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Día 3

Podía haberlo invitado salir o ir con él, pero todos sus planes fueron esfumados la anterior noche al enterarse de todo lo que tenía que hacer el otro día. No tenía ni tiempo para almorzar, era tan agotador...como es posible que haya días donde está como una princesa postrada en el sofá sin saber qué hacer y haya otros dónde tiene que andar corriendo como avestruz.

—Eso es todo Señor Stolas.

—Muy bien gracias, dile a Octavia que llegaré tarde —le hablaba mientras se arreglaba en el espejo.

—Bien señor.

—Eso es todo, puedes retirarte.

—Como guste— respondió el sirviente, iba a salir, pero antes se detuvo para volver a ver a su jefe —. La señora Stella va salir en la tarde, no sé con quién, pero estaba bastante satisfecha.

—Cualquier cosa que haga ella no me interesa —le aclaro y se acercó a él —, puede hacer lo que quiera, yo lo único que quiero es que vigiles a mi hija.

—Lo sé señor, lo lamento pensé que le interesaría.

—Sal de aquí— ordeno y el imp se retiro.

.

.

.

Todo parecía que iba bien para Blitzo, había hecho muchos pedidos en un día y gracias a eso tenía el otro día libre. Estaba agotado, pero feliz de saber que había logrado con éxito su trabajo, además que hasta ahora Stolas no se había vuelto una gran carga.

Se encontraba sentando en su sofá, estaba anocheciendo cuando volvió de trabajar y en ese momento Loona se encontraba bañándose. No había nada que pudiera quejarse, todo iba perfecto hasta que su celular empezó a sonar. Él entrecerró sus ojos para mirarlo con molestia, sabían quién era, no lo había llamado en todo el día.

—¡RESPONDE EL MALDIT* CELULAR! —gritó Loona de lejos molesta por el sonido.

—¡LO HARE! —grito— ¿Qué quieres? ¡Creí que hoy iba a ser mi día de paz!

—Necesito que me traigas el grimorio ahora mismo— Escuchó la voz de Stolas bastante cansada.

—¿Eh, ahora? —pregunto extrañado.

—Sí, ahora mismo, tú solo agárralo y mi sirviente te traerá cerca para que me lo puedas dar.

—en ser-

—Blitzy~ no estoy bromeando, sabes que lo que menos quiero ahora es molestarte y odiaría interferir en tu trabajo, pero necesito el grimorio. Te lo devolveré lo más antes posible.

—Bueno, igual hoy hicimos bastantes pedidos así que no es molestia dártelo- le respondió, en ese momento escucho la bocina— tu sirviente ya llego, ¿de casualidad es el mismo que me llevo antes?

—Sí es él, es bastante pequeño y callado.

—Mejor dicho, traumado.

—Jaja adiós, me envías un mensaje cuando te acerques. Te amo.

Finalizo la llamada y Blitzo se levantó de su cama, tenía que avisarle a su hija.

—LONNIE~

—¿AHORA QUE QUIERES? —gritó.

—¡STOLAS ME PIDIO EL GRIMORIO, VOY A IR A DÁRSELO VUELVO TARDE! —respondió mientras se ponía la chaqueta.

—¿Y PARA ESO ME MOLESTAS?

Solo 30 días - StolitzøDonde viven las historias. Descúbrelo ahora