34.

1.6K 120 5
                                    


- ¿Cuántas veces? Preguntó Maya de repente, sin detener las suaves caricias que hacía sobre el brazo de Carina que estaba recostada completamente sobre la rubia, sus cuerpos aún desnudos entrelazados entre las sábanas.

- ¿Qué? Exclamó Carina sorprendida por la repentina pregunta.

- ¿Cuántas veces durmieron juntas? Tú y Gabriella.

- ¡Maya! Exclamó Carina.

- Dijiste que fue algo sin importancia, solo por diversión. Pero, no puedo evitar sentir curiosidad, ¿cuántas veces? ¿fueron solo unas vacaciones? ¿solo cuando estaban ebrias? ¿o era algo cotidiano? Empezó a divagar Maya.

- ¿De verdad quieres saber? Preguntó Carina, levantando ligeramente la cabeza para ver a la rubia a los ojos.

Maya asintió tímidamente.

- Pues la verdad no te puedo dar una respuesta porque no lo sé. Dijo Carina. – Empezó estando ebrias sí, pero luego ocurrió otras veces en las que ninguna estaba ebria. Y luego era de vez en cuando, cuando queríamos una distracción o divertirnos un rato, pero nunca fue nada serio.

- ¿Dormiste con ella alguna vez mientras estabas con alguien más? Digo en una relación o algo parecido.

Maya nunca había sentido algo como lo que sentía por Carina por nadie más y la inseguridad la estaba matando poco a poco. Y desde la noche de la fiesta cuando supo lo de Carina y Gabriella, estas preguntas la estaban atormentando y no podía guardárselas más, así que decidió que este era el momento preciso para preguntar todo lo que la atormentaba.

Carina se quedó un momento en silencio lo que hizo que la rubia se planteara mil escenarios en la cabeza.

- Una vez. Respondió Carina después de unos segundos de silencio, viendo como el rostro de Maya cambiaba inmediatamente, reflejando un rastro de tristeza y decepción en su mirada. – Fue una sola vez y la otra persona estuvo totalmente de acuerdo. Añadió rápidamente, confundiendo aún más a la rubia.

Carina al ver como la rubia arqueó la ceja en modo de confusión procedió a explicar rápidamente la situación.

- Yo estaba saliendo con este chico que conocí en un viaje, no era muy serio solo nos estábamos conociendo, a veces yo dormía en su habitación, pero él nunca dormía en la mía. Gabriella y yo siempre hemos sido abiertas en cuanto al sexo, pero teníamos una regla no dormíamos con nadie en la habitación si la otra estaba presente. Una noche, estábamos bebiendo y el insistió que fuéramos a mi habitación porque estaba mucho más cerca que la suya, yo accedí porque sabía que Gabriella no iba a estar en la habitación esa noche y no quería incomodarla. Llegamos, pusimos una película, seguimos bebiendo, él me besaba, yo lo besaba y justo cuando las cosas se estaban poniendo más interesante la puerta se abrió y apareció Gabriella. Me sorprendió no solo porque nos interrumpió sino porque ella me había asegurado de que pasaría la noche con una chica que había conocido en un bar. El punto es que, ya sabes como es ella, hizo un par de bromas, dijo que todo estaba bien que podíamos seguir y que la ignoráramos. Pero luego él dijo "o puedes unirte si quieres" no sé si lo dijo bromeando al inicio o que, pero haciendo la historia corta, al final terminamos durmiendo los tres juntos.

- El trío, lo que mencionó en la fiesta, lo recuerdo "el mejor sexo de su vida" según sus palabras. Dijo Maya, la molestia evidente en su tono.

- No te voy a mentir Maya, el sexo fue genial, pero no había nada de sentimientos involucrados. A penas vi al chico un par de veces más después de esa noche y luego no supe nada de él.

- ¿Entonces no lo engañaste con ella? Preguntó Maya, avergonzada por siquiera pensar así de la italiana.

- No Maya, nunca he engañado a nadie y no planeo hacerlo nunca. Respondió Carina herida por la pregunta.

- Lo siento, lo siento por siquiera pensar que serías capaz de hacerlo. Añadió Maya rápidamente, tomando el rostro de Carina entre sus manos y dándole un pequeño beso en los labios. – Perdón, perdón si te incomodé con mis preguntas, es solo que no puedo controlar ese estúpido sentimiento, no sé que es, pero es como que si todas mis inseguridades salen a flote y el estomago me da vueltas y no sé, pero no lo puedo evitar. Divagó Maya.

- Esta bien, te entiendo, soy italiana. Espera a verme celosa soy diez veces peor que tú. Bromeó Carina.

- ¿Estamos bien? Preguntó Maya necesitando consuelo.

- Mientras prometas que vas a confiar en mí y a hablar conmigo siempre que te sientas así y no salir corriendo, sí, estamos bien. Sonrió Carina.

- Eres tan hermosa. Murmuró Maya después de unos segundos de silencio, admirando cada facción en el rostro de la italiana. – Soy tan suertuda.

- Si lo eres Maya Bishop. Bromeó Carina.

- Y tu eres tan engreída. Bromeó Maya de regreso.

- Mhmm pero así te gusto. Sonrió Carina.

- Mhmm puedes estar segura de eso. Afirmó Maya, juntando sus labios de nuevo.

- Espera. Dijo Maya de repente deteniendo el beso y asustando a Carina. – Entonces si un día alguien se ofrece ¿estrías dispuestas a hacer un trío conmigo? Preguntó Maya arqueando las cejas.

- No, ni en un millón de años Maya Bishop. Respondió seriamente Carina.

- Pero ¿por qué? Si lo hiciste con el chico ¿por qué yo no? Maya añadió, queriendo provocar más a la italiana.

- Porque por él no sentía lo que siento por ti. Respondió Carina apuntando con su dedo a la rubia. - Así que mejor borra esa idea de tu mente por completo Bishop, porque a ti no te compartiría con nadie, nunca, ni aunque me apuntaran con un arma.

- Perfecto, porque yo tampoco te compartiría con nadie Deluca. Sonrió Maya, tomando a Carina por la cintura para cambiar rápidamente de posiciones, dejando a Carina sujeta entre la cama y su cuerpo.

- No me gusta que pases tanto tiempo en el gimnasio, pero dios como amo esos músculos. Exclamó Carina.

- ¿Te gustan? Hizo una mueca Maya, mientras flexionaba sus brazos.

- Podrían apostar que sí. Afirmó Carina, acariciándolos suavemente.

- Entonces muéstrame. Exclamó Maya.

- Sí señora. Respondió Carina, antes de cambiar de nuevo sus posiciones y atacar el cuello de la rubia con sus labios.

Después de la horrible noche que pasaron, Maya y Carina estaban dispuestas a pasa todo el día en la cama demostrándose con besos y caricias que lo que estaban construyendo era algo especial, algo que ninguna de las dos había vivido antes y que sería difícil de romper, a pesar de los obstáculos y las personas que quisieran interponerse entre ellas.


O al menos eso es lo que ellas pensaban. 

My brother's roommateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora