«¿Qué demonios estoy tratando de hacer? No me corresponde estar aquí».
—Su majestad, no entiendo su decisión — habló acongojado.
ChengMei empujó al joven contra la pared aprisionandolo —No hay nada que entender... — su mirada se volvía cada vez más invasiva.
XingChen se sentía intimidado pero no dejaba de mirarlo, se dio cuenta que los ojos del rey comenzaban a tornarse de color vino partiendo desde la pupilas y coloreando el iris poco a poco. «El cuerpo físico del emperador no sufrió un daño grave, pero su núcleo estaba fallando, absorbió energía demoníaca y no ha logrado eliminarla». Finalmente entendió la razón de su extraño comportamiento últimamente, en este momento su mente no era estable.
Xue Yang retiró sus manos de la pared y las enredó en el acendrado cuello ajeno, apretó su agarre y una malévola sonrisa se formó —Xiao Daozhang — se acercó y susurró en su oído —Dime para quien trabajas y no resultaras herido.
—Sólo trabajo para su majestad — la dificultad de respirar y hablar se hacía presente, debía de pensar en una manera de soltarse.
—¿Es así? ¡¿Por qué el sur está buscándote?! — apretaba cada vez más —¡HABLA DE UNA PUTA VEZ! Mi paciencia está agotandose.
«¿Alguien me busca? ¡Song Lan! Sólo puede ser él», sus pensamientos no eran del todo claros, pero si alguien lo buscaba la única persona que lo conocía era él.
Llegó el punto en que ni siquiera podía tomar una pizca de oxígeno, debía de actuar rápido. Concentró su energía espiritual en una mano, no quería golpearlo, pero en este momento era eso o morir asfixiado, con un rápido movimiento de su palma golpeó el fornido abdomen del rey, no lo hizo con tanta fuerza ya que sólo quería respirar. Por su parte, Xue Yang fue empujado sin la necesidad de caer, sin embargo su fuerza física aún no se había recuperado completamente, así que se recargo en la mesa.
El rey levantó la cabeza lentamente y miró a su oponente sonriendo —¿A caso quieres morir? — invocó a JiangZai y la sacó de su funda —Entonces te daré el honor de ser asesinado por la nobleza.
Se abalanzó sobre él, XingChen esquivó uno a uno los ataques fuera de sí de su contrincante, con su mirada trataba de buscar su propia espada «ShuangHua, ¿dónde estas?».
Los ataques contrarios se volvían más violentos, trataba de invocarla, pero su mente no se encontraba funcionando al cien por ciento, a pesar de que los ataques eran torpes, venían cargados de una fuerza asesina que fácilmente podría desmembrarlo.
«¡De bajo del colchón!».
Pateó su cama recién llegada y su espada salió volando aterrizando en la palma de su mano, bloqueo un ataque con su espada aún enfundada.
—Veo que estas dispuesto a matarme— Xue Yang continuó con los golpes, ShuangHua fue desenfundada y trataba de lanzar un contraataque, sin embargo, la velocidad con la que JiangZai era manejada se lo impedía, el sonido metálico al golpearse una contra otra resonaba en toda la habitación, chispas rojas provenientes del choque entre espadas volaban por todas partes.
Ambos evadian los ataques con gran habilidad, definitivamente una pelea digna de admiración, los dos eran realmente fuertes y aferrados a la idea de no morir a manos del contrario. Marcas de cortes aparecieron en las paredes, la mesa también fue grabada con estos ataques, una de las sillas quedó completamente destrozada, las cortinas quedaron hechas trizas y sus ropas tenían cortes, pero ninguno logró hacer el menor rasguño al otro.
Xue Yang se detuvo solo para revelar el doble filo de JiangZai, XingChen no se inmutó, estaba preparado y listo para continuar, sin embargo, el emperador bajó su arma y la puso a un lado, un dolor insoportable taladraba sus sienes, el joven lo miraba algo preocupado —¿Se encuentra bien? — preguntó.
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El Favor del Emperador
Ficción históricaXiao XingChen es un joven cultivador que recorre el mundo en busca de un viejo amigo, para su desgracia, cae inconsciente a causa de inanición en unos terrenos de cultivo. Pará ganar algo de dinero decide trabajar en ese lugar, sin pensar que se enf...