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Día 9

Le encantaría poner velas para el almuerzo, pero sería raro. Él se encontraba acostado pensando, luego de desayunar había dormido una corta siesta; su mente estaba ocupada pensando en el almuerzo y de todo lo que tendría que hacer al otro día.

No tenía tiempo para Blitzo el otro día y no sabía si había posibilidad en el siguiente, reuniones de los goetias, fiestas demoniacas de clase alta, ir a un pueblo a hablar a imps, visitar a sus suegros.

—Stella.

La llamo al ver que pasaba cerca suyo, ella volteo y seria le respondió

—¿Qué quieres?

—¿Es necesario ir pasado mañana donde tus padres?—Le pregunto cerrando los ojos temiendo su reacción.
—Es el cumpleaños de mi padre Stolas, ¡¿cómo te atreves a preguntar eso?! —grito ofendida.

—Lo siento, pero no es muy emocionante para mí.

—Eres increíble —dijo irónica—, iremos, aunque no te guste.

—Lo sé, lo siento, solo que pensar todo lo que tengo que hacer mañana ya me agota. —Le hablo.

—Entonces deberías de disfrutar tu último día de vagancia.

Tras esto ella se retiró, Stolas solo se levantó y llamo a su sirviente.

—¿Que desea señor?

—Quiero que el almuerzo sea espagueti, has tres platos.

—La señora Stella no va almorzar con ustedes señor.

—Lo sé, igual de todas maneras has tres y me traes dos platos para mi.

—¿Para usted y el señor Blitz no?

—Exacto — respondió emocionado—, ya estas entendiendo. Ve a hacerlo.

—Como guste señor— Se retiró.

Por su parte Stolas empezó a cambiarse, no era muy tarde, pero quería tener todo preparado. Si no vería a Blitzo en unos días debía aprovechar cada momento con él.

Mientras por otro lado los imps se encontraban aniquilando a su víctima.

—Este trabajo esta genial.

—Fue muy fácil señor— hablo Moxxie.

—Por supuesto podría hacer otro si quisiera.

—No sería mala idea, si metemos a un nuevo cliente funcionaria—propuso.

—Muy cierto, pero hoy me basta con haber matado a dos humanos.

—Como diga, tampoco es que tengamos muchas ganas, ¿verdad Moxxie? —Se metió en la conversación Millie.

—Está bien cariño.

El grupo volvió al mundo demoniaco atreves del portal, al llegar Blitzo llevo a todos y se despidió. Moxxie extrañado se preguntaba que le daba razones a su jefe de no aceptar otro pedido y la mayor pregunta, ¿por qué no les insistía con salir a algún lugar?

Mientras Blitzo se dirigía tranquilo a la mansión del príncipe, tendría que estacionarse un poco antes, pero no era un problema. Solo tendría que subir comer y se va, nada complicado.

Dentro de esa mansión se encontraba Stolas, emocionado veía que todo quedara bien, tendría que pensar temas de conversación, pero eso no era un problema. Espero pacientemente y sintió los pasos del imp siendo traído hacia él.

—Buenas tardes Blitzy, toma asiento.

—Bien— obedeció y admiro aquella comida.

Deseo que su sabor fuera igual. Stolas comenzó con una ligera pregunta de cómo había sido su día.

Solo 30 días - StolitzøDonde viven las historias. Descúbrelo ahora