – De hecho, es tu culpa que luzca así. Añadió.

- Es broma, te ves sexy. Y me agrada ser yo la culpable. Dijo Carina acompañada de un guiño. – ¿Cómo dormiste?

- Increíble, creo que puedo acostumbrarme a despertar así. Respondió la rubia.

- Yo también, esto es mil veces mejor que dormir en una pequeña cama en el cuarto de mi hermano. Rio Carina.

- Así que el único motivo por el que estás aquí es salir de la habitación de tu hermano eh? Ahora me siento usada. Dijo Maya fingiendo estar herida.

- No es el único motivo, tampoco me negaría a un buen orgasmo cada noche antes de dormir. Bromeó Carina, mientras trazaba patrones sobre el abdomen de la rubia.

- Así que no soy más que una cama cómoda y buenos orgasmos, ya veo. Dijo Maya mientras se colocaba a horcajadas sobre Carina y empezaba a distribuir besos sobre su cuello.

- Mhmmmm. Fue lo único que salió de la boca de la italiana, que empezaba a perder la cordura al sentir los labios de Maya recorrer su piel y el contracto entre sus cuerpos desnudos.

Maya se movía suavemente sobre la italiana, acariciando y besando cada centímetro de su cuerpo, excitándola lentamente, la estaba volviendo loca. Después de unos segundos se detuvo por completo, se levantó de la cama, se puso unos shorts y una playera y salió del cuarto como si nada con una sonrisa pícara en el rostro, dejando a Carina excitada y sola.

Maya estaba encendiendo la cafetera cuando sintió los brazos de la italiana rodear su cintura por detrás y su respiración sobre su cuello. - ¿Qué te pasa? No me puedes dejar así. Susurró Carina en su oído. – Te gustaría que yo viniera... Le dio un pequeño mordisco en la oreja – Hiciera esto... Sus manos se colaron bajo su blusa y suavemente empezó a acariciar los pechos de la rubia y a besar su cuello. Maya se dejó llevar por las caricias, cerró los ojos e inclinó ligeramente la cabeza, dándole a Carina más acceso a su cuello. – Y luego simplemente me detuviera. Añadió, deteniendo por completo sus movimientos y alejándose de Maya.

- Eso no es justo. Dijo Maya volteándose para poder ver a la italiana, tratando de contener las ganas de acabar con el poco espacio que separaba sus labios.

- Yo lo llamaría karma. Dijo Carina con una sonrisa pícara.

- Ven aquí. Susurró Maya antes de tomar el rostro de Carina entre sus manos y reducir por completo el espacio entre ellas, sus labios unidos en perfecta sincronía en un beso repleto de pasión.

– Eres insaciable. Murmuró Carina.

- No puedo evitarlo, eres muy sexy para evitarlo. Añadió Maya, acariciando el cuerpo de la morena.

- Mhmmm no me quejo. Susurró Carina. La sensación bajo sus piernas se hacía cada vez más insoportable, las caricias de la rubia la estaban volviendo loca lentamente y pequeños gemidos de placer salían de su boca sin pedir permiso.

- Eres tan sexy, no puedo dejar de tocarte. Dijo Maya, admirando lo bien que se veía Carina únicamente con una de sus playeras encima, dejando sus piernas largas y sus pequeñas bragas al descubierto.

- Entonces no lo hagas. La retó Carina. Esa respuesta inmediatamente despertó algo en Maya, que de un solo movimiento la levanto del sueldo y la sentó sobre la mesa de la cocina. Sus labios recorriendo su cuello, mientras sus dedos se colaban dentro de sus bragas y exploraban lentamente su centro. Carina tiro la cabeza hacia atrás y con los ojos cerrados disfrutaba de las caricias de la rubia. Cuando uno de sus dedos la penetró lentamente, dejó escapar un gemido y movió sus brazos en busca de sostén, tirando un vaso a su pasó que se quebró inmediatamente al caer al suelo.

- ¡Mierda! Gritó Maya, deteniendo sus movimientos.

- ¡Porca miseria! Gritó Carina. – Mira lo que me hiciste hacer. Rio, provocando que Maya soltara una pequeña carcajada.

- Cállate y bésame. Dijo Maya, retomando su paso mientras enredaba su mano libre en el cabello de la italiana y la besaba con pasión.

En la otra habitación, Andrew se acababa de despertarcuando escuchó algo quebrarse en la cocina seguido de unos gritos y... ¿qué fueeso? ¿un insulto en italiano? Espera, pero eso sonó igual a...

- ¡CARINA! Gritó al ver a su hermana sobre la mesa de la cocina, las piernasabiertas de par en par y la mano de Maya entre sus bragas.

My brother's roommateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora