Banquete De Bodas

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Casi un año completo había pasado desde que Xiao XingChen abandonó el palacio junto a Song ZiChen para recluirse en las montañas por el resto de sus vidas, olvidándose por completo del mundo de la cultivación.

Al mismo tiempo, Xue ChengMei había decidido contraer matrimonio con Luo QingYang y finalmente darle a su nación una emperatriz, la mujer con la que compartiría su vida.

Ya habían transcurrido once meses y tres semanas desde la trágica emboscada que levantó un muro irrompible entre el emperador y su joven sirviente, una barrera que aún se mantenía en sus cimientos tan digna e impenetrable, sin embargo, a través de los casi inexistentes poros, sus sentimientos todavía se encontraban conectados, llamando sus almas para resonar juntas nuevamente.

*

A sólo una semana de la boda, Jin GuangYao se encontraba supervisando minuciosamente los adornos recién llegados de las tiendas de artesanías de más alta calidad para decorar el salón de matrimonio. El banquete que se ofrecería en la celebración también estaba listo y aprobado por el emperador, por lo que los cocineros se encontraban preparando sus utensilios y haciendo pruebas, las invitaciones fueron repartidas a las diferentes regiones y las familias nobles de la nación, así como a las sectas más importantes de cultivadores. Todo se encontraba casi listo, lo único que faltaba era retocar y agregar los últimos detalles a ambos trajes de bodas.

Nie MingJue se acercó al joven de tunicas amarillas -Los guardias que custodiarán la entrada y las fortalezas ya fueron elegidos, así que puedes borrar ese pendiente de tu lista.

GuangYao sacó de una de sus mangas una pequeña lista y con una tiza borró el apartado de "seguridad".

-Un punto menos - susurró y luego le sonrió al contrario -Me has quitado una preocupación de encima.

MingJue miró al más bajo, su rostro tenía un aspecto fatigado, sus ojos tenían una ligera tonalidad rojiza y bajo ellos se podían observar unas pequeñas ojeras, su ropa estaba desaliñada y su cabello se encontraba desordenado. Era claro que el joven había estado trabajando arduamente los últimos días en organizar el evento de tal manera que no podría haber cabida de algún defecto en la boda de Xue ChengMei.

-¿Por qué no te tomas un descanso? - dijo preocupado.

GuangYao sonrió -Todo debe de estar perfecto, ya sólo falta una semana para la boda y regresé cinco cajas llenas de tazones de jade porque estaban ásperos, me los cambiarán por unos nuevos pasado mañana, así que no tengo el tiempo para descansar.

-Aún así, debes de cuidarte a ti mismo, no debes desgastarte tanto - cruzó los brazos, sin quitar su mirada del menor se dio cuenta de que sus hermosos ojos parecidos a lagos de oro no brillaban con la misma intensidad, más aparte, su entrecejo tenía ligeras marcas de expresión de un tono rojizo -¿Algo te preocupa? ¿Son los tazones defectuosos?

-No hermano, los tazones no me preocupan, es solo que... El emperador no ha salido de su habitación como lo hacía regularmente, me preocupa que esté tomando una mala decisión de la cual se arrepienta.

-Tienes razón, no se mira feliz por su matrimonio, al contrario, a medida que avanzan los días se ve más abatido.

Jin GuangYao tomó el brazo de MingJue -Ay hermano, sólo espero que lo que digamos no sea verdad y en realidad solo esté nervioso por la boda.

-También espero lo mismo.

Sus miradas se cruzaron por un segundo, al percatarse de esto, ambos la desviaron de nuevo.

-A-Yao - tomó con cuidado al más bajo por los hombros, un débil rojizo pintaba sus pómulos y nariz -Si esta noche tienes algo de tiempo, ven a mi pabellón. Por única ocasión y porque se trata de ti, te daré un masaje, sólo por que has trabajado mucho y eso.

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