Emboscada Pt. 3

154 30 3
                                    

Xue ChengMei blandía a JiangZai en lo alto, a punto de rebanar el cuello de Song Lan, sus ojos brillaban con intensidad y su sonrisa era más grande de lo habitual.

Comenzó a bajar su espada con intensión asesina, sin embargo se detuvo de golpe al ver la celeste figura frente a él.

Xiao XingChen estaba dispuesto a recibir el mortal golpe en el lugar de su amigo. Arrodillado y con los brazos abiertos en señal de querer protegerlo, sus ojos permanecían fuertemente cerrados y con el ceño fruncido, algunas lágrimas rodaban por el manchado rostro.

Los ojos del emperador estaban completamente abiertos -¿Daozhang? - pronunció en un hilo de voz.

XingChen separó sus párpados con lentitud y entre la borrosa vista que le brindaba la humedad pudo divisar el rostro aturdido de Xue Yang. Su expresión estaba sombría, cargada de furia y celos, pero también de desconcierto y tristeza, esas hermosas piezas grisáceas eran realmente expresivas si es que las conocías.

-Lo siento... - susurró por lo bajo, casi imperceptible.

*


El campo de batalla tenía una vista realmente devastadora, habían cadáveres por todos lados y el aroma a sangre fresca llenaba las corrientes de aire.

Las tropas del ejército sureño habían caído de forma fatídica. Fallando en su intento de emboscada.

Nie MingJue había logrado capturar a Su She y al Noble Chou, sometidos bajo su poder, llevándolos al calabozo para que esperaran su condena una vez que el emperador regresara.

Los guardias abrieron la puerta de metal y los traidores fueron empujados dentro.

Ambos se encontraban sentados en el suelo lleno de paja y con las manos encadenadas.

-¿Qué sucedió?, todo iba tan bien - se preguntó Su She.

El Noble Chou no respondió, sólo se quedó mirando la vacía celda de enfrente con gran irritación.

Pasados algunos minutos, los guardias llevaron a prisión a cada vez más soldados del ejército del Sur, uno de ellos llevaba la cabeza vendada, tomó asiento cerca de los barrotes y se dispuso a descansar, sus ojos se movieron para encontrarse con las personas responsables de organizar y dirigir la enboscada.

-¡Ustedes, inútiles de mierda! - escupió con odio -¡Su maldito mapa estaba mal, nada coincidía! Perdimos más hombres en los túneles que en la batalla. Mi señor no debió confiar en un par de ancianos estúpidos.

-¡Yo no soy un anciano! - respondió Su She -El golpe en tu cabeza afectó tu visión, ciego idiota.

-¡Tú!...

Mientras esos dos peleaban verbalmente, la mente del Noble Chou quedó varada en lo dicho por el joven.

"Su maldito mapa estaba mal, nada coincidía"

Rápidamente sacó de entre sus túnicas el amarillento pedazo de papel que se suponía que era la copia fidedigna del mapa original de todos los túneles, pasajes secretos y salidas del palacio imperial, pero resultaba que todo estaba equivocado.

Dirigió su molesta mirada al hombre que tenía la única misión de cuidar el mapa, sin embargo, por su estupidez la había perdido y juraba por su vida misma que la nueva copia que había hecho era idéntica a la anterior.

Su cara pintada de rojo hasta el cuello, la vena palpitando en su frente y sus ojos inyectados en sangre eran signo de lo furioso que se encontraba, lentamente se levantó de su lugar y despacio se dirigió donde se encontraba su compañero.

El Favor del Emperador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora