Capítulo XI

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Cuando dieron las doce de la noche, Legolas bajó a su habitación para dormir.
Nos habíamos saltado la cena. Que pena me da. O sea, no se todos tienen con quien hablar y yo soy la oveja negra del rebaño.
Pero ahora ya no, Legolas es bastante simpático conmigo. Era mi primer amigo que hacía por mí sola.
La mayoría con los que he hablado, salen corriendo cuando me cambian los ojos de color o cosas así.
Que no soy una mutante. No se porque tanta bobada, ni que fuera fea.
Me puse el camisón y me dormí.
A la mañana siguiente al despertarme, vi a Legolas en mi habitación leyendo un libro.
- ¡PERO GILIPOLLAS, ¿QUÉ HACES AQUÍ? PERVERTIDO!
- Calma, calma, calma.
Solo vine a tu habitación por error.
- Ya, y se te olvida que leo mentes y detecto la verdad,¿cierto?
- Jobar, es imposible contigo. Solo quería hacerte compañía.
- SAL AHORA MISMO DE MI HABITACIÓN.
- Vale, pero cámbiate rápido que Elrond nos quiere ver para unas asamblea.
- Vale, y ahora, SAL AHORA DE AQUÍ O RECURRO A LA VIOLENCIA.
- Vale, vale
Me puse el traje de salir a cazar y se acabó.
Me estaba recomponiendo del susto. Bajé por el pasadizo y salí como si nada.
Estaban todos sentados excepto por dos sitios juntos.
Me senté en el que estaba al lado de Gandalf.
Legolas se sentó a mi lado y le lancé una mirada con los ojos rojos, y se asustó.
- Ahora que estamos todos....- empezó a decir Elrond.
- No creo que sea una conversación en la que puedan estar mujeres.
Me levanté con los ojos negros e hice una bola de fuego en mis manos
- Repite eso.
- Alya- dijo Gandalf.
- Por favor, tranquilízate - dijo Legolas- siéntate, no tiene sentido discutir con él.
Hice caso, pero no porque él me lo dijera, si no porque no quería montar el número.
Gandalf me miró y pensó:
" O sea a él le haces caso y a mí no"
- Volvamos a lo nuestro
Forasteros de tierras lejanas, amigos de siempre, habéis sido convocados para atajar la amenaza de Mordor. La Tierra Media se encuentra al borde de la destrucción, nadie puede escapar de ella, uniros o pereceréis. Toda raza se enfrenta a este destino, a esta maldición.
Muestranos el anillo, Frodo.
Frodo se acercó a la mesa de piedra para depositar ahí el asqueroso anillo, que por su culpa iba a tener que ir a una misión en la que probablemente no me podría echar mi siesta diaria.
Cuando lo dejó, se levantó un murmullo en la sala
- Entonces es cierto.
Vi que Legolas se quedó mirándolo como yo con las estrellas.
- Legolas, ¿estás bien?
Salió de su ensimismamiento.
- Ten cuidado. Podría llevarte a la locura, como escuches que te llama en la cabeza, según lo que leí. - le dijo Gandalf
- Gracias. - hizo una reverencia con la cabeza y volvió a mirar a Elrond.
En eso que el imbécil de Boromir, se levantó y empezó a hablar
- En un sueño, vi el cielo oriental oscurecerse, pero en el oeste persistió una pálida luz. Una voz gritaba " su maldición está cercana, el daño de Isildur ha sido hallado, el daño de Isildur..."
Me dirigí hacia Elrond y Gandalf.
" Ha entrado en un trance, le atrae el anillo, hacer algo"
- ¡¡¡¡ BOROMIR!!!! - gritó Elrond.
Gandalf hizo un hechizo en la lengua de Mordor, que por cierto se lo enseñé yo, e hizo que el poder del anillo no fuera tan grande.
Boromir, se volvió a sentar.
- Jamás antes una voz había dicho palabras en esa lengua, aquí
- No he de pedir perdón maestro Elrond, pues la lengua oscura de Mordor puede ser oída en cualquier rincón del oeste. Y me lo enseñó mi aprendiz.
Todos me miraron. Hice un gesto con los hombros y seguí a lo mío.
- El anillo es el mal en sí mismo- dijo Elrond de nuevo.
- Es un privilegio, un regalo para los rivales de Mordor¿ por qué no usar el anillo? Largo tiempo, mi padre, el senescal de Gondor, ha contenido las tropas de Mordor, gracias a la sangre de nuestro pueblo, vuestras fronteras fueron seguras. Entregad a Gondor el arma del enemigo, usémoslo contra él.- dijo Boromir intentando que entráramos en razón.
- No puedes dominarlo, ninguno de nosotros puede- te acabase ganar un enemigo más, Aragorn.- el anillo único solo responde ante Sauron, no tiene otro señor.
-¿ Que sabe un montaraz de estos asuntos?
- No es un simple montaraz, es Aragorn, hijo de Arathorn, le debes lealtad.
" Legolas siéntate ahora mismo, Aragorn se sabe defender solito, deja de hacer el ridículo"
- Aragorn, el heredero de Isildur.- dijo Boromir sin creerselo
- Y heredero al trono de Gondor.- volvió a decir Legolas.
Aragorn le dijo que se sentase y este le hizo caso.
- Gondor no tiene rey, Gondor no necesita rey. -se sentó también el idiota de Boromir. Iba a moverle la silla, pero Gandalf, que me veía las intenciones, no me dejó.
- Aragorn está en lo cierto, no podemos usarlo. - dijo Gandalf
- Solo os queda una opción, el anillo debe ser destruido.- dijo Elrond.
Silencio sepulcral.
- Pues a qué estamos esperando- dijo el enano. Le metió un hachazo y este salió para atrás dando tumbos y su hacha se rompió.
- El anillo no puede ser destruido Gimli hijo de Gloin mediante las armas que disponemos. Fue forjado en los fuegos del Monte del Destino, solo allí puede ser destruido. Debe ser devuelto al corazón de Mordor y arrojarlo al bárbaro abismo de donde procede. Uno de vosotros, deberá hacerlo. - concluyó Elrond.
Silencio incómodo, muy incómodo en mi opinión.
- No se entra así como así en Mordor, son más que orcos los que guardan sus negras puertas, habita en su seno un mal que nunca duerme y el gran ojo permanece alerta. Es una extensión del pasto del fuego, cenizas y polvo. El aire que se respira es vapor venenoso. Ni con diez mil hombres podría hacerse, es un disparate.- volvió a hablar Boromir.
- ¿No has escuchado nada de lo que Elrond ha dicho? -Legolas se levantó de nuevo con rabia.- El anillo debe ser destruido.
- Y supongo que eres tú el que se ofrece a hacerlo- le contestó a Legolas el enano.
- Y si fracasamos qué, ¿ qué hará Sauron cuando recupere lo que es suyo?- dijo Boromir.
- Antes muerto que ver el anillo en manos de un elfo.- enano de mierda, asqueroso.
Todos se levantaron de sus asientos a discutir, yo solo pensaba en cómo podía ser una cosa tan pequeña un imbécil tan grande.
- Nadie confía en un elfo.- volvió a arremeter el enano
Gandalf también se levantó y empezó a reñir a Boromir.
Cuando Gandalf se enfada, se enfada, he pasado por eso.
En eso que Frodo se levantó y dijo
- Yo lo llevaré
Nadie le hacía caso así que lo volvió a repetir
- Yo lo llevaré.
Gandalf se giró despacio y con desesperación.
- Yo llevaré el anillo a Mordor, aunque no se como voy a hacerlo.- entonces para que coño lo dices.
- Yo te ayudaré a llevar esta carga mientra seas tú quien la lleve.-dijo Gandalf.
- Frodo, sé que es una carga para ti llevar este anillo, te he visto actuar cuando lo cargaba con éxito a Rivendel. Con todo lo que este en mi mano, te ayudaré en este viaje, tienes mi palabra.
Le abracé y me puse al lado de él.
" Tu te apuntas a un bombardeo, es inaceptable"- dijo Gandalf atrayendo mi atención hacia su mente.
" Soy una persona a la que necesitas, y no te librarás tan fácilmente de mí."
- Si con mi vida o mi muerte puedo protegerte, lo haré. Cuenta con mi espada.
- Y cuenta con mi arco.
Legolas me miró y se puso a mi lado.
- Y con mi hacha.-dijo el enano, aunque no se con que hacha por que la suya se la había cargado
- Tú cargas con nuestros destinos, pequeño. Si esta es la voluntad del concilio, Gondor la ha de ver cumplida.
En eso apareció Sam de detrás de un arbusto.
- Eh, el señor Frodo no va a ningún lado sin mí.
- Al parecer es imposible separaros, ya que él ha sido convocado para un concilio secreto y tú no.
- Eh, nosotros también vamos.- salieron de detrás de una estatua los otros dos hobbits.
- Tendréis que mandarnos a casa atados en un saco para impedirlo.- dijo Merry sonriente.
- Además os hace falta gente inteligente para esta clase de misión, cometido, cosa.- dijo Pippin convencido.
- Pues eso te excluye Pin.- respondió el otro hobbit.
- 10 compañeros, sea así. Seréis la compañía del anillo.
- Bien, a dónde vamos.- todos miramos mal a Pippin.
Casi me lo cargó.
Se fueron los hobbits, y como no, Boromir se puso a protestar.
-Mi señor Elrond,¿ no cree, que una mujer no debería ir a esta misión? Podría fastidiar el plan.
- Tiene muchos más recursos que tú para salvar a todos.
- Aún así, no veo conveniente, que una chica débil como ella, se haya ofrecido a hacer este oficio, seguro que es para la fama.
- BOROMIR, TE ASEGURO QUE NO HA SIDO POR ESO. ELLA ES CAPAZ DE HACER LO QUE SEA. LA HUMANIDAD DEPENDE DE ELLA. CON SU DON, TODAS LAS COSAS SE HARÁN MÁS RÁPIDO Y SI ES POR FAMA, ELLA YA TIENE LA SUFICIENTE.
- Cálmate Tigre- le dije a Legolas- no se puede hablar con una persona tan débil que se deja manipular por la voz de Sauron. Porque según tú, yo soy la débil ¿no?
" Tranquilízate, gracias en serio, le iba a quemar el culo, pero no te busques enemigos por mi culpa, ¿de acuerdo?"
" Está bien".
No le hice caso a Boromir, y salí sola a preparar todo y a entrenar.

Mi flecha perdida- Legolas y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora