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Día 24

Blitzo se encontraba sentado en su oficina con las piernas cruzadas arriba del escritorio, mientras hablaba con Stolas por llamada. La conversación no iba del todo bien.

—Así que me estás diciendo que no vamos a ir a ver caballos.

—Sabes que eso no es todo lo que dije Blitzy, lo que digo es que tengo otro plan en mente, te aseguro que será muy bello —. Dijo emocionado.

—Pero no habrá ningún caballo —. Volvió a repetir el imp.

—Blitzy, mañana te prometo que vamos —. Repitió Stolas.

—¿Todo el día?

Humo un momento de silencio de parte del búho donde se escuchaba como movía algunas cosas, el imp por su parte solo esperaba mientras seguía jugando sin muchas ganas con sus caballos. En el fondo disfrutaba molestar al búho.

—Claro, acabo de mirar que no tengo nada importante como para no poder posponerlo.

—Aja, bien —. Respondió fingiendo irritabilidad mientras sonreía.

En ese momento se escucharon golpes en su oficina y del otro lado escucho la voz de Moxxie.

—Señor, ya tenemos todo listo, es hora de ir —. Le aviso.

—Era hora —. Se dijo a sí mismo, para luego decirle al príncipe. —Escucha ahora mismo tengo trabajo que hacer, así que voy cuando termine y deje a Loona.

—Me parece perfecto Blitzy, espero que logres matar a mucho amor mío.

—Nos vemos —. Dijo el imp antes de cortar.

Fingir demencia había sido una de las mejores cosas que sabía hacer, ignorar sentimientos, comentarios, acciones; pero parecía que cada día se le hacía más difícil.

El imp no le diría algo cariñoso de despedida ¿Por qué tendría que hacerlo? Que estuvieran a punto de coger en su sofá el anterior día no significaba nada, que al escuchar su voz sintiera una calidez en su corazón tampoco. Capaz si le gustaba, pero eso no significa que correspondería sus sentimientos.

Con esos pensamientos en mente Blitzo solo pudo fruncir el ceño para tocarse los cuernos, guardo sus caballos de juguete y se levantó. El día estaba comenzando y esta vez no saldría temprano, así que era hora de concentrarse e ignorar todos esos pensamientos de su cabeza. Con una gran sonrisa salió de su oficina.

—¡Chicos es hora de ir a matar a esas prostitutas!

. . .

Habían logrado un gran record, uno el cual impresionaba a la pareja de imps, eran momentos donde entendían porque Blitzo era el jefe y no ellos. Podía ser distraído, a veces flojo y descuidado, pero cuando se trataba de matar era muy ingenioso y se notaba de lejos su gran habilidad. Todo estaría bien de no ser porque esto era muy poco común en él y no era el primer día que tenía esa actitud.

En ese momento Blitzo se encontraba en su oficina y la pareja de imp guardando las cosas, mientras Loona miraba su celular.

—Debería alegrarme que el jefe este concentrado en el trabajo, pero la verdad es que me preocupa —. Admitió Moxxie mirando la puerta cerrada.

—A ti no te gusta nada, si esta distraído, si es el mismo o si está concentrado. Para todo tienes una queja —. Dijo Loona molesta sin dejar de mirar el celular.

—¡Eso no es cierto! — Se defendió para luego pensarlo mejor. —Bueno, capaz estuve quejándome de muchas cosas, pero es porque me preocupa.

—Hermosa forma de preocuparte —. Dijo de forma sarcástica.

Solo 30 días - StolitzøDonde viven las historias. Descúbrelo ahora