Veinte.

3.2K 454 341
                                    

Todos estaban en shock. Un minuto después, la burbuja de Louis se rompió y siguió el camino de Harry escaleras arriba.

¿Qué había hecho?

Sabía que culpa suya no era, pero sentía culpabilidad de todas formas. En realidad, era irónico que se sintiera de tal manera, porque nadie le había avisado siquiera con un «Oye, Louis, no mires el álbum con fotos de la vida de Harry.»

—¿Harry? —preguntó, entrando por el pasillo.

Abrió una puerta, desconociendo qué se podría encontrar. Un baño vacío. Así lo hizo con algunas otras, incluso dio con el dormitorio de Maddie y se disculpó con una sonrisa. Le faltaba una. El dormitorio del rizado. Golpeó la puerta con suavidad.

—¿Harry? —volvió a repetir—. ¿Podrías abrirme, por favor? No sabes cuánto lo siento. Nadie me dijo que no debía observar esas fotos. No es mi culpa, no te enojes conmigo.

Segundos después, una respuesta llegó.

—Vete, déjame solo —Louis se negaba a irse.

—No me iré hasta que me abras la puerta —esperó minutos parado en silencio hasta sentir que la tranca era removida y la puerta abierta, dejando ver a oscuras la silueta de Harry.

—Te abrí. Vete —intentó cerrar la puerta en su cara pero el castaño se apresuró en usar el pie como tranca.

—Por favor —susurró, mirándolo a los ojos. Al parecer el rizado se dio por vencido, ya que dejó de hacer presión y caminó hasta su cama, lanzándose en ella.

Louis aprovechó eso como señal de que tenía permiso para entrar, así lo hizo. Se sentó en los pies de la cama de Harry y lo observó.

—Lo lamento tanto, de verdad. No tenía idea de que ese álbum no se podía observar —intentó disculparse, otra vez—. Yo n-

Fue interrumpido por algunos golpes en la puerta del dormitorio del menor. El castaño se acercó con cuidado de no tropezar, aún seguían en la oscuridad. Abrió y fue recibido por el rostro de Liam.

—Lou, nos irémos. Maddie y Kendall ya se han dormido. Niall dijo que mañana volverá con Theo —asintió, recordando la información.

—Gracias, nos vemos —saludó amablemente y volvió a su posición principal.

—Bien, como te decía —retomó—. No quería herirte, ¿lo sabes?

No hubo respuesta. No apresuraría a Harry para contestar, prefería darle su tiempo y espacio (a pesar de que lo último era lo que menos estaba haciendo). A pesar de que no había luz, logró distinguir un muy buen ordenado cuarto. A diferencia del suyo, todo estaba en su perfecto lugar. Luego, dirigió sus ojos hasta el muchacho en posición fetal sobre la cama. Minutos pasaron, incluso, cuando se dignó en contestar.

—Ella... ella me odia —los recuerdos no paraban de llegar—. Soy un grandísimo hijo de puta.

Los ojos de Louis se abrieron tanto que pensó que se saldrían de sus órbitas. ¿Cómo era que se podía llamar de tal manera? Nunca había conocido a alguien tan amable como Styles.

—No vuelvas a decir eso.

—¿Qué quieres que diga? ¿Que soy buena persona? Me conoces poco.

—Si supiera qué ocurrió -hizo una mueca.

—Ella me odia.

—¿Y qué fue lo que hiciste para que eso pase? —de un momento al otro, el cuerpo de Harry comenzó a temblar; tanto por los sollozos que escapaban de su boca como por sí solo. Louis, alarmado, se acercó a él y apretó con sus manos los musculosos brazos de su amigo—. Hey, estoy aquí. Tranquilo. Respira, sigue mi ritmo —lo atrajo hacia él en un abrazo. Sin dudarlo, el ojiverde correspondió. Comenzó a respirar lentamente, intentando que el rizado lo copiase, sin embargo fue en vano.

Dance Dads || l.s (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora