Primer Encuentro Pt. 2

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Xue Yang pudo divisar la fina silueta del joven, tapó su cuerpo con una bata de seda negra pegada a su cuerpo por la humedad y salió del cuarto de baño —Espera, dejame verte mejor.

XingChen detuvo su andar y regreso al llamado del emperador —Su majestad — hizo una reverencia.

El ambiente estaba cargado de una horripilante tensión y vergüenza absoluta por parte del joven ayudante de cocina.
Xue yang lo observaba atento, como si no quisiera perderse ningún detalle de la apariencia del joven, era la primera vez que miraba este tipo de etérea belleza, tenía algo que llamaba su atención. Había visto a las mujeres que se encontraban en su harem, pero ninguna ha sido capaz de despertar su curiosidad, lo único por lo que había sentido esa sensación era por el aprendizaje de artes oscuras.

—No te había visto antes.

—Mi nombre es Xiao XingChen, he llegado hace apenas unos días, cuando usted no se encontraba en el palacio — muy incomodo.

Xue Yang tomó del mentón al joven, quería admirar esos ojos diamante.

Sonrió mostrando esos feroces colmillos —Puedes retirarte.

XingChen salió casi que volando de la habitación, no quería volver a entrar nunca —Uff... — un suspiro de alivio escapó de su boca.
Regresó a la cocina sin dar explicaciones a nadie, terminó de lavar los platos, acomodó la despensa y se retiró a su habitación que se encontraba cerca de los terrenos de cultivo, tomó un baño y se recostó.

—Fue un terrible y agotador día, sólo fue una vez, no me recordará mañana, una semana más y volveré a mi camino — dijo para sí mismo, apagó la vela y cerró sus ojos para sumergirse en el abstracto mundo de los sueños.

*

El emperador se encontraba en el salón principal atendiendo asuntos de estado.

—Entonces sin más asuntos que atender, pueden retirarse.

—Hay uno más su majestad, la Corte imperial exige un matrimonio y el señorío del norte Wen RuoHan, ha enviado a su hija Wang LingJiao para que la tome como consorte — habló el ministro Jin GuangYao.

Xue Yang masajeaba sus sienes, lo único que deseaba era irse a dormir ¿quién había sido el maldito que se le ocurrió hacer una reunión en la Corte a tales horas de la noche?

—Será mañana, tengo más mujeres como concubinas en el harén, decidiré otro día con quien me casaré.

Todos los presentes hicieron una reverencia y se fueron del lugar dejando solo al emperador y al ministro de defensa Nie Minjue.

—Luce cansado su majestad, ha pasado algo mientras estaba de viaje.

—El señorío del sur ha muerto y su hijo ha quedado al mando, no tuvimos una buena primera impresión uno del otro — la preocupación de su voz era muy notable —Quizá hayan problemas en un futuro.

—Si me lo permite su majestad, estaré al tanto del señorío del sur — se arrodilló.

—Te lo encargo.

—¡Sí!

Ambos salieron del salón principal y se marcharon a sus respectivos aposentos.

*

La aurora estaba en su apogeo cuando XingChen ya estaba preparando el desayuno para el emperador, por alguna razón el día de hoy no se sentía con ganas de ser productivo, algo muy inusual en él. Su sueño le había jugado una mala pasada.

El Favor del Emperador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora