Dance Dads || l.s (Completa)

Veintiocho.

Ese mismo día por la tarde, las chicas fueron llevadas a su ensayo en la compañía Abby Lee. Por supuesto, Mackenzie incluida. Harry lucharía por la tenencia de su hija, así que era necesario que se adapte a aquello.

Luego de dejarlas allí, todos los padres se juntaron en la casa del rizado. La reacción de Liam y Zayn al enterarse de la relación entre los chicos y todo lo ocurrido con sus hijas y Barbara, fue de fotografía. Era extraño que reaccionen tan nerviosos, y eso Louis no lo dejó pasar así como así. ¿Quién decía que ellos no se opondrían en la relación? Pues él lo averiguaría.

—¿Qué? ¿Algo para contar? —alzó las cejas. Sintió como su pie era aplastado con fuerza por el de Harry, se quejó—. ¡Ouch! Eso ha dolido.

Su novio lo ignoró. Había mejores formas de preguntarle a las personas tales cosas. Cuando estuvo a punto de hablar, fue interrumpido por un par de tartamudeos.

—N-no, Louis. No es eso. Zayn... Zayn y yo...

Styles y Tomlinson lo observaban con impaciencia, esperando que vaya al grano de una vez por todas. ¿Qué cosa tan importante pasaba entre él y Zayn?

—Zayn y Liam son pareja, ¿no es alucinante? Lo siento, no lo soporté —Niall se paró de su lugar y entró a la cocina con el propósito de buscar algo para llenar su estómago. La mandíbula de Harry, si no estuviese pegada a su rostro, tocaría el piso, los ojos de Louis parecían estar a punto de salir de sus órbitas.

Ambos se miraron, ¿todo aquello pasaba de verdad? Tras unos segundos, una sonrisa se dibujó en el rostro de los dos. Nada podía ser más perfecto en ese entonces.

—Felicidades —dijeron al unisono. Esta vez los cuatro sonreían.

Niall salió de la cocina cargando con cinco latas de Coca-Cola, sostenía tres entre sus brazos y pecho y una en cada mano. No podían beber alcohol debido a que debían volver a manejar. Después de dejar todo en la mesita ratona del medio, el timbre de la casa sonó. El dueño de la residencia y su novio caminaron tomados de la mano hasta allí, al abrir, la sorpresa atrapó desprevenido a Harry.

—¡Dime que es una maldita broma, amigo! —exclamó.

—¿Eres tú? Dios, ¡ven a darme un abrazo, compadre! —el rizado soltó la mano de Louis, quien quedó bastante confundido, y corrió hasta su viejo amigo. Se abrazaron unos segundos hasta que una aguda voz habló, con veneno y celos notables en su tono de voz.

—Cariño, no me has presentado a tu amigo —ladeó la cabeza y lo observó a los ojos por un instante.

—Tranquila fiera, baja esas garras que nadie robará tu presa. Soy el mejor amigo de tu novio, Ed Sheeran. Lo conozco desde que dio su primer palabra, así que no te preocupes, que si hubiese querido hacer algo ya lo hubiese hecho.

Louis se ruborizó. Debía controlar sus celos si quería dejar de pasar vergüenza. Harry rió en un volumen alto y tomó las mejillas de su novio para luego depositar un suave beso en sus labios. Ed los observaba con ternura, ver a su amigo feliz luego de tanto sufrimiento era lo que más deseaba, y a pesar de la primer mala impresión que Louis le acababa de mostrar, sabía que en realidad no era de tal manera. Los celos controlan a las personas.

—Bien, princesa —utilizó el antiguo con el que llamaba a su mejor amigo. Comenzó a utilizarlo un día que encontró a Harry jugando con su hermana a tomar el té. Aún recuerda a un rizado de cuatro años con un vestido rosado y bastante ajustado—, es hora de que vayamos dentro y te cuente la razón por la que he venido.

Entraron dentro de la residencia. Ed saludó con un apretón de manos a los demás muchachos y Niall se adentró nuevamente a la cocina y salió con otra lata de Coca-Cola.