Boda Oficial

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El rostro de XingChen se iluminó en su totalidad de un vivo color rojo carmesí, su mente se perdió por un momento al darse cuenta de que él inició todo el juego de seducción, jamás pensó en que deberían hablar en primer lugar.

-... - XingChen abrió la boca para hablar, sin embargo, sus cuerdas vocales no emitieron ningún sonido.

Al verlo tan desconcertado y avergonzado, Xue Yang aprovechó para cargarlo entre sus brazos y llevarlo a la cama.

Finalmente Xiao XingChen reaccionó -¡¿Su majestad, qué hace?!

-Sólo quiero platicar con Daozhang en una posición más cómoda - sonrió Xue Yang tan tiernamente mostrando sus aperlados comlillos.

Xue Yang se sentó sobre su cama y con cuidado acomodó a XingChen sobre su regazo, llevó sus manos a la fina cintura y las deslizó a su espalda, lo acercó a su cuerpo y lo envolvió en un cálido y amoroso abrazo, recargo su mentón en el espacio entre el cuello y los hombros.

-Daozhang... Te extrañé mucho, no pensé que en realidad vendrías por mí, estoy tan feliz que podría morir ahora... Xiao XingChen, realmente te amo.

XingChen se aferró aun más fuerte al emperador -Su majestad... Lo siento tanto, no debí hecerlo esperar mucho tiempo, pero la duda de que usted me rechazara, inundaba mi mente día con día, tenía miedo, creía que usted me odiaba.

El emperador acariciaba el alborotado cabello del menor -Jamás podría odiar a mi amado Daozhang - dicho esto, tomó la delicada y blanca mano de XingChen, despacio la llevó con dirección hacia su rostro y plantó un ligero beso en los rosados nudillos.

El corazón del joven Daozhang se ablandó, jamás pensó en el día en que alguien hiciera vibrar su emociones de esta manera.

XingChen llevó su mano detrás de la cabeza del emperador, poco a poco la deslizó para poder tomar la bronceada mejilla roja. Buscó impaciente la mirada del rey y finalmente pudo descansar sus ojos cristalinos en los profundos y deslumbrantes lagos grisáceos.

-Su majestad, yo también lo extrañé, lo necesito en mi vida para poder vivir - lentamente acercó su rostro y con un suave y húmedo toque de labios, iniciaron un ligero y tierno beso. Cuando el aire les faltó, XingChen se separó -Xue Yang, yo también te amo...

El emperador besó la rosada punta de la nariz de XingChen.

Finalmente estas dos pobres almas faltas de afecto y ternura, habían encontrado a una persona que daría todo por el bienestar del otro, sin importar lo que tengan que sacrificar y los desafíos que les asignen, ellos siempre encontrarían la manera de permanecer juntos y de hacer posible la oportunidad de reencontrarse cuantas veces sean, finalmente descubrieron a una persona que siempre los escogería por encima de todo.

-XingChen - el emperador se levantó con cuidado y se hincó frente a él, tomó su mano y dio un pequeño beso -Por favor, concédeme el honor de ser tu esposo, así como tú también serás el mío.

-Su majestad... Yo... - titubeó al hablar por el nerviosismo que sentía en su estómago, su rostro ardía y sabía que en este momento tenía el color de un jitomate maduro en sus mejillas -Yo... Acepto.

-Mi Daozhang pro... - su oración fue interrumpida por varios susurros que venían desde afuera de la habitación.

El ambiente romántico de hace un momento se fue al olvido, Xue Yang se levantó y abrió la puerta.

Mian Mian y las restantes cuatro concubinas cayeron con un golpe seco, seguidas de la señora Xian, Song ZiChen, Wen Ning y ambos ministros.

XingChen miró la escena cómica y rió, sin embargo, al recordar todo lo que había dicho y hecho, solo pudo ocultar su rostro tras su manga lleno de vergüenza.

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