Treinta y tres.

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Pasadas dos semanas, Bárbara, Harry y sus abogados, se habían reunido dos veces para intentar arreglar algo, sin embargo, ambas veces fue en vano.

Harry quería la tenencia de ambas niñas, obviamente, la de Maddie ya era suya, pero no la de Mackenzie.

Era graciosa la forma en que la madre de las chicas le enviaba tanto odio con una simple mirada, pero más aún lo era saber que la mayoría de suerte jugaba de su lado.

—Iremos este fin de semana a los tribunales. Debes saber que no será muy fácil. A pesar de tener ventaja, ella y su abogado tienen algunos argumentos bastante buenos. La custodia legal, la que tú quieres conseguir, lleva bastante cosas consigo. Por lo que te conozco, puedo jurar que eres una persona bastante responsable y asumes el deber de manutención y cuidado que debes de conservar como padre. El juez tomará la decisión de cuál de los dos ejercerá la custodia de la pequeña —su abogado le explicaba mientras él anotaba todo mentalmente.

—Entonces crees que tengo posibilidades pero no los mejores argumentos, ¿o me equivoco? Creí que teníamos bastante con todo lo que las chicas nos dijeron.

—No te equivocas. Ustedes en un pasado pudieron arreglar todo correctamente gracias a que Maddie decidió que quiso quedar a tu cuidado y Mackenzie al de su madre. Sin embargo, Mackenzie tiene la mente bloqueada en este momento. No sabe qué decisión tomar, si defraudar a su madre o defraudarte a ti. Por eso mismo, tienes que tratarla como si fuera única, como si fuera lo más importante en tu vida. Lo que nos dijeron nos sirve demasiado, pero, ¿qué pruebas tenemos de que es cierto? Tienes que convencerlas de que se presenten allí y declaren.

—Ella es lo más importante en mi vida.

—Lo sé, Harry. Pero la única persona que puede desbloquear su cabeza y hacerla razonar eres tú. Su madre las seguirá viendo cada tanto, aunque no con la misma frecuencia que antes. Es la segunda vez que van a por esto, eso lo hace complicado en aumento.

—Está bien. Creo que es suficiente por hoy, necesito descansar.

—Lo siento mucho, pero aún no te he otorgado el permiso de retirarte. Bárbara no irá a prisión, quítate todos esos pensamientos erróneos de encima. Está confirmado, ella consume drogas. No te puedo decir un tiempo exacto, pero sí razones. Razón número uno: falta de sueño. Al parecer no soportó la presión de su trabajo, de tener a su cuidado una niña, etcétera. Razón número dos: estrés. De seguro todas esas cosas la llevaron a un alto nivel de estrés, cosa que es otra razón más por la cual consumió. Razón número tres y última: no contaba con un bienestar general. Prefería olvidar todo a su alrededor. Ella está en tratamiento.

—Suficiente. ¿Puedo irme? —a pesar del rencor conservado a la mujer, era desagradable escuchar cómo una persona se auto-destruía de manera brusca y cruel, en vez de buscar soluciones sanas. Su abogado lo observó con pena.

—Sí, puedes retirarte. Por favor, ven mañana. En lo posible, trae a quienes justificarán de tu lado.

—Gemma Styles, Louis Tomlinson y Ed Sheeran. Ellos.

—Bien, ven con ellos. Nos vemos mañana —se despidió con un apretón de manos y se marchó.

Específicamente, no se dirigió a su casa.




Louis caminaba de un lado a otro, esperando por la llegada del rizado, pero luego del transcurso de diez horas, decidió que debía comenzar a preocuparse.

—Ed, Gemma, son las dos de la mañana. ¡Debía de volver a las cuatro de la tarde! ¿Y si le pasó algo? —su respiración era agitada.

Las chicas dormían en el segundo piso, Louis notó que ellas también estaban preocupadas y por eso las obligó a irse a la cama.

Dance Dads || l.s (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora