Uno.

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Dos semanas después.

Dos nuevos acontecimientos darían a cabo ese día: Se sabría si los Tomlinson serían parte del equipo Dance Dads y las niñas tendrían una importante sección fotográfica.

Kendall había sido muy bien recibida por todos, como antes estaba dicho, no le temían.

Pero había alguien que sabía reconocer el talento, y ese alguien era Maddie. La pequeña Tomlinson tenía un talento de los pocos vistos. A pesar de llevarse de maravilla con ella, lo sabía. No es como si le tuviese miedo, para nada. Pero tenía claro que era una buena contrincante y que si mejoraba las críticas de Abby, podía alcanzar fácilmente su puesto.

En poco tiempo, Maddie se había convertido en la mejor de la compañía, la que se llevaba los primer puesto a casa; los dones de esa pequeña eran únicos.

Por otro lado, los padres se encontraban hechos un manojo de nervios. Tomlinson, con un rosario dentro de su mano, rezaba para que todo saliera como lo había planeado y pudieran entrar al equipo. Styles y Horan rezaban por lo contrario. Mientras que Malik y Payne se preocupaban por tener perfectas a sus hijas para la sección fotográfica. La mejor foto saldría en la tapa de una de las revistas más importantes de la ciudad; eso no era poco.

Malik sabía que su hija tenía un gran don en las fotografías. Era una Barbie sacada de una película, no se discutía. Tenía todas las de ganar. Pero su gran competencia en ese reto sería la pequeña Styles. Esa niña era amada por todos y era el oro de las cámaras.

—Bien, dejen esas uñas tranquilas —Abby entró a la habitación, una impecable sonrisa se dibujó en su rostro al ver la expresión de los padres—. Tengo anuncios para dar.

Todos se acomodaron en sus lugares. La hora había llegado.

—Excelente. Styles, tu hija será una colegiala —empezó haciendo referencia a la sección de fotografía—. Payne, una rockera. Malik, gimnasta. Horan, una sexy exploradora, y Tomlinson...

El ambiente se tensó. 

—Son parte del equipo. Tu hija será una ardiente modelo —un suspiro escapó de la boca del ojiazul. Ya tenían su puesto del equipo, les pertenecía y dejaría eso bien en claro. No permitiría que nadie se lo quite.

—Graci-

—No me agradezcas a mí, hazlo a tu hija —la apuntó, giró sobre sus talones y se marchó del salón.

—Felicidades —sonrieron Liam y Zayn. La rivalidad no estaba en sus planes; ellos eran personas tranquilas en la mayoría de situaciones.

—Gracias —devolvió el gesto. Esperaba felicitaciones de los demás del equipo, pero nunca llegaron. Los miró expectante por alguna reacción.

Una risa escapó de los labios de Niall y Harry al darse cuenta del porqué de la mirada del castaño.

—¿Qué sucede? —el rubio preguntó con diversión para provocarlo.

—¿Esperabas algo? —esta vez fue el rizado quien hizo una pregunta. Louis bufó.

—Váyanse a la mierda —contestó con hostilidad, provocando más diversión en ambos hombres.

—¿Nos acompañas?

—¡Me decían que yo era el idiota! ¿Es que acaso no se han visto a ustedes mismos? ¡Pues deberían! —una lágrima por tanto reír corrió por el rostro de Horan.

—No es necesario hablarles así —intervino Malik. Nadie le hablaba así a sus amigos, nunca mientras él estuviera presente.

—Oh, ¿de verdad? ¿Qué me vas a hacer? ¿Golpearme? Pero si sólo dije la verdad... —hizo un puchero. El ojimiel apretó las manos en puños y caminó hasta él. Con agilidad, Liam se interpuso en su camino para evitar que haga algo incorrecto.

—Zayn, tranquilo, así nada se soluciona —susurró. La postura rígida del morocho se relajó lentamente.

—Miren cómo lo tranquiliza, qué tiernos —la voz chillona de Louis explotó la última gota de paciencia que quedaba en el cuerpo de Payne. Él quería respeto, pero si el castaño no estaba dispuesto a colaborar, tampoco lo haría.

—¿Es que no puedes callarte? ¿No puedes parar ni por un segundo de hablar? Esto no pasaba hasta que tú llegaste. ¡Vete a la mierda! Estoy intentando que no te golpee, que se tranquilice, ¿y qué haces? Por supuesto, lo buscas más y más. Púdrete, Tomlinson. No entiendo cómo una niña puede soportarte y la verdad es que me compadezco de ella. Cierra la boca por al menos un día así no tendremos que lidiar con la voz chillona que posees —la boca de los demás en la sala estaba abierta, sus ojos abiertos como platos. Era imposible, no podía estar sucediendo. Liam nunca, desde que se conocían hace años, había hablado de esa forma a nadie. Todo para él era respeto puro.

Tomlinson tomó su bolso, se dio la vuelta y se marchó, cerrando la puerta tras un portazo para descargar parte de su enojo. Los tres hombres en la sala comenzaron a aplaudir, provocando un color carmesí en las mejillas de Liam.

—Es... Cómo... Wow —fue lo único que salió de la boca de Zayn.

—Por razones como éstas es que te quiero —Niall se acercó a él, fingiendo que se limpiaba una falsa lágrima y lo abrazó. 

—Bien, tenemos que poner manos a la obra para dejar a cuatro chicas como unas reinas, ¿vamos? —habló al separarse del abrazo de su rubio amigo.

—No es pregunta —sonrieron los demás en la sala.

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N/A: Gracias por recibir tan bien esta fic. Por votar y comentar, me hacen sentir tAn bien. Si quieren dedicación me la piden en un comentario. 

Espero que estén listas para el próximo capítulo, las voy a hacer sufrir jsjsj... y como soy buena persona lo voy a subir en un rato, all the love.

Besitos by yo.


Dance Dads || l.s (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora