Diecinueve.

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Louis apareció en con dos pizzas en sus manos. Una para las chicas, quienes subirían a la habitación de Maddie junto a Theo, y otra para ellos.

Era innegable que la pizza de Louis era riquísima. Sin olvidar el hecho de que ahorraron más dinero gracias a él y su muy conocido ego.

Harry se limitaba a brindarle tímidas y cortas miradas avergonzadas. Así se sentía, avergonzado.

No pensó en lo que estaba haciendo, sólo se dejó llevar por el momento. Por una parte, le agradecía a Theo por su llegada. Pero por otra, lo detestaba por llegar justo en ese instante.

Ese instante.

Ese instante que estuvo a punto de besar a Louis Tomlinson.

La adrenalína llenaba su cuerpo a tal punto de dejarlo incómodo. No podía tener tales reacciones por algo que ni siquiera ocurrió.

Porque eso era, nada ocurrió.

—Harry, ¿estás bien? —las risas que resonaban en el lugar se convirtieron en rostros serios y preocupados.

—¿Eh? —salió de su burbuja de sentimientos-. Sí, Liam, e-estoy bien.

Mentira. No podía estar más confundido en ese momento. Todo lo que sentía estaba lejos de ser un simple estoy bien.

—Pues, no lo pareces —las cejas de Zayn se alzaron con sospecha. Observó a Louis y notó sus mejillas ligeramente sonrojadas. Hizo lo mismo con su rizado amigo, quien estaba de igual manera—. ¿Alguna razón por la que los dos estén momentáneamente sonrojados?

Sonrió con triunfo cuando ambos abrieron los ojos como platos. Algo escondían y él, Liam y Niall lo averiguarían.

—¿Pasó algo que no nos enteramos? Mmm, secretos con amigos no —Niall negó con la cabeza fingiendo decepción.

—¡No ha pasado nada! ¡Ya! —el mayor cruzó sus brazos con verdadero enojo. No le gustaba cuando le hacían pasar vergüenza o lo ponían en ridículo.

—¿Seguro, Louis? —Liam se metió en la conversación.

—Más seguro de lo que imaginas, amigo —rodó sus ojos—. ¿Y tú? ¿Te quedarás callado? Diles que nada ha ocurrido —se refirió al rizado, que miraba el piso y se mordía la lengua para no soltar nada. Podría hacer todo, menos mentir bien.

A alguien debía salir Maddie.

—Uhm... sí, na-nada pasó —rió con nerviosismo, haciendo la situación más obvia.

Louis anotó mentalmente nuca pedirle a Harry que mienta.

—Harry...

—Louis no ha alcanzado la repisa y me dijo que si les decía me mataría -fue tanta la rapidez con la que habló, que sólo Zayn logró comprender y largó en carcajadas.

—No entendí —el blondo habló. El morocho les repitió las palabras del ojiverde y segundos después los tres se encontraban lagrimeando de la risa.

Bueno. Pensó Louis. Al menos no dijo la verdad, es mejor que nada.

Le envió una mirada agradecida a Harry, éste asintió despreocupado y apartó la mirada nuevamente. Sus actitudes eran de malos modales, pero él no podía hacer nada.

—¡Ya basta, me duele el estómago! —exclamó Niall, sin aire.

—Inhala, exh- —rompieron el risas otra vez, a diferencia de la pasada, contagiando al rizado con el recuerdo.

—Genial —suspiró Louis—. ¿Podrían calmarse? Parecen idiotas.

—Oh, lo somos.

Minutos transcurrieron hasta que las risas finalizaran. Las lágrimas caían por los rostros de los cuatro. Louis los miraba serios.

—¡Tengo una idea! —los ojos de Harry brillaron. Se puso de pie y corrió hacia el mueble ubicado a metros de él. Abrió el primer cajón y sacó cinco álbumes de fotos.

—Nunca nos mostraste esas fotos... —y era cierto. Nunca quiso, pero allí, con el castaño incluido, sintió que podía hacerlo

—Lo sé. Pero ahora quiero hacerlo —se encogió de hombros y cada uno tomó entre sus manos un álbum.

Estaban en silencio. A Liam le había tocado fotos de Maddie cuando pequeña. A Zayn lo mismo, pero de Mackenzie. Niall y Harry tenían de todas las chicas en diferentes etapas; pero Louis tenía el famoso álbum de fotos de Styles pequeño. ¿Lo peor? El ojiverde no creía que ese cuaderno con fotografías se hallaba entre los que tomó.

En una de ellas, se veía al rizado de niño. Llevaba puesto un sostén y hacía una mueca graciosa a la cámara. El castaño se mordió el labio para ocultar una risa.

Niñez, adolescencia, entre otras etapas de vida. La mayoría de las fotos le causaban ternura. Resaltando una de éste cuando bebé. Sus piernas regordetas, sus mejillas, todo. Principalmente, la gorra que llevaba.

La última foto del álbum, era de un Harry reciente junto a una chica. Por un instante, creyó que tenía una gemela.

—¿Es tu hermana? —preguntó dejando a la vista lo que se refería. La reacción del rizado los dejó a todos bastantes sorprendidos.

—¡Deja eso! —lo arrebató de sus manos y subió escaleras arriba con prisa.



Dance Dads || l.s (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora