Quince.

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Mientras aquello sucedía, un rizado muchacho de ojos esmeraldas escuchaba con atención escondido en las escaleras. En realidad, no era su culpa. Estaba a punto de bajar hacia la cocina cuando escuchó una parte y decidió averiguar más.

Ante las últimas palabras del castaño, el rizado casi se atraganta con su propia saliva. ¿Cuál era la razón para hacerle una apuesta a él si su vida había sido arruinada por otra? ¿Aún estaba enamorado de la chica?

Sintió vergüenza por estar escuchando algo que no era de su incumbencia. Cuando estaba a punto de pararse y hacer como si nada había sucedido, la voz de Kendall le incentivó a permanecer quieto.

—¿La sigues amando? —sin saber porqué, algo se removió en su estómago. 

Sin embargo, le gustó la sensación que ese algo causó.

—No lo sé —se escuchó un suspiro—. Creo que la superé, es decir, mi atracción por ella. Pero no te negaría nunca que su muerte aún duele aquí —su mano se posó en su pecho, sobre su corazón.

—Si ella estuviera viva y un día volviera por ti, ¿la perdonarías? —se aprontó para la respuesta que el ojiazul daría.

—No —su voz salió seca—. Nunca, jamás, ni en una segunda vida. Todo lo que me hizo no tiene perdón. Ni en un millón de años.

—Pues, yo tampoco lo haría —la inocencia de Kendall le robó una sonrisa. 

—Por supuesto, tú nunca seguirás mis ejemplos —la manera en que lo dijo transmitía seguridad.

—¿Y cómo estás tan seguro de ello?

—Sé que estás bien educada. Confío en ti, es simple.

Minutos pasaron, ellos ya no hablaban. Harry no quiso pararse, estaba procesando toda la información que no debía saber desde un principio. La televisión fue apagada, pero él no se inmutó.

—¿Harry? —se sobresaltó por la voz de la pequeña. Observó alterado hacia Louis, pero él dormía plácido en el sillón.

—Y-yo, lo siento, no debí escuchar eso —la niña subió las escaleras restantes hasta llegar donde él y tomó su mano, tomándolo por sorpresa. Se puso de pie y caminó tras ella, siguiéndola.

Terminaron afuera, en el patio trasero. No sabía qué hacía allí, pero no tendría la mala educación de irse.

—¿Qué escuchaste? —su voz salió tranquila, como si en realidad no estuviera molesta.

—Todo —sus mejillas se sonrojaron. Se sentía extraño estar en una situación así con la tierna hija de la persona que más detestaba.

—¿Tienes algo que opinar respecto a eso?

—Admito que estoy avergonzado. No creí que me descubrirían, soy mal espía —intentó quitar la tensión del lugar con algo de humor pero no funcionó—. Tampoco creí que tu padre tuvo una vida tan complicada. Lo tenía con imagen de chico mimado y rico.

—¿Cómo te sientes en este momento? —su entrecejo se frunció por la pregunta.

—Extraño.

Kendall sabía que Harry se arrepentía de muchas cosas. El rizado estuvo a punto de confesarle sobre la apuesta de su padre, pero no era de esa manera. Incluso, su plan junto a Maddie comenzó a alejarse de su interés. Sin previo aviso, se sintió mal. La impotencia lo atacó.

—¿Por qué lloras?

—¿Estoy llorando? —se sorprendió al sentir húmedo su rostro.

—Sí, contesta mi pregunta —el carácter de la ojiazul hizo aparición, igual que el de su progenitor.

—Me siento arrepentido por lo que les he hecho pasar hasta ahora. Entiendo que Louis me odia, pero no tengo idea la razón de mis lágrimas. Tú en éste momento deberías estar gritándome la horrible persona que soy. Pero no sé qué sucede, me estoy volviendo... extraño.

—Todo el mundo pasa por malos momentos. Soy alguien que se enoja con los demás si tiene un mal día, si tengo un problema dejo de ser yo. Mi padre hoy me confesó que sentía que se estaba volviendo loco, tú extraño. Nadie es normal, ¿sabes? la perfección no existe. Ninguno está mal, es un momento de la vida que no saben ni siquiera lo que hacen. Creo que deberían hablar y arreglar su rivalidad. ¿Has visto el rostro de papá? ¿Te gustaría que él te haga eso? ¿Cómo se sentirían Maddie y Mackenzie? Piensa antes de actuar, Harry. Tus acciones traerán consecuencias siempre. A veces no tienes noción y cuando reaccionas te preguntas qué diablos sucedió.

Sus palabras dejaron la boca del rizado tocando el suelo, no literalmente. Que una niña de once años le diga algo así era sorprendente; y a su vez, vergonzoso. 

—Tomaré tus palabras para un futuro. ¿Louis querrá acercarse a mí después de todo lo que sucedió? —rió con ironía.

—No lo sé, puedo hablar con él si eso deseas —sus ojos se iluminaron. 

—¿Harías eso? —asintió—. Si me permites, tengo inmensas ganas de abrazarte.

Kendall rió y Harry envolvió sus brazos en ella. Le devolvió el abrazo y segundos después se separaron. Se mantuvieron unos minutos en silencio, simplemente mirándose. 

—Espero que recuerdes la charla que tuvimos.

—Lo haré, pequeña. Ahora ve a dormir.

—Dormiré arriba —se ecogió de hombros—. Aún queda una cama libre y ya no hay lugar en el sillón.

Subieron las escaleras y caminaron en diferentes direcciones, ella hacia el cuarto de las chicas y él su habitación junto a Zayn y Mackenzie.

No tenía idea de qué estaba sucediendo, pero aún seguía impresionado.

Su mano se posó sobre el picaporte cuando la voz de la chica lo volvió a detener en seco.

—¿Odias a papá? —la confusión lo invadió. 

¿En realidad, lo odiaba?

—No lo sé —ella lo observó.

—Odio es una palabra fuerte, Styles —las palabras de Louis volvieron a su mente: «Sé que estás bien educada». Se dio la vuelta para continuar su camino cuando el rizado llamó su atención.

—No. No lo odio —le sonrió y entró a la habitación.

Después de todo, el día no terminó tan mal.

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N/A: ¡Hola! aquí les traigo su tan esperado capítulo por el cual llegaron a insultarme JAJIJFIJGA yo los amo igual. Gracias por votar y comentar, no dejen de hacerlo 

Besitos by yo.

N/A [Después de la edición]: Extrañaba tanto este fic que esta edición me está haciendo bien al corazón bue. ¿Se pasarían por You're my half star y Anónimo? También estoy haciendo una hERMOSA traducción llamada American Rose. Emi los ama x



Dance Dads || l.s (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora