XingChen se levantó temprano sin hacer ruido alguno, salió dando pasos largos y suaves, evitando el sonido del choque entre el piso y sus suelas, recogió una canasta y emprendió su caminata rumbo al pueblo para comprar algunos víveres.
El aroma del petricor matutino inundó su nariz, el clima era fresco y muy agradable, la neblina se perdía poco a poco a medida que descendía por la montaña, la brisa acariciaba con suavidad sus sonrojadas mejillas y hacía meser su largo cabello.
Caminó un rato entre las calles para mirar el contenido de los puestos, se detuvo en uno para comprar vegetales y algunas semillas que podía usar para comenzar a plantar en un pequeño huerto. Mientras escogía las semillas escuchó al comerciante hablar de un tema muy interesante con dos señoritas.
-¿Un año ya?, el tiempo pasa muy rápido - habló el tendero.
-Así es, yo creí que jamás llegaría el día en que el emperador tomara una esposa, dicen que es muy bonita, más aparte que viene de muy buena familia.
-Es justamente lo que escuché, la emperatriz Luo fue una enviada de la familia Jin del Oeste, ¿cierto Di'er?
-Pero claro que sí. Van a celebrar la unión dentro de cuatro días, bueno eso es lo que me comentan mis familiares de la capital.
-Di'er, ¿sabes la hora?
Inconscientemente XingChen agudizó su audición y se acercó a ellas con la excusa de estar muy interesado en las grandes y ovaladas papas amarillas.
-Claro que la sé - Di'er acomodó su cabello -La ceremonia se llevará a cabo a las cinco de la tarde, tristemente es a puerta cerrada debido a la emboscada de hace un tiempo.
-Aún así, creo que va a haber mucha gente - la joven bajó la mirada y sus ojos se entristecieron.
El tendero lo notó de inmediato.
-¿Sucede algo malo señorita?
-No es nada - sonrió.
-No le tome mucha importancia señor - Di'er extendió la mano y le entregó las monedas al tendero -Cai Li se enamoró de un retrato del emperador que estaba en nuestra antigua casa, siempre fantaseaba con que iba a llegar el mismísimo Xue ChengMei por ella declarandole su completo amor.
-¡Di'er, eso pasó hace años, cuando aún era una niña! - gritó Cai Li en su defensa, sus pequeñas manos temblaban ligeramente e hizo caer accidentalmente su pequeño monedero.
XingChen levantó y sacudió con cuidado el empolvado monedero azul con un frondoso pino bordado en el centro.
-Tome señorita, se le cayó hace un momento - tomó la fina mano de Cai Li y le colocó el monedero en la palma.
El rubor de la chica iluminó su rostro con aun más fuerza cuando miró al atractivo taoista tomar su mano con delicadeza.
-Muchas gracias Daozhang - la chica trató de ocultar su vergüenza tras su abanico.
-No es nada - XingChen se giró y pagó por las verduras y semillas de su canasta y salió de la tienda manteniendo la calma.
Di'er movió con su codo el brazo de la más joven -Cai Li, pero que buenos gustos, primero te fijas en el emperador y ahora un cultivador muy apuesto te ayuda con tu monedero, que envidia me das - dijo con voz pícara y juguetona.
-Di'er, no te burles de mí - levantó su abanico y tapó su rostro por completo.
XingChen caminó rápidamente por las calles con la intención de regresar al templo, a pesar de que aún faltaban compras por hacer, su mente estaba en blanco, lo único que podía procesar en este momento, era la boda del emperador, sintió una repentina humedad en sus ojos y un nudo en su garganta no lo dejaba hablar, lo único que necesitaba era escapar aún más lejos, un lugar donde no llegaran noticias de Xue Yang, si era posible, irse al extranjero.
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El Favor del Emperador
Ficción históricaXiao XingChen es un joven cultivador que recorre el mundo en busca de un viejo amigo, para su desgracia, cae inconsciente a causa de inanición en unos terrenos de cultivo. Pará ganar algo de dinero decide trabajar en ese lugar, sin pensar que se enf...