Política Inestable

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XingChen se encontraba en el cuarto de baño preparándolo, al dejar todo listo salió y se encontró frente al emperador desnudo, la vergüenza recorría sus mejillas pintandolas de carmín.

—S-su majestad, iré a preparar su ropa — quiso abrirse paso, pero Xue Yang lo bloqueó nuevamente, la situación se repitió un par de veces más.

—Quiero que laves mi cabello, DaiYu solía hacerlo — se sumergió en la tina.

«Mentiroso» se repetía eso en mente.

XingChen jamás había tenido que hacer algo como eso, tomó el jabón ya húmedo y empezó a frotarlo en aquel cabello azabache, después de aplicar la cantidad suficiente, comenzó a masajear el cuero cabelludo, el joven se sentía incomodo, en todo momento, el rubor permanecía acumulado en su rostro. Por otra parte, Xue Yang se sentía increíblemente relajado, cerró sus ojos disfrutando. De repente una vasija de agua tibia se vacío en su cabeza sorprendiendolo.
Se sintió ahogado y comenzó a toser, en su desenfoque, se dio vuelta y agarró a XingChen empapandolo, el joven Xiao se asustó con la reacción del rey, trató de zafarse del fuerte agarre, provocando que resbalara y de paso romper la bañera, Xue Yang terminó sobre el ese grácil cuerpo, presionandolo bajo su peso.

Ambos estaban aturdidos por la caída, el emperador reaccionó primero, su mirada quedó congelada en el etéreo rostro de XingChen, se sentía molesto, pero no con él, sino, con la ropa húmeda que le cubría el cuerpo.
El más joven abrió los ojos poco a poco, le dolía la cabeza por el golpe, se impresionó al mirar esos ojos grises, a pesar de que no era la primera vez que los veía tan de cerca, lo hipnotizaban por completo.

—L-lo siento, fue mi error — estaba seguro de que lo matarían, ¡literalmente había hecho caer al emperador de la nación!

Xue ChengMei se levantó y se rodeó la cintura con una toalla tapando su virilidad. Le extendió la mano al joven para ayudarlo a levantar —No es necesario que te disculpes, prepara mi ropa, iré a una reunión.

XingChen salió del cuarto de baño y preparó la ropa del emperador, se sorprendió de que la mayoría fuera negra y solo unas cuantas azules, rojas y verdes, todas con detalles negros.

Xue Yang se cambió y mientras se arreglaba el cabello vio por medio del espejo de bronce al joven temblar de frío, su ropa aún goteaba —Quítate la ropa — ordenó.

—¿Disculpe? — no haría caso.

—He dicho que te quites la ropa — su voz era de temer.

—N-no — se espantó al ver a Xue Yang caminar hacia él, lo acorralo contra la pared, el joven Xiao sentía que se le saldría el corazón, se sentía aterrorizado, más aún cuando el rey comenzó a abrir sus túnicas, XingChen forcejeba —No hace falta, estoy bien.

—Te enfermaras si no lo haces ¡Hazlo! O de lo contrario te la arrancare, me acompañaras al salón principal.

XingChen entendía eso, pero no quería, le apenaba que lo vieran, sin embargo no tuvo opción, comenzó a retirar sus túnicas, sus manos eran temblorosas, Xue Yang se fastidio, se acercó a él y terminó de descubrir su piel jade, no lo observó detenidamente, sabía que el más joven estaba nervioso y avergonzado, abrió el armario y le entregó una toalla, ropa interior y túnicas azules celeste con pequeños detalles bordados con hilo dorado.

—Cámbiate, nos iremos pronto — salió de su habitación dándole al fin un poco de privacidad.

Luego de unos minutos, XingChen salió de la habitación —Estoy listo — el rey volteó, quedó asombrado, este hombre de divina figura parecía un ser celestial, la ropa le quedaba un poco grande, pero gracias al cinturón, su delicada cintura resaltaba, era simplemente la perfección hecha persona.

El Favor del Emperador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora