Cap XVII

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Al despertar, una hora después o asi. Me levanté bruscamente y mirando a los lados vi a Galadriel.
- Hola cariño.- dijo la elfa. Abrió los brazos y torpemente fui hacia ella y llore en su hombro.
- Ha sido mi culpa.
- No, no te culpes.
- Si pude haber utilizado mi poderes pero no lo hice me quede paralizada y no hice nada. Es todo mi culpa.
- No, no. A mi eso me paso con tus padres. Cuando aquel orco los mato pude haber hecho algo pero no pude si yo lo hubiera hecho no estarias así. Es normal ante una ocasion así. Bueno secate las lagrimas y sal a donde duermes, ademas hay alguien que está muy preocupado por ti.
Abri la puerta y allí estaba Legolas sentado con los codos sobre las rodillas y las manos sujetando su cabeza.
Levanto la cabeza y vino hacia mí.
Me cogio de los hombros y se agacho un poco para verme a los ojos.
- Alya, estas loca. Te parece bien colgarte de la cintura de una cuerda con los ojos en blanco para hacer que, Alya que estabas haciendo?
- Intentaba contactarme con Gandalf.
Sorprendido me miro.
- Y... lo lograste?
- No, mi padre dice que puede que haya tenido un destino peor.
Se quedó en silencio un rato y volvió a hablar
- Bueno vamos a dormir vale.
- Vale.
Fuimos en silencio hacia el lugar donde nos asignaron y alli nos quedamos dormidos.
A la mañana siguiente, recogimos todas nuestras cosas y nos dispusimos a marcharnos hacia un lugar que Aragorn dijo pero no me enteré porque estaba absorta en mis pensamientos.
Sam y yo íbamos hablando aunque no mucho. La travesía era un tanto aburrida.
Iba remando en la misma canoa que Aragorn y vimos al cabo de un rato unas estatuas enormes de reyes del pasado.
Llegamos a la orilla y decidimos acampar para ver qué hacíamos los días siguientes.
Preparé una fogata aunque la madera estaba toda mojada y no se podían encender nada.
Mandé a Boromir a por ella y luego me puse a hacer unas hamacas.
Pippin y Merry se adueñaron de ellas, ya que solo hice dos porque no había más tela y luego Legolas y yo nos pusimos a hablar.
Los demás se empezaron a dormir la siesta y nosotros no nos quedamos atrás.
Yo me tumbé en un tronco mareada.
Eso solo podía significar una cosa, se venía visión y me tocaba dormirme porque despierta parezco una posesa.
Abrí mis ojos y me encontraba en mitad de un bosque con Legolas. Estabamos caminando y hablando mientras recogíamos leña y algunos frutos para comer.
Fue ahí cuando escuchamos unos golpes de espada y fuimos de donde salía el ruido.
Al llegar había un ataque de orcos y lo demás pasó muy rápido.
Boromir murió, Sam y Frodo se fueron y Pippin y Merry habían sido secuestrados.
Una guerra con Rohan, una rubia intentando acaparar a mi cuñado y un montón de muertos.
Me levanté de forma brusca y vi a Legolas mirándome.
- Y los demás?- pregunté asustada.
- Han ido a dar un paseo o a recoger leña. A nosotros nos ha tocado recoger frutos y si encontramos leña seca....
- Legolas he tenido una visión. Va a ver un ataque dentro de nada. Va a morir gente y...
- Habrá sido un sueño, cálmate Alya
- No, ha sido una visión te lo digo yo es en serio, hay que avisar. Ya me ha pasado esto antes.
- Alya, - se acercó a mí y me cogió las manos . Empezó a acariciar el dorso con sus pulgares y luego me miró.- Vamos a despejarnos y me cuentas todo, tranquila.
Asentí levemente y nos levantamos. Fuimos a dar un paseo mientras Gimli se quedaba haciendo guardia y llegamos a una cuesta con muchos pinos.
Legolas me veía preocupado mientras yo miraba para todos lados.
- Tranquila, Alya- dijo parándome y poniendo sus manos en mis hombros.- seguro que solo fue una pesadilla.
- Hay veces que si, pero y si está vez es de las que no.
- Alya, has pasado por un momento traumático en tu vida. No te puedes fiar de esas cosas.
- Pero Legolas... Y si nos pasara algo. Los orcos cogerían a Frodo y el anillo y lo matarán. Podemos morir.
- Eso no va a pasar
- Como estás tan seguro. Cada día estamos más cerca de la muerte.
- Lo sé.
- Puede pasarte algo.
- Por mi no te preocupes, se cuidarme.
- Eso ya lo sé, pero si le pasa algo a alguien.
- No será tu culpa.
- Si, es igual que a Gandalf. Puede haber hecho algo pero me desmorone.
Me miraba con dulzura y puso una mano en mi mejilla.
- No todo es tu culpa.
Me quedé en silencio mirándole sintiendo su tacto sobre mi piel.
- Nada te hará daño.
- No es eso lo que me preocupa. - le contesté - imagínate que Aragorn muere. Arwen no me lo perdonaría jamás.
- No ha pasado nada todavía, Alya. No sobrepienses las cosas o te matarás tú sola.
Nos quedamos en silencio un rato y nuestras miradas se encontraron.
- Tengo miedo a perderte.
Me miró sorprendido ante mis palabras y luego habló.
- Preocúpate de tí, Alya. El primer día en Rivendel me dijiste que sabías cuidarte tú sola, y me has demostrado que es cierto. Ahora solo falta que lo creas tú.
Nos quedamos mirando a los ojos sin decir una palabra
- De todas maneras - dijo más como un susurró - si algo o alguien llega a hacerte daño, siempre estaré ahí para protegerte.
Ambas manos subieron a mis mejillas mientras no parábamos de mirarnos.
- Puedo hacerte una pregunta?
- Si.
-Qué significaban los ojos morados?

Mi flecha perdida- Legolas y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora