Capitulo XIV

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Sam todavía estaba asumiendo esa información.
Seguíamos caminando y Legolas seguía mirándome.
" Deja de mirarme"- le dije a Legolas en su mente
" No sabía que no te lo habían contado, lo siento mucho "
" Tranquilo Legolas, tú no tienes la culpa, solo estoy asimilando la información  " le dije con dulzura o por lo menos intentado parecer que no me afectaba mucho.
" Si quieres podemos hablar de otras cosas... "
" No te preocupes "
" Aquí me tienes para lo que necesites"
" Gracias" le sonreí
" Me gusta hablar contigo. Cuando estés lista, estaré aquí".
Asentí con la cabeza mirándolo y fui donde estaba Gandalf.
- Todo libre por esta zona.
- Si, de momento. Pero tengo un presentimiento...
- Sabes que tus presentimientos no me gustan, siempre acaban mal.
Reí ante el comentario y me relaje.
Cuando estaba con Gandalf, era genial. Siempre me hacía reír cuando estaba mal y esas cosas.
Cuando el mago se volvió a adelantar, con mi telekinesis moví una piedra a la altura de Boromir y este se tropezó con ella y se quedó viéndola como si no supiera quien la había puesto allí.
Pos obviamente, YO la había puesto ahí.
Al final Sam me habló.
- O sea que todo lo que dices se acaba cumpliendo tarde o temprano?
- Sip, a no ser que te mueras, que sino hasta la vida que viene amigo.
- Que positiva, por favor.
- Desgraciadamente yo te voy a conocer en todas y cada una de tus largas y aburridas vidas osea que......
- Eres tipo mi Ángel de la Guarda.
- Exacto.
Mis ojos tornaron a amarillo.
Ahora mi mejor amigo era Sam, de eso estaba segura. Aunque a veces me quiera matar, es así, único.
Paramos a comer en un sitio con muchas rocas.
Sam como es el cocinero del grupo y pues deje todo en manos del Chef y me senté en un peñasco al lado de Aragorn.
- Hola, patas largas.
- Hola, orejas raras.
Puse mi mano en el pecho haciéndome la ofendida y luego me tape las orejas con el pelo.
- Tampoco son tan feas.
- Son igualitas a las de Legolas.
- Estableciendo que somos elfos....
- Pues no sería una mala idea tener elfitos con tus ojos raros, y sus orejas raras.
Serían elfos raros al cuadrado.
- Ja ja ja que gracioso- le di un golpe en el brazo amistosamente- No eres más tonto porque si no, bates el récord.
Nos quedamos viendo como practicaban los hobbits con la espada que en mi opinión tienen menos espíritu que una gallina, pero yo los animaba pa levantar la moral lo que viene a ser.
Mientras Gimli se quejaba porque según el estábamos dando un rodeo y yo que se cosas.
Luego se sentó Legolas al lado de Aragorn mientras comíamos, y yo me levanté.
Pov Legolas
Cuando me senté a comer con Aragorn y Alya, ella se levantó y se fue con Gandalf a hablar.
Ojalá me hubiera callado, ahora no me habla.
A ver, no digo que no tenga sus motivos pero...me da pena que no esté como antes.
Menos mal que mi padre me desheredó y conocí a Aragorn. Pues así podía hacer mi vida y no tener que estar ligado a mi padre, pues todo lo que el hacía, caí en mi de forma negativa. A Aragorn le enseñe yo todo lo que sabe, pero cada día que pasó con la maga me doy cuenta de lo poco que sé.
- Alya , ¿ a donde vas?- le dijo Aragorn.
- A... Hablar con Gandalf. Y a por más comida.
- Me da que está de mal humor. - me dijo Aragorn,
- Solo está pensativa, creo
- Lo que se resume a que está de mal humor.
Más tarde escuché gritar a Alya.
- Escondeos.
Nos escondimos como pudimos pero antes me subí a una piedra y me fijé en que eran.
Eran cuervos.
Seguro que los manda Saruman.
Me quede mirandolos hasta que sentí que me tiraban de la pierna para abajo y me caí de espaldas pero me sujetaron la cabeza para que el golpe fuera menor.
Esa mano me arrastró hacia un arbusto y me tapó la boca.
Miré hacia arriba y era Alya.
Cuando se fueron me seguía agarrando la boca.
- Estas tonto? Por tu culpa casi nos descubren. Te das cuenta de lo que pasaría si no te hubiera agarrado?
- Perdón
Nos quedamos en silencio por unos instantes y ella volvió a hablar
- Podemos no sacar ese tema, por favor? - la miré y ella me miraba fijamente - eres el único que tiene una conversación estable y normal de este grupo.
- Claro- sonreí levemente y ella me devolvió la sonrisa.
Una voz nos cortó el contacto visual.
- Eh, par de tórtolos, salir de ahí nuevo no queremos más integrantes en el grupo- dijo mi buen amigo Aragorn.
Alya se levantó más roja que la barba de Gimli, cogió sus cosas, miró a Aragorn y un palo salió en esa dirección donde rebotó y le dio al castaño en los huevos, lo que viene a ser, una venganza a sangre fría.
De eso se estuvo lamentando todo el camino.
Llegamos al valle de Caradhras y acampamos allí para cenar.
Alya hizo unas hamacas súper cómodas usando su telekinesis.
Por la mañana nos levantamos temprano, y directos a seguir el camino empezamos a pisar nieve en seguida.
Sam, Frodo, Pippin, Merry y Alya jugaban a lanzarse bolas de nieve. La maga les llevaba gran ventaja, pues se teletransporta y manipulaba la mente de los demás dejándolos paralizados.
En una de esas, Alya me lanza una y me da en toda la espalda. Los hobbits y la elfa se taparon la boca con ambas manos y en eso que empezó la guerra. Los hobbits volvieron a lo suyo y Alya y yo nos íbamos acercando lentamente hasta casi tocar nuestros pechos. Ella tenía que alzar la vista para poder mirarme a los ojos, pero no me di cuenta de que ella andaba jugando con sus manos. Me lanzó una bola a la cara y yo me limpie. Ella empezó a reír y yo intenté atraparla pero se desaparecio. Me di la vuelta y la ví allí jugando con una bola de nieve lanzandola para arriba y luego volviendo a cogerla.
Esta vez la agarré por la cintura y la tiré en un montón de nieve pero antes de caer se desapareció guiñandome un ojo y cuando me di cuenta un impacto de una bota se estampó contra mi espalda y me hizo caer de boca contra el montículo de la nieve llenandome la cara de ese agua tan fría.
Ya se le devolvería.
Ella se seguía riendo según íbamos avanzando.
Cuando me quise dar cuenta, ella estaba dada la vuelta levitando encima de mi cabeza, pero sin tocarme.
A la tarde llegamos a la mitad del camino y Saruman contraatacó.
Nos tiró nieve encima pero gracias a Alya no nos aplastó, pues hizo una especie de escudo protector.
Cuando se fue el escudo Alya cayó al suelo gritando.
Saruman había entrado en su cabeza. 2 horas después despertó de ese trance.
Boromir no paraba de decir que era una floja
Yo al final lo queria matar pero despertó la maga y no dejó que interviniera.
No habló por el resto de la tarde.
Yo no quería preguntar, ya había hablado del tema con Gandalf y no iba a volver a hablar sobre el tema por dos razones:
1. Seguramente le incomodaria
2. No quería sacar ese tema de nuevo.
Sobre las 8 de la tarde llegamos a la entrada a las minas y estuvimos mirando a ver cual era la contraseña.
Al final era amigo en élfico.
En eso que los tontos de Pippin y Merry se ponen a tira piedras al agua como cualquier niño de 5 años, ( el caso es que ellos tienen 17 ) y  Alya dijo.
- El siguiente que tire una piedra lo lanzo yo al agua personalmente.
Y como era de esperar, se despertó el calamar gigante del lago negro y se intenta llevar a Frodo.
Alya y yo pudimos pararlo con nuestras flechas y nos metimos en la mina.
El calamar gigante derrumbo la puerta dejándolo todo a oscuras.
Alya con su magia iluminó el lugar, junto al cetro de Gandalf.

Mi flecha perdida- Legolas y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora