Capítulo XV

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Pov Alya
Al entrar en la cueva hice  una bola de luz permitiendo ver más allá de nuestras cabezas.
Todo el suelo estaba lleno de cadáveres y empecé a sentir opresión en el pecho.
Legolas y Aragorn fueron los primeros en caminar, pero se tuvieron que parar porque no veían sin la luz que Gandalf y yo hacíamos.
Hice una antorcha y se la pasé a Aragorn y nos distribuimos por luces.
Gandalf con Boromir y Gimly, Aragorn con los hobbits y yo con Legolas.
Seguí caminando hasta que llegamos a una encrucijada y Gandalf estuvo como dos horas pensando por donde era.
Mientras tanto Aragorn se seguía quejando de lo del palo y yo mientras me reía de el no me di cuenta de que estaba apoyada sobre el hombro de Legolas.
Nadie más percató eso, o no lo quisieron ver, así que no le di importancia y minutos después caí en los brazos de Morfeo.
Un poco después noté como me zarandeaban para que me despertara.
Era Legolas ya que le estaba quemando el brazo con la mano y tenía la manga negra.
Le pedí perdón varias veces y después, guiados por Gandalf bajamos por unas escaleras un tanto inclinadas.
Merry y Pippin iban haciendo el tonto, como no, Frodo llevaba cara de muermo y Sam, es Sam e iba caminando tranquilamente.
Llegamos a una sala enorme con un montón de columnas.
Gimli vió una puerta abierta por donde entraba una luz blanca y corrió hacia ella
Al entrar en la sala vimos más cadáveres y una ataúd de piedra donde yacía Baliing, un primo de Gimli.
Gandalf cogió un libro que tenía uno de los esqueletos y Legolas se puso a curiosear una sala que había más allá.
En eso que Pippin tocó un muerto que había al lado de un pozo y a este se le cayó la cabeza y luego arrastró su cuerpo y un cubo de metal.
Cuando acabó el estruendo Gandalf le dijo.
- Insensato, tirate tu la próxima vez y líbranos de tu estupidez.
Al acabar la frase, unos tambores resonaron en lo profundo.
- Trasgos- Dijo Legolas.
Y Boromir y Aragorn se pusieron a cerrar las puertas cuando una flecha pasó rozando la frente de Aragorn.
- Tienen un troll de las cavernas. - dijo Boromir.
Cerraron las puertas y yo me puse al lado de Aragorn y Legolas con el arco en mano dispuesta a lanzar.
Cuando abrieron la puerta, nosotros empezamos a lanzar flechas como si no hubiera un mañana hasta que llegó el troll.
Primero acabamos con todos los trasgos, me cambié a espada por el contacto.
Solo teníamos que acabar con el troll que menudo hijo de su madre porque era enorme.
Hirió a Frodo y luego nosotros lo matamos.
Yo fui donde Frodo.
El estaba pensando 'no estoy muerto, es un milagro'
Aragorn fue a duras penas hacia Frodo imaginandose lo peor y lo abrazó.
Cuando le dió la vuelta vio que respiraba y que no estaba herido.
Gracias a que Bilbo le dió una cota de malla muy resistente.
Legolas me miro con una sonrisa de estas viva y yo se la devolvi.
Escuchamos que venían mas así que salimos de allí con pies en polvorosa.
Empezamos a correr y llegamos a una sala muy grande con los trasgos pisandonos los talones.
Finalmente nos alcanzaron pero gracias a una criatura extraña que provocó un gran temblor, todos se esfumaron y nosotros comenzamos a correr hacia la salida.
Legolas miraba para atrás cada dos por tres, pues yo le indiqué a Gandalf por donde ir pues me teletransportaba y así podía ver mejor los callejones sin salida y no nos exponíamos a una muerte segura.
Íbamos bajando por las escaleras cuando el temblor se volvió a producir e hizo que nuestro camino se viera interrumpido por un enorme foso que hizo una piedra al caerse.
Legolas saltó de manera ágil y luego fuí yo.
Él me agarro con fuerza por la cintura y yo al ver que había hecho me separe rápidamente y comencé a tirar flecha a los trasgos que nos vigilaban desde arriba, y Aragorn nos vió así que no pasó desapercibido ese movimiento.
Finalmente seguimos corriendo hasta que nos encontramos con un puente muy estrecho. Pasamos a duras penas pues la criatura esa que era horrible por cierto llegó al puente y Gandalf intentó detenerlo.
Me obligó a hacer un campo de fuerza alrededor de nosotros mientras el mago acababa con él.
Poco después, el puente se rompió y yo quité todo.
En eso que el látigo que tenía el bicho cogió a Gandalf de la pierna y empezó a tirarle hacia abajo.
Intenté ir a ayudarle pero fue en vano. Aragorn me sujetaba de los brazos y Gandalf había inmovilizado mi canal de transporte instantáneo.
- Correr, insensatos.
Después de eso, cayó al vacío.

Mi flecha perdida- Legolas y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora