Punto De Quiebre Pt. 2

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XingChen se acercó a la plancha y tomó la sábana, lentamente fue descubriendo lo que debajo de ella se encontraba. Su expresión se llenó sorpresa y horror.

El cuerpo de una mujer se encontraba reposando en esa mesa, estaba bien conservado, la mujer se veía muy joven, de aproximadamente 20 años, el color en su rostro era brillante, pareciera que se había maquillado y ahora tomaba una siesta, al levantar la sábana un poco más se dio cuenta que estaba vestida con túnicas rojas carmín y bordados dorados, si le ponían un velo, bien parecería una hermosa novia recién casada, su cabello negro estaba adornado con elegantes horquillas de oro, realmente debió de gozar de una belleza celestial cuando estaba viva. Al descubrir el cuerpo por completo, en su mano izquierda, precisamente en el dedo anular había un anillo de jade que parecía bastante costoso, después de observarla mejor, se dio cuenta del parecido que había entre ella y Wen Ning, no tenía dudas, aquella mujer fue la que una vez le robó por completo el corazón al emperador, Wen Qing.

Al acercarse más a ella, percibió un fuerte olor mezclado entre medicina y putrefacción que emanaba de ella, cubrió su nariz y un líquido amargo inundó su boca, tres arcadas se hicieron presentes, el olor era repulsivo.

Era visible que aquel cadáver fue cuidado y conservado de forma casi perfecta para no descomponerse, ¿a qué se debía este descuido? Quiso mirar un poco más de cerca pero al hacerlo, se topó con una barrera de protección que la cubría.

Por alguna razón, encontrar esto, hacía que le doliera el pecho, estaba presenciando claramente hasta dónde era capaz de llegar el emperador por su persona especial, todas aquellas palabras y acciones de cariño que un día le dedicó se fueron a la mierda en tan solo unos instantes, ahora lo comprendía, él solamente era un remplazo.

Sus hermosos diamantes se cristalizaron, derramando finas lágrimas, un nudo formado en su garganta le hizo más difícil el poder respirar adecuadamente, se olvidó por completo del frío, lo único que necesitaba en ese momento era poder llorar y liberar todo lo contenido en su interior. Comenzó con pequeños jadeos, sorbiendo la nariz de vez en cuando.

«¿Por qué estoy llorando? No es cómo si me hubiera enamorado de Xue Yang, es un completo egoísta, lleno de rencor y crueldad, un tonto desalmado, manipulador, incomprendido y con un corazón frágil, capaz de demostrar sus sentimientos a flor de piel».

Su llanto se detuvo por un momento, ¿qué fue lo último que dijo?, sin pensarlo demasiado al fin aceptó que su corazón se había rendido ante el emperador Xue ChengMei. Cubrió su rostro con ambas manos, antes lloraba con débiles jadeos, ahora no podía contener sus tristes alaridos, la noche pasó amarga y lastimera, se enamoró de quien no debía.

Lo único que quería era reencontrarse con Song Lan, jamás le dijeron que en su viaje, sus sentimientos saldría tan perjudicados.

*

Xue Yang estaba afuera de la habitación, escuchando el llanto de su pequeño Daozhang, se sentía tan impotente al saber que fue él quien inició con la riña, debido a sus espantosos celos, siendo ambos capaces de llegar a aquel extremo.

Necesitaba con ansias abrir la puerta, en ese cuarto se encontraba algo que podía causar malos entendidos, estaba esperanzado que la manta aún no fuera levantada.

Deseaba entrar y hablar con él, aclarar las cosas, limpiar sus lágrimas, abrazarlo y declararle sus sentimientos de una manera seria, por mucho tiempo le había estado insinuando sus intenciones, pero no entendía por qué no se las contestaba o le diera un indicio de que también correspondía a sus sentimientos, pero ahora lo único que podía hacer era darle el tiempo de tranquilizarse y poner el orden sus pensamientos, algo un tanto difícil para él, pero que era necesario.

Se recargo de la puerta pasadas ya unas cuantas horas, ya no se escuchaba nada dentro de la habitación, Xue Yang decidió forcejear la puerta para entrar sin hacer casi ruido alguno.

Con lo primero que se encontró su vista, fue con aquella mujer durmiente reposando en la plancha de madera, la manta había sido retirada, un poco inquieto, el rey buscó a XingChen con la vista.

El joven estaba a un lado de la plancha, recargado de la pared, era notable lo cansado que estaba después de llorar casi toda la noche, se acercó un poco más a él para mirar su bello rostro, lágrimas secas en sus mejillas se podían observar, al igual que lo hinchado de sus párpados, inconsciente, su cuerpo estaba temblando débilmente, producto del frío dentro. Xue Yang se sacó su túnica exterior y la envolvió al rededor de su Daozhang para tomarlo en brazos.

El que era llevado ni siquiera tuvo reacción alguna, simplemente estaba perdido en la fatiga, el emperador lo llevó a su habitación y lo recostó en la suave cama de bambú, se sentó en la esquina y con su diestra acarició su escultórico rostro, en especial posando su pulgar en esos labios grana. Unos momentos más tarde un fuerte dolor golpeó su pecho de tan solo pensar en condenar a aquel querubín a una forzada vida a su lado, la decisión estaba tomada, luego del banquete con los señoríos, dejaría a su pequeño Daozhang en total libertad de irse con Song ZiChen.

Lo dejó y salió de la habitación, ahora tenía que encargarse del cadáver de la mujer a la que una vez amó, y que por su miedo de que nadie lo volviera a mirar como ella, trató de regresarla a la vida en más de una ocasión, llevándolo a practicar las artes demoníacas para lograrlo.

Debía de admitirlo, una vez que estuvo frente a ella, sintió la necesidad de mirarla un poco más, se veía muy linda en su vestido de novia, pero era hora de decir adiós y finalmente dejarla descansar. Xue Yang habló a uno de sus sirvientes que mandaran a llamar a Wen Ning.

El pequeño entró a esa parte del palacio de la que había sido vetado por tanto tiempo, llamó a la puerta con tres golpes.

—Pasa...

Wen Ning empujó la puerta y entró lentamente, se encontró con la calma mirada del emperador, por lo que se tranquilizó un poco más.

—¿Me ha llamado su majestad? — preguntó.

ChengMei asintió —Hace un tiempo, no dejé que te despidieras apropiadamente de tu hermana, es hora de que lo hagas — dicho esto, el rey levantó la sábana y el cuerpo de Wen Qing fue visto por su hermano una vez más.

Sus ojos esmeralda quebraron en llanto, camino hacia la plancha de madera y a pesar del putrido olor la abrazó por última vez, era su única hermana después de todo, la que lo cuidó, alimentó, vistió y siempre estuvo su lado, por una parte se sentía un poco feliz de poder verla de nuevo, pero por la otra, sentía miedo del emperador por haber mantenido su cadáver por mucho tiempo.

Siguió llorando por unos minutos más y finalmente se calmó —Hermana, gracias a ti he crecido bien y siempre me he mantenido honesto, juro que jamás me desviare por el camino del mal, y siempre llevaré en mente tus palabras "nosotros venimos de una familia de médicos, nos dedicamos a salvar personas" jamás lo olvidaré, gracias por todo y hasta pronto — las lágrimas aún corrían por sus mejillas mojandolas, su respiración ya no era errática y trató de sonreír.

Xue Yang se acercó a él y le dio unas palmaditas en la cabeza como una forma de reconfortarlo.

Pasaron en vela haciendo los preparativos para un ritual funerario por la mañana.

*

Al día siguiente XingChen despertó en la habitación del emperador, estaba recostado en su cama, y notó ese aroma tan familiar para él, creyó que el emperador estaba invadiendo su espacio personal, pero grande fue la sorpresa cuando vio que la cama del rey estaba intacta y no había nadie con él, sólo la túnica exterior en la que estaba envuelto.

Se levantó y cambió sus ropas rasgadas, se acercó a la cama contraria y estaba completamente fría, señal de que el emperador no había pasado la noche en ese lugar.

Se escuchaba algo de movimiento fuera del palacio, algo estaba pasando.

El Favor del Emperador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora